Capitulo 24.

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GENERAL KIRIGAN.

Él peor villano.

-General.

-General.

Me habla Ivan y no capto nada de lo que dice.

-¿Qué haremos ahora? -suelta.

-Viajar a Vyachesl, ya sabes para qué.

Asiente, saliendo por la puerta cuando le doy la espalda.

Betania... Betania... Betania...

En qué problema te has mentido huyendo de mis brazos...

De solo recordar lo ingenua y tonta que es por haber huido, me hace reír. Pero más me hace reír, que crea que tiene oportunidad de ser alguien en la vida si no está acompasada conmigo.

-Señor... ¿Me mandó a llamar? -susurra Tassia entrando en mi despacho.

-Sí.

-Dígame para qué soy buena.

-Para arrodillarte y quitarme esta tensión -suelto y me mira- Ahora.

-Señor yo... Tengo pareja.. -titubea.

-Bien, entonces lárgate.

-Señor... Si me lo permite... Creo que debería buscar ayuda, se le ve muy mal y temo que pase a peores su condición.. -dice y mira mis nudillos- Parece que no durmió en décadas.

-Siento que han pasado décadas, Tassia.

-Sé lo que se siente... Ya sabe, que le rompan el corazón... -dice y toma asiento frente a mí- Pero siempre habrá alguna mujer para usted, solo debe buscarla General.

-Siempre la habrá y ya la encontré. No hay otra mujer, no hay otro destino, no hay otro equilibrio para mí, que no sea Betania Sokolov.

Lleno la copa de vino, bebiendo de un trago, para hacer lo mismo dos veces seguidas.

-General, necesitamos un líder y no hay más como usted. Debe levantarse, arrasar con todo..

-A su tiempo, Tassia. Betania no hace más que estar perdida en el bosque. Vaya a saber cuál es su paradero...-inquiero.

-O tal vez follando con ese hombre de cabello blanco.

No soporto esa afirmación.

Arraso con el escritorio, tomándola del cuello con fuerza.

-Si vuelves a decir algo como eso, te juro que yo mismo te voy a matar.

-Si mi general... -solloza.

-Betania no folla, no... Y menos con él...

Se va frente a mis ojos y caigo al sofá quitándome la capa.

Bebo alcohol puro de la botella que me trajo Ivan. Mirando la inmensa estatua de la mujer que volvió a dejar.

-Olvídate de ella.

-No, no quiero. Mi corazón sigue vivo por sus guerras y sobre todo por su recuerdo -suelto.

-Estás perdiendo la cabeza, déjala vivir en paz y lejos de tanto caos -inquiere Irisha.

-Ella nació sin paz, querida hermana. No tiene y nunca tendrá paz, ni lejos ni cerca de mí.

-Vas a destruir el mundo por esa avaricia, sumando la insistencia de buscarla. Los grupos de maleficae están agotados, y necesitan descansar.

-Bien, que descansen entonces. Mañana seguirá la búsqueda -suelto y la miro- Si no quieres quedarte ciega, no vuelvas a mentirme, Irisha.

Me deja solo.

Oscuro Deseo. [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora