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- Yo también te quiero, Dakota. Dakota sonrió y se abrazó más fuerte a él. Una sensación de paz invadió a Jamie mientras sentía el corazón de Dakota latir sobre él e inconscientemente, se encontró abrazándola de la cintura para acercarla más a él. Edd entró a la casa de Jamie sin tocar. Mientras silbaba una canción, Edd entró a la cocina y sus silbidos se apagaron cuando vio a Dakota bailar. Se quedó boquiabierto mientras miraba el seductor movimiento que asían sus caderas al moverse y al parecer, Dakota no había notado su presencia porque seguía bailando al ritmo de la música que provenía de la radio al mismo tiempo que cocinaba. Edd se aclaró la garganta para llamar su atención. Dakota al fin paró de bailar y se volteó. - Oh, hola….- tratando de recordar su nombre, Dakota frunció el ceño.- ¿Edd? Él sonrió. - Hola, nena. ¿Bailas para mí? Dakota se sonrojó, pero aun así ignoró su comentario y siguió cocinando como si nada. - ¿Cómo entraste a la casa? Jamie siempre le coloca seguro a la puerta y no te oí entrar. - Tengo una copia de las llaves de la casa.- Edd se apoyó en el marco de la puerta y la observó. No pudo evitar fijarse en el atractivo culo, y en lo estupendo que sería poder tocarlo. Si tan solo no fuera el mejor amigo de Jamie….- hablando de Jamie, ¿Sabes donde está? - Salió hace un rato, dijo que volvería mas tarde. - ¿Qué estas cocinando? - Un pastel para Jamie.- sonrió sin dejar de revolver la cuchara de palo en el recipiente.- ¿Quieres probar un poco? - Claro que si. - Acerca te. Edd caminó hacia ella. Dakota cogió un poco de la masa con la cuchara para voltearse y llevarla directo a su boca. Como un niño obediente, Edd entre abrió los labios y saboreó hasta el último rastro de la masa. - Mmh… chocolate.- dijo él, mientras se relamía los labios.- está exquisito, Dakota. - Gracias, espero que a Jamie le guste también. Edd la miró y fue ahí cuando tomó conciencia de lo cerca que estaban. Fácilmente podría inclinarse y besarla. Un pequeño rastro de chocolate posaba en la comisura de los labios de Dakota, y la idea de quitárselo con los suyos era tentadora. Mientras la observaba, Edd notó que sus ojos tomaron un brillo especial y por un momento creyó que era por él, pero luego llego a la razón de todo esto: Jamie. Dakota estaba enamorada de él. Sólo había que oírla hablar de Jamie y notar el brillo en sus ojos. Una ligera oleada de celos invadió a Edd. jamie si que era un tío con suerte. - ¿Interrumpo algo? La voz de Jamie lo sobresaltó. Girándose, encontró a Jamie en la puerta con los brazos cruzados sobre su pecho mientras los miraba detenidamente. Los ojos de Dakota iluminaron al instante de verlo. - ¡Jamie!- exclamó ella, sonriente y sin dudarlo se lanzó a sus brazos. Pero Dakota se alejó de él al sentir que no le correspondía el abrazo. La cara de Jamie se mantenía inexpresiva mientras la apartaba de él, rechazándola. La sonrisa en la cara de Dakota se borró, y el brillo en sus ojos desapareció. - ¿Pasa algo?- preguntó ella. Jamie la ignoró. En vez de responderle, se dirigió hacia Edd. - Edd, sígueme. Necesito hablar contigo. Edd miró por última vez a Dakota y encogiéndose de hombros, siguió a Jamie por las escaleras.

acosada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora