Jamie suspiró aliviado. Al fin, después de cuatro largas horas de viaje ya estaba de vuelta. Caminaba apresurado por el aeropuerto con su maleta en la mano. “De seguro Dakota ya debe de estar extrañando me”, río tontamente al pensar en ello. ¿Ella, extrañarlo? ¿Sería posible? Porque él si la había extrañado. Muchísimo. Lo único que quería era poder llegar rápido a casa, abrazarla fuertemente y besarla. Tan solo sentir la suave piel de ella formar contacto con la suya, al mismo tiempo que le susurraba frases cariñosas al oído mientras le hacia el amor lenta y tiernamente. Su corazón anhelaba estar junto a ella otra vez. Sonrió, enamorado. Los últimos días que los había pasado junto a su padre entendió lo importante que era para él. No podía negar que disfrutó de su compañía, pero aun así estando con él no podía quitar de su mente la hermosa imagen de Dakota diciéndole cuanto lo quería. “Te quiero”. Tan solo quería escuchar esas dos palabras desde los labios de ella una vez más. Su cabeza y corazón solamente tenían lugar para Dakota. - ¿Qué me has hecho, Dakota?- susurró Jamie, mientras cruzaba las puertas automáticas del aeropuerto para tomar un taxi. Lo había cambiado. Definitivamente ya no era el mismo. Y de repente, se dio cuenta de algo. Dakota Jonhson lo hacía desear querer ser mejor persona. Y oh Dios, cuanto la amaba. Debía decírselo, ya no lo quería ocultar más. La amaba y se lo diría apenas cuando llegue a casa. De pronto, su celular comenzó a sonar en el bolsillo de su pantalón. Rápidamente lo sacó y se dio cuenta que era Edd quien lo llamaba. - ¿Edd? - Jamie, ¿Dónde… dónde estás?- preguntó Edd con la voz temblorosa. - Ya llegué. Estoy en el aeropuerto a punto de tomar un taxi. - No te muevas de allí. Pasaré a buscarte.- Jamie frunció el ceño ante la rapidez con que hablaba su amigo. Tenía la respiración agitada y se le notaba nervioso. - No te preocupes, Edd. Tomaré un taxi así llegaré más rápido a casa. - ¡No, no vallas a tu casa!- exclamó, y eso a Jamie le extrañó. - ¿Por qué? ¿Le ha pasado algo a Dakota? - Él permaneció en silencio. Sólo entonces Jamie empezó a entender lo que pasaba y se imaginó lo peor. - Edd, dime donde está Dakota.- dijo Jamie , aunque su voz era suave, demostraba firmeza al mismo tiempo. - Jamie… - ¡Dime!- exigió, a punto de perder toda la paciencia. - Se la llevaron. Han encontrado a Dakota. - Agua helada corrió por las venas de Jamie. La furia se plasmó por todo su rostro, y apretó con tanta fuerza el celular en su oído que lo escuchó crujir por dentro. Cuando habló, su voz era ronca y grave. - ¿Cómo pasó?- preguntó Jamie, en un intento por mantener la calma. Pero le era inútil. Sentía tanta ira en ese momento, que quería destruir todo a su alrededor. Iba a golpear algo… alguien. - No lo sé. Iba a tu casa para ver a Dakota cuando vi todos los autos policiales alrededor. - Imbécil, te dije que la vigilaras bien.- gruñó. - ¡Lo sé y lo lamento! Pero ahora lo importante es saber cómo ubicar a Dakota. - ¿Cómo supieron donde estaba mi casa? - Por lo que supe… Peter te delató. Jamie apretó los dientes. Siempre había sabido que Peter era un obsesionado con el dinero, pero lo que nunca pensó, fue que lo iba a traicionar de esa forma. - Hijo de la grandísima puta.- masculló.- él me las va a pagar. - Jamie , concéntrate. Pasaré por ti al aeropuerto. - No te preocupes, iré a tu departamento. En cinco minutos estoy allá.- dijo y colgó antes de que Edd pudiera responder. Jamie guardó su móvil y se subió al primer taxi que encontró. Mataría a Peter… a él y todas las personas que querían alejarlo de Dakota......
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acosada
RomanceTe estaré vigilando...» Dakota no puede olvidar las últimas palabras de Jamie Dornan, el hombre al que una vez consideró tímido y conservador, y ahora lo describe como impulsivo y agresivo.