El resto de camino hasta mi casa fue más o menos en silencio, sólo se escuchaban los silbidos y los tarareos de Shuji por detrás de mi oreja.
Las luces de mi casa estaban todas apagadas, no era en exceso tarde, así que supuse que mi hermano habría salido, y a saber cuándo volvería. En parte me alegraba, así no tendría que enfrentarme a su bronca hasta mañana en la mañana. Tendría tiempo de preparar excusas, incluso podría hacerle comida para calmar su mal humor. Por mucho que yo fuese la hermana mayor, he de decir que mi mellizo me daba mucho miedo al cabrearse.
Aparqué la moto en la entrada de las escaleras, y Shuji bajó conmigo.
- Lo hemos hecho bien, ¿no? No esperaba el numerito de la vara, pero eh, chapó - se burló, imitando lo que había ocurrido anteriormente -. Tampoco esperaba que reconocieses que era una cita.
El guiño que me lanzó al acabar esa frase me puso en exceso nerviosa, bloqueándome. Era cierto, yo me había referido a nuestro encuentro como una cita ante esos desgraciados con los que nos habíamos tomado, y mi compañero no lo iba a olvidar a la ligera. Debió notar en mi cara los nervios, porque comenzó a reírse con más fuerza.
- Me desconciertas mucho - dijo, sentándose en las escaleras -. Un día eres implacable y feroz, otro día te suelto una broma y tu cara parece un tomate, pero cinco segundos después no dudas en amenazar a alguien de muerte... Eres la persona más divertida que conozco.
- ¿Más divertida que Kisaki? - respondí como quien no quiere la cosa, sentándome a su lado.
- Son diversiones distintas - se encogió de hombros. Sentía que era un tema que no debía tocar y, a pesar de todo, no quería que el día acabase mal, así que opté por dejar al rubio a un lado.
Lo notaba nervioso, estaba moviendo la pierna sin parar, frotándose las manos.
- La nicotina es dura, ¿eh? - señalé el tic que tenía, era evidente que se trataba del mono por no fumar -. Fumar tanto te acabará matando.
- Bueno, de algo hay que morir. ¿Te importa? - sacó la caja de los bolsillos, pidiendo permiso para fumar. Yo señalé con la cabeza que se alejase, el olor del tabaco me provocaba náuseas.
- ¿Desde cuando fumas?
- Puf, ni me acuerdo - se había apoyado en la pared, a unos metros de donde me encontraba sentada, y exhalaba el humo hacia el lado contrario, de forma que no me llegase.
- No has vivido tanto como para no acordarte, no debes ser mucho mayor que yo - sonreí. Había caído en la cuenta de que no sabía nada de él. Su nombre, que el parfait de chocolate debía de encantarle porque es lo que pedía en la cafetería, y pequeñas motas sobre su personalidad: que era rudo y violento, pero también sabía escuchar y aconsejar y, a su manera, se preocupaba por la gente de su entorno. Podía aprovechar el momento para conocerlo más, lo que me dejase - ¿Y tus tatuajes?
Exhaló el humo del cigarro, con la mirada ensombrecida. Ese sí era un tema que no debía tocar.
- ¿Cuál es mi apodo, _____?
- Hm... Dios de la muerte, ¿no?
- Pues los dioses infringen castigos a quien se separa del lado correcto - se miró las palmas, con el cigarro en la boca, sin quitar esa mirada, ni mirarme a mi.
- Vamos, me estás mintiendo.
- Sí - reconoció, sin apartar la postura -. No preguntes cosas que no quieras saber - Apreté los labios, al final, lo había echado a perder, había tocado un tema que era o bien demasiado doloroso o demasiado personal, y lo había hecho sentir incómodo -. ¿Tu tienes alguno?
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Checkmate | HANMA SHUJI | TOKYO REVENGERS
Fanfiction¡PORTADA DE @P4REIDOLIA! "Un juego de ajedrez entre dos personas, con mucho que perder y ganar". AU basado en Tokyo Revengers. Los viajes en el tiempo no aplican, así que Takemicchi será súper secundario Hanma Shuji x Female Reader. Algún día algun...