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Peiné suavemente mi cabello con un tranquilidad que no sabía de donde había sacado.

En pocas horas había llegado a Canadá saliendo completamente del alcance de mi padre.

Estaba dispuesta a retomar mi vida pero no sabía donde comenzar.

- ¿Nadenka? - Yuzuru se asomó por el marco de la puerta - Brian dijo que podías acompañarme a la práctica de hoy - asentí y el chico desapareció.

Por sugerencia del mismo japonés había dormido en su apartamento con el permiso de poder quedarme en este hasta que encuentre una nueva residencia.

Me levanté cerrando la puerta y abriendo mi maleta para buscar que ponerme.

Me vestí con unos baggys cafés, un top boxy con un simple estampado, mi sweater de peluche favorito beige, converse del mismo tono, una boina combinada con el pantalón y pequeños pendientes.

La puerta sonó y luego de dar el permiso de pase esta se abrió revelando al chico con su equipo deportivo puesto.

Con un pequeño ademán comencé a seguirlo hasta salir al lobby del lugar. Tenía bastante curiosidad por saber quien entrenaba al mito del patinaje artístico.

Desde las ventanas del automóvil podía ver personas más abrigadas que yo.

El clima estaba cambiando para recibir a la primavera sin embargo seguía haciendo frío. Aunque no podía igualarlo con el invierno en Rusia.

A pesar que el frío no me afectaba mucho me arrepentía de solo llevar un abrigo. El lado positivo es que estaría en la pista de hielo que tenía un clima moderado.

Tocaron la ventana del auto y miré al chico que sonreía. La puerta fue abierta y el japonés extendió su mano ayudándome a salir.

- Denka - miré a Yuzuru atenta - bienvenida al club donde practico.

- Es lindo - miré alrededor - parece ser lo suficientemente bueno para Yuzuru - nuevamente sonrió, a veces me preguntaba si no se cansaba de hacer ese gesto.

Entre todos los lugares ostentosos dentro de Toronto este parecía llevarse el premio. Parecía un lugar exclusivo para la élite.

- Señor Hanyu - un hombre que parecía diez años mayor a nosotros nos recibió - veo que trae una invitada.

Me analizó e incliné mi cabeza como modo de saludo.

- Nadenka Ivanov - contesté y el mayor cubrió su sorpresa rápidamente.

- Una disculpa por no reconocerla senorita Ivanov, normalmente no se la ve fuera de la pista - asentí comprensiva - ¿Viene a hacerse miembro?

- Eso lo decidirá luego - dijo amable Yuzuru cortando el momento - gracias por la bienvenida Elliot.

Comenzó a caminar y lo seguí analizando el lugar. Era lujoso pero no lo suficiente para sorprenderme.

- Bienvenidos chicos - el hombre de unos cincuenta años nos sonrió - Yuzuru ve al gimnasio.

Asintió alejándose. Al parecer dentro de la pista había un gimnasio para que los que venían no tengan que ir al principal.

Sabía que Brian sabía de mi existencia más allá de la pista de hielo con el conocimiento que me dio Yuzuru anteriormente.

Aunque no sabía hasta donde.

En un parpadeo tenía al frente una gran caja con un pequeño lazo en su tapa.

- Ábrelo - con duda tomé lo que el mayor tenía descubriendo otra caja más elegante dentro.

Tomé el pesado artículo sentandome en una banca y abriendo nuevamente la tapa.