12 - Festival.

1.1K 174 220
                                    

POV _____

Sí, lo reconozco, los festivales eran mi debilidad. Cualquier evento social, en realidad, que fuese una excusa para estar fuera y hacer cosas con los amigos, especialmente el parque de diversiones, eran mi talón de Aquiles. No me podía creer que a alguien no le gustasen, o que no hubiesen ido. No me lo podía permitir.

La idea de ir con Shuji había sido completamente impulsiva, lo había hecho sin pensar. Pero, ¿cómo es posible que dijese que no era divertido? ¿Es que no sabía divertirse de otra forma que no fuese metiéndose en peleas?

Sea como fuere, yo iba a cambiar esa forma de pensar. Iba a hacer que pasase el mejor día de su vida. En ese momento era cuestión de orgullo.

Reprogramé mi quedada con Hina y Emma, la cual me vino hasta mejor, ya que venían Draken y Takemichi con ellas, y no quería quedar se sujetavelas. Tampoco era plan de llevar a mi acompañante con ellos, podrían liarse a palos por compartir una mala mirada.

- Te ves demasiado animada, hermana.

No lo oí llegar, tanto que me asustó el comentario. Mi hermano había vuelto de la calle con una caja en las manos, cubriéndola todo lo posible con su chaqueta, y parecía preocupado. Lo miré de arriba a bajo, y él me desvió la mirada.

- Eh, eh, eh, ¿qué es eso? - pregunté, levantándome del sofá. Había echado a correr hacia su cuarto.

- ¿Lo qué? ... - cerró la puerta de su cuarto tras de sí. Intenté empujarla, pero era imposible abrirla, la bloqueaba -. Déjame intimidad, ¡voy a hacer cosas de chicos!

- ¡Abre la puerta, demonios! - En el forcejeo de la puerta escuché algo. Era débil, un maullido muy flojo. No podía ser- ¿ESO ES UN GATO?

- Noo... soy yo, mira, ¡miau!

Me separé de la puerta, en silencio. Lo volví a escuchar.

- Le daré una patada a la puerta a la cuenta de cinco, si te doy en la cabeza tras romperla no es mi problema. Ábreme la puerta, hermano. ¡Uno! ... ¡Dos! ... - parecía haberse alejado de la mesa, escuché unos ruidos dentro - ¡Tres!

Al cuarto, abrió la puerta, con cara de mal humor. Entré antes de que cambiara de opinión y me dejase fuera. La caja estaba cerrada, sobre su cama. Me acerqué lentamente, volviendo a escuchar ese maullido tenue. Mi mellizo se había colocado en la silla de su escritorio, sentado con las piernas cruzadas.

Abrí la caja, y una pequeña y peluda figura saltó de ella, para agarrarse a mi cara. Noté como dejaba marca de sus garras, y lo aparté corriendo, entre las risas de mi acompañante. El gato saltó de vuelta a la cama entre mis manos, y comenzó a lamerse las patas. Era pequeño y de color negro, aunque con una mecha rubia en mitad de la cara. Con esos colores y ese mal genio, me recordaba a Shuji.

- ¿Cómo se llama? - me acerqué de nuevo a acariciarlo, pero se bufó, indicándome claramente que no quería que le hiciese moñerías.

- Noya - respondió mi hermano -. Chifuyu dice que parece a un personaje de manga que está leyendo, así que, como me ayudó a cogerlo y a traerlo, le puse ese nombre. 

- Noya, es un nombre bonito... ¿Has pensado en cómo decírselo a mamá? No pienso cubrirte, que luego me castiga a mi también. Así que esto es totalmente cosa tuya, hermanito.

- Ya podrías echarle una mano a tu hermano, qué cruel eres, dejándome sólo contra el monstruo - suplicó.

Me fui del cuarto levantando los manos, señal de que tenía que buscarse él mismo la vida. La verdad es que yo tampoco quería enfrentarme a decirle a mi madre que había un gato en casa. Realmente nuestra madre daba miedo. Aunque no me oponía a tener un gato en casa. Si las cosas se ponían fuertes, intermediaría. 

Checkmate | HANMA SHUJI | TOKYO REVENGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora