Capítulo 12.

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GEVREL DE CHESLAV.

Jodido.

Los besos fríos que se insertan en mis brazos, seguido de mis pechos y finalizan en mi cuello me despiertan encendido al todo.

Abro los ojos, encontrándome con una bruja en celo, que se mueve sobre mi polla mientras se sostiene con sus manos apoyadas en mis pectorales.

Tiene los pechos al aire y su cintura me hipnotiza con su movimiento circular que hace que gruña cuando se detiene a besar mis labios que reciben gustoso los suyos.

Maldita bruja.

La llevo a donde quiere y me lleva con ella a donde quiero, para luego verla desnuda ducharse frente a mis ojos, como si no se avergonzara de nada de ella, y la verdad es que no debería, porque todo está en su sitio y nada mejor que su glorioso culo gordo.

Tomo mi ropa y salgo del baño, visualizando a la niña que yace dormida babeando sobre la almohada, mientras abraza a su peluche de dragón.

La tomo en mis brazos y salgo de la habitación sin decir nada ni emitir ruido alguno, cruzandome a Freya en el pasillo al salir.

-¿Madrugando Gevrel?

-¿Me vez despierto o no? -paso por su lado y levanta una pared de hielo, impidiendo mi pasada.

-Cuida tus palabras conmigo, que no se te olvide donde estas y quien soy yo -dice y río acomodando a Mary en mis brazos.

-Que no se te olvide a tí quien soy yo y de lo que soy capaz. Sabes que puedo con todos tus soldaditos de hielo y más.

-¿Y con la invocadora podrás? -dice y gruño acercándome a ella- Eso noté, Gevrel. La historia se repite, procura ganar esta vez...

-La historia no se repite porque Betania no es como tú, y Aleksander le importa más allá de su poder. La historia empeora, porque ella tiene al Oscuro en sus manos y eso es lo que te hierve la sangre -suelto y me mira con rabia en los ojos.

-Sabemos que Aleksander es incapaz de amar, solo la quiere por su poder, y tú solo la quieres para follar. Entonces adivina qué, Betania es una joven hermosa que sigue los pasos de lo que yo cometí.

-Al contrario. Ella tiene algo que tú no, y además del amor de Aleksander, tiene un poder triplicado al tuyo -le digo y pestañea a punto de llorar, pero se voltea encaminandose a la habitación de Betania.

Maldito juego y maldita vida la que me tocó vivir.

Maldita anciana que me dio millones de monedas por traer a una bruja loca a un castillo donde una reina loca la quiere para su beneficio, mientras otro brujo loco la busca desesperadamente.

Muy bien, Gevrel, te buscas los problemas.

Mary se mueve incómoda en mis brazos y la llevo a su habitación acostandola para luego cerrar la puerta antes de salir.

Entreno solo en el ring de hielo, pateando y golpeando la bolsa de hielo que cruje cada que golpeo.

Las mujeres pasan y más de una vez caen sus miradas sobre mi, pero luego son apartadas cuando el búho vuela sobre nosotros, intentando buscar el fallo que no encontrará en mí, pero que quizá si en otras personas.

Un idiota me reta a una pelea cuerpo a cuerpo que acepto y gano, quebrandole un brazo y dislocando su tobillo derecho. Se suman dos más que salen iguales o incluso peores y bajo del ring, mirando a Freya que tiene sus manos entrelazadas sobre su abdomen, mientras mira no sé qué a su derecha.

La luz solar se cola entre las columnas de hielo, iluminando el rostro blanco de la mujer que yace vestida de negro, con un enterizo y espadas colgadas a sus laterales.

Oscuro Deseo. [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora