Capítulo 22.

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GEVREL DE CHESLAV.

Regocijarse.

-Mary por el amor a todos los santos, deja de saltar en la maldita mesa -escupo arto, bajandola por 3 vez- ¿Y tú que miras?

-No te miro, estoy pensando como es posible que exista alguien tan taidoe por como tú -suelta Egor.

-¿Si? Vaya por dios, no puede importarme menos.

-El almuerzo está listo.

Corto el filete de Mary en trozos pequeños y no comprendo que carajos le cuesta tomarlo con la mano y simplemente clavarle los dientes.

-Huele a... Quemado.. -olfatea Jesper.

-Yo iba a decir lo mismo, pero... -olfatea Edwin- A quemado en exceso.

Me pongo de pie cuando sin pensarlo, el humo negro entra por la ventanilla. Camino a la puerta y una correntada de viento feroz me hace retroceder, cayendo al suelo cuando la puerta se abre.

Mary esta en el suelo, al igual que todos por el viento fuerte que arrasó con todos nosotros. Edwin levanta a Mary y yo me pongo de pie, tomando ambas espadas, en guardia para lo que está a punto de entrar.

Jesper toma sus armas, Inessa sus dagas, y Egor su bastón, mientras el humo negro se cola por la puerta.

El rastreador entra con la espada en la mano, seguido de una morena de ojos azules, similares a...

No...

La mujer de cabello negro y ojos azules que me tiene al borde del abismo, entra a la casa erizando cada vello de mi piel, centrándose en mí apenas pone un pié dentro.

-¡No hay tiempo! ¡Deben huir ahora! -grita eurofica y todos le hacen caso- Los árboles están en llamas, el bosque será destruido, las tropas del palacio vienen hacia aquí, deben huir todos, ahora.

Mary corre a abrazarla mientras yo sigo estático en mi sitio.

-Qué no te gustaba ¿No?... -susurra Edwin a mí lado.

Lo ignoro, no puedo apartar la vista de ella.

-Escuchame cariño, ¿Recuerdas mi obsequio? -le pregunta y asiente- Bien, tengo otro para tí, es más grande y solo debes usarlo una vez y cuando lo necesites, ¿Si?

Le da una caja pequeña y no acciono.

-Cuidaste muy bien de Gev, ¿Cierto? Eres toda una princesa valiente -le pica la nariz e Inessa la toma mientras comienzan a abortar la casa.

Me mira, la miro y el ambiente no puede estar más tenso de lo que ya lo era antes.

Alza su mano, enseñándome el anillo y siento una extraña sensación en el pecho.

-Nunca me lo quité...

Mira mi mano, y emboza una tímida sonrisa al ver el anillo en mi dedo.

-Los encontraré, debes huir con ellos, protegerlos -dice dando dos pasos adelante- Los mantendremos ocupados, ¡Vete!

Le hago caso, guardo las espadas y tomo el bolso que traje conmigo. Salgo por la puerta cuando tres invocadores se acercan a la casa y...

Lo pienso, veo correr a mi hermana de la mano de Inessa y le entrego el bolso a Edwin.

-Los alcanzaré luego, cuida a Mary -le digo y asiente.

Se pierde entre los árboles y tomo mis espadas, partiendo en dos a los invocadores que comienzan a llegar.

Betania está en suelo peleando con uno que está a punto que clavar la espada en su garganta y sin dudarlo, lo degollo.

Tomo su mano, poniéndola de pié y me mira por un segundo que parece una eternidad.

Oscuro Deseo. [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora