Oscuro Deseo. [PAUSADA]

Capítulo 17.

BETANIA.

Poder sobre mí.

Los golpes en la puerta me despiertan, saco mis pies de la cama y me obligo abrir la puerta, sabiendo quien es y él porqué.

La rutina comienza otra vez.

Darya está sola, detrás de la puerta, con su maletín y un carro de vestidos para una reina.

Le doy la espalda dejando la puerta abierta para que pase y vuelvo a la cama cubriendo mi cuerpo hasta la cabeza con las mantas.

-Betania madura por dios y levántate así puedo hacer mi trabajo -especula.

-Me duele el hombro, creo que tengo fiebre. Lárgate -miento y se trepa en mi cama quitándome la manta a las malas, posando su mano en mi frente.

-Estás bien sana mentirosa, anda vamos.

Me levanto obligada y me siento en el taburete mientras alisa mi cabello para luego hacer rulos en las puntas. Me coloca una estupida diadema en la cabeza y maquilla con sutileza mi rostro.

No la miro, ni digo nada, solo dejo que haga su trabajo para que se largue de aquí lo más antes posible.

Toma el maletín, lo cierra y corre el carro de vestidos frente a mis narices.

-Tienes este, este, este también o este -dice sacando vestidos- Son los más hermosos y los más combinables con tu piel y belleza.

-Belleza -río- Cualquiera está bien, estar aquí es como usar un trapo con las manos esposada, me da igual cuál vestido usar.

-Yo creo que él negro te quedará bien, eres blanca y resaltará tus ojos verdes -dice y ni la miro- Betania por favor, tuve mis razones..

-No necesito explicaciones de tus motivos, ahora tú entiende los míos y es que quiero que te vayas de mi habitación. Llévate el estupido carro el estupido maletín, y deja el maldito vestido negro sobre la cama -escupo ardida.

-Volviste grosera y mal hablada, tú no eras así -articula con los ojos brillantes.

-Adivina qué, él que mi mejor amiga me haya mentido y él que el hombre que amé me haya traicionado y manipulado, ¿No te parece suficiente motivo para ser una grosera y mal hablada? Disculpa por mi comportamiento maleducado señorita Netsov -suelto con sarcasmo.

Limpia las lágrimas y toma las cosas de mala gana para irse de la habitación.

Bufo, enterrando mi rostro entre mis manos, para luego mirarme en el espejo. No sé que pretende o que espera, pero una reina no soy, ni seré.

Me coloco el vestido negro que mantiene un escote en V, demasiado largo, dejando a la vista más de lo que suelo enseñar.

Los accesorios yacen sobre el tocador y me los pongo de mala gana, antes de salir de la habitación con la insistencia de los golpes.

-Darya joder te dije que me dejaras so... -suelto quedando helada cuando veo a Ivan en la puerta- Lo siento, creí que era Darya.

-Para tu mala suerte no, soy yo. Acompáñame y apresura esos pies, no tengo todo él día.

Lo sigo cagando leches ya que camina a una velocidad que me deja sin respiración.

-¿Luka dónde está? -suelto cuando salimos al jardín de flores rojas del palacio- No...Me... Jodas...

El inmeso monumento tallado a la perfección se posa frente a mis ojos, dejándome helada por lo que estoy viendo.

Es imposible.