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Asintieron satisfechos regresando al estadio mientras ella retomaba su caminata al camerino.

Tuvo que repararse en tiempo record regresando al ojo público viéndose perfecta.

El ruido a su alrededor le parecía insoportable. Inconscientemente la gente aplaudía en su nombre alabando su triunfo mientras ella agradecía con una fingida sonrisa en su rostro.

Cualquiera que se diera cuenta de las leves marcas rojas bajo sus ojos asumiría que era por su gran debut en el patinaje.

Después de que el evento acabara con los puntajes revelados llamaron a los campeones de las tres secciones entregando sus respectivas medallas y flores.

Pasaron unos minutos para que la competencia terminara y los patinadores se despidieran oficialmente.

Al regresar a los camerinos Nadenka se cambió de atuendo apresuradamente y corrió a la salida entrando al auto donde la esperaba su padre para ir al hospital.

El ambiente que le rodeaba era tan lúgubre.

Llegando al hospital volvió a correr por los pasillos del gran edificio después de pedir indicaciones llegando a la habitación de su madre viendo a un doctor saliendo de la habitación de la mujer.

- ¿Qué tiene mi madre? - preguntó Nadenka señalando la habitación de la mujer.

Había llegado sin aliento levantando algunas miradas. Después de todo seguía con el maquillaje y peinado de la presentación lo único que había cambiado era su ropa.

El doctor miró extrañada a la chica pero luego de analizar la situación su rostro reflejó pena.

- Crisis tonicoclónicas - respondió el hombre mirando a la chica.

Sintió un escalofrío paseando por su espalda y seguido una mano se apoyó en su hombro.

- La señora tuvo una convulsión generalizada en la rama tonicoclónica - explicó el profesional viendo al adulto - ella tuvo una pérdida abrupta del conocimiento y después le dio un ataque epiléptico.

Lo único que Nadenka había entendido de toda la situación era que su madre debía estar en peligro y eso le preocupaba.

- ¿Estará bien? - preguntó susurrando, tenía miedo.

- Mientras tome los medicamentos nada sucederá - la chica asintió con más esperanzas que antes.

(...)

2016

La luz de la farola fue tapada por la silueta de lo que parecía ser un chico.

- ¿Estás bien? - preguntó en inglés con un tono curioso.

Seguro me veía como basura en este momento. Se suponía que debería estar celebrando por la nueva medalla que había ganado pero me encontraba recostada en la pared llorando afuera del restaurante que alquilaron los patrocinadores de la competencia.

Si mi padre se enterara en las condiciones que me encontraba seguramente me quitaría el apellido.

- Estoy bien, no te preocupes - contesté aunque por más que intentara aparentar el rímel corrido me delataba.

Aparte que no estaba frente a una persona a la que le podría mentir fácilmente.

Si bien mi estatus era alto al arrazar con todas las medallas siendo el terror de las patinadoras gracias a mi listado de victorias seguía existiendo alguien mejor que yo.

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