Capítulo 32.

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1 AÑO DESPUÉS.

BETANIA.

Queen.

Dejo que la daga perfore mi piel, cayendo las gotas de sangre que caen sobre el papel que sostiene el padre frente a mí y Jamie.

-Su unión es confirmada, ¡De pié! ¡Salud y gloria para los nuevos reyes de Escocia! -grita.

Se alza el festejo y sin siquiera inmutarme, dejó que me bese los labios.

-¡Viva el rey y la reina de Escocia!

-¡Viva! -gritan al unísono alzando las copas.

Linda, mi primera amiga aquí, camina del brazo de Jackson, sonriéndome desde lo lejos.

Carmine bebe mientras su hija María devora la comida y a lo lejos, los padres de Jamie y Jackson, bailan juntos al compás de la música.

-Cambia esa cara te lo pido, es nuestra boda -susurra sin dejar de sonreír.

A penas embozo una sonrisa y tomo su mano cuando me la extiende, sentandonos en nuestros tronos.

Jamás creí llegar hasta esta instancia donde en algún momento sería reina de todo un país, sin embargo, no contaba con que una muerte me afectase tanto, como para tomar el poder que necesito antes de atacar y con todo.

Freder, Levka y Chelsea están bajo la sombra, bajo el poder del Oscuro, mientras los otros continentes se mantienen ocultos para no atentar una guerra que saben que van a perder.

-Que su amor sea siempre prospero, su alteza.

Varias personas dejan sus regalos mientras mis ojos recaen en la puerta, esperando algo que no va a suceder.

Me juré a mí misma casarme algun día con alguien que me hiciera arden en las llamas del deseo y del amor. Y heme aquí, casada, sin amor, sin deseo y sin ganas de nada.

Jamie era el heredero y era el mejor partido, mientras que con Jackson mi palabra jamás hubiese tenido valor.

Seguí las palabras de Carmine; "Cásate con Jamie, y cuando seas reina, destruye a todos los que te arrebataron a quienes amabas."

Asumí que si Gevrel lo habían matado, eso significaba que todos los demás estaban muertos.

Maryland, Inessa, Egor, Jasper, Edwin, Luka y Zenya, ya estarían 12 metros bajo tierra.

Mi dolor me hirió, me cerró y me cegó. Cada uno los lloré, los lloré por meses, e incluso la muerte de mi hermana la lloré hasta el día de hoy.

Pero ninguna de esas muertes, se asemeja con el dolor que me dejó la de Gevrel de Cheslav.

-Vamos a bailar.

-No gracias.

-Betania..

-Dije que no, ve tú -increpo y se levanta.

Su madre baila con él, mientras yo finjo sonreír bajo las miradas de mujeres celosas qu añoran mi puesto y mi marido.

Se los regalo.

Oscuro Deseo. [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora