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Dakota negó con la cabeza. - No haré el amor contigo.- le aseguró. - Llama lo como quieras; follar, coger, sexo… es lo mismo. Al fin y al cabo terminaras acostando te conmigo si o si. Ella apretó los labios, aguantándose las inmensas ganas de querer echarse a llorar y desvío su mirada hacia la ventana. - ¿Por qué haces esto?- preguntó ella sin despegar su mirada de la ventana.- ¿Qué es lo que te hice, Jamie? Jamie sintió un dolor desgarrador en el corazón, como si se lo atravesaran con un cuchillo. - Me dejaste solo. Te fuiste sin siquiera despedirte.- le dijo y Dakota pudo notar el sufrimiento en su voz. - Sabes que no fue así. Fuiste tu quien no quiso saber nada más de mi.- se volteó para mirarlo a los ojos, ahora cristalizados, húmedos por las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos. - Da igual, ya no importa.- dijo, aunque Dakota sabia que en el fondo de su corazón si le importaba, y demasiado. Se giró y camino unos cuantos pasos, pero antes de irse, agregó. - ya no estoy enamorado de ti, Dakota. Y ella ya no aguanto. En cuanto él se fue, Dakota se tiró a la cama y se desahogó llorando, fuerte. Era demasiado el sufrimiento por el que estaba pasando, que ya no podía más, ¿Dónde quedo el Jamie tierno y tímido al que una vez ella amo? Se ha ido… Ahora, lo único que le quedaba era rogar por qué Frank la estuviera buscando en ese momento. Nada mas quería su vida de antes, ¿Acaso eso era mucho pedir? Al parecer si debi haberme quedado en casa junto con Nico”, se repetía una y otra vez. Y de repente, Dakota se preocupó. Nico. ¿Qué habrá hecho Jamie con él? Rezó por que estuviera bien. Se levantó de la cama y miró a su alrededor, buscando alguna  salida. Llorar no le iba a servir de nada si quería huir de ahí. Se dio cuenta de que Jamie le había quitado el celular de su pantalón, le había colocado seguro a la puerta y ella era lo demasiado cobarde como para saltar desde la ventana. Rendida, Dakota se sentó en la cama y cogió un libro que encontró por ahí. Mientras que Dakota leía, pasaban las horas y el cielo se torno en un color anaranjado precioso. Atar decía, y ella estaba tan concentrada leyendo que no se dio cuenta cuando Jamie entro a la habitación. - Voy a salir, te dejé comida abajo por si tienes hambre.- dijo simplemente y se volteo para caminar.- y no intentes escapar de aquí, no lo lograras.- le aclaró. - Espera.- lo llamó antes de que se fuera. Jamie se detuvo en seco, pero no se giró. No quería verla a los ojos. La había escuchado llorar, y eso lo hirió más de lo que pensó. - ¿Qué? - ¿Qué hiciste con Nico? - Tranquila, a tu perro no le hice nada. La verdad es que no sé donde esta, la ultima vez que lo ví estaba en el parque. A la que quería era a ti, no a él.- dijo y se alejó. Dakota suspiro de alivio cuando escuchó la puerta principal del primer piso cerrarse. Al menos hoy no la tocaría más… por ahora. Dakota bajó de las escaleras con el libro en la mano, lo dejó encima de la mesa y comió un poco de lo que le sirvió Dakota . Después, cuando ya era de noche, se acomodó en el sillón de la sala principal y encendió la lampara que estaba a un lado para seguir leyendo el libro. Horas después, Dakota ya estaba que terminaba de leer el libro. Paso a la siguiente página cuando de repente cayó una fotografía de entremedio del libro hacia el piso. Se inclinó para recogerla, la volteó y al instante la sangre se le helo. Ella era quien estaba en la fotografía, junto con Jamie. El pasado inundó su mente, y recordó cuando le tomaron aquella foto. Los dos eran unos simples adolescentes, pero joder, se querían con tanto amor…
                                       °°Flash Back°°
- Dakota ven acá.- lo había llamado Jamie.- tome monos una foto juntos. - ¿Otra vez?- se quejó.- nos tomamos una foto todos los días, ¿No te basta con las que tienes ya? - No.- dijo divertido. Amaba hacerla enfadar.- ahora ven aquí. Dakota no dijo nada más y se le acerco. Jamie la rodeo de la cintura y apunto el lente de la cámara al frente de ellos. Sonrieron, y flash. - Salio bien.- sonrío Jamie viendo la imagen en la cámara. - Déjame ver.- observó la foto y al instante en su rostro se dibujó una expresión de terror.- ¡Pero que fea salgo! Borra la. Jamie entre cerro los ojos. - No la voy a borrar, sales preciosa.- le dijo con toda la sinceridad del mundo. Y es que para él, Dakota era hermosa en todos los aspectos. - Bueno, ahora vamos a mi casa. Recuerda que tenemos que estudiar para el examen de Biología.- lo tomo del brazo y lo jaló, pero este no se movió. - Quede monos un rato más aquí. Por favor.- le pidió. - Está bien, pero después nos volvemos a mi casa, ¿Vale? Esa sonrisa, esos ojitos, y esa carita que parecía de ángel… él no podía decirle que no. - Si.- le dijo él embobado. - Promete melo. - Te lo prometo. Dakota sonrío amargamente sin despegar sus ojos de la fotografía. En la escuela ella siempre deseaba lo mejor para él. Quería que Jamie tuviera éxito en su vida, así como lo pudo tener ella…
                                     °°Flash Back°°
Dakota escuchó el auto de Jamie aparecerse afuera. Cerró rápidamente el libro, apagó las luces y corrió escaleras arriba para encerrarse en su cuarto. Se acostó en la cama y se escondió bajo las sabanas. Al día siguiente el cantar de los pájaros despertó a Dakota . Giró sobre la cama, aun sin abrir los ojos y hundió su cara en la almohada. No tenia ganas de levantarse, y sobre todo no quería encontrarse con Jamie otra vez. Cuando de repente, unos ladridos familiares provenientes del primer piso la incitaron a levantarse. Nico. - ¿Nico?- se levantó y salio de la habitación. Bajó las escaleras y los ladridos se oían cerca cada vez mas.- ¡Niquito!- exclamó cuando lo vio. Jamie lo estaba sujetando de la correa, lo soltó y el perrito se lanzo hacia sus brazos. Dakota lo abrazó mientras que Nico meneaba su colita en gesto de alegría para luego acomodarlo en sus brazos y dirigirse hacia Jamie. - ¿Dónde encontraste a Nico? - Estaba en el parque acostado durmiendo. Al parecer no se había movido de ahí desde que te secuestre.- le explico simplemente.- tuve pena por él, y pensé que seria mejor dejarlo bajo tu cuidado. Dakota asintió, sabiendo que en el fondo lo que estaba tratando de decirle era que se preocupaba por ella. - Gracias por eso. - No hay de qué. - ¿Qué traes ahí?- preguntó ella refiriéndose a las bolsas que sostenía de su mano izquierda. Jamie sonrío...

acosada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora