Capítulo XLVII

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Dedicado a DarkSweetLady18 por haber dado el primer comentario en el capítulo pasado, y a fredqie_ por haber dado el primer voto en el capítulo pasado.

***

   Cubrí mi cabellera castaña con un gorrito y me aseguré que mi bufanda estuviera bien puesta. Eran mediados de diciembre, estaba nevando un poco y hacía un frío que me hacía querer estar envuelto en las cobijas bebiendo una buena taza de chocolate caliente.

   Sin embargo, por la insistencia de James, Paul, Martha y yo tuvimos que salir al patio para jugar con la nieve.

   —Espero que ni se te ocurra quitarte la bufanda, ¿eh? —Paul el envolvió el cuello a James con una de color verde—. Hace frío. Y Mary, princesa, tú también, ¿oíste?

   Ella se sonrió y se ajustó la bufanda, mientras metía las manos en los bolsillos de su chaqueta para sacar su móvil. Había venido desde Cambrigde hasta Liverpool por vacaciones decembrinas, y Paul estaba feliz por tenerla tantos días cerca de él. A veces iba los fines de semana, pero aquellos se pasaban volando; el hecho de que pudiera compartir con su familia casi un mes entero la hacía sentirse feliz a ella también.

   —¡John, vamos hacer un muñeco de nieve! —me espetó James, cruzando la puerta del patio trasero—. ¿A qué hora te vas?

   Miré el reloj que envolvía mi muñeca. Eran las seis de la tarde.

   —Cómo dentro de una hora, más o menos —le contesté.

   James bufó mientras que Paul le colocaba un gorrito.

   —¿¡Y por qué no te quedas hasta mañana!?

   —Porque no vine con planes de quedarme, bobo —le toqué la punta de su naricita respringada—. Luego me quedo, ¿sí?

   —Sí, para que entonces en la mañana prepares desayuno.

   —Agh, qué interesado.

   Le hice un par de cosquillas y él se rió, para luego salir disparado hacia la nieve que había sobre el patio. Antes que sus manos la tocaran, Paul lo tomó del antebrazo y le dio los guantes.

   —Ten. Colócatelos.

   James bufó y, mientras rodaba los ojos, cubrió sus manos con aquella tela calentita.

   —Ya.

   Luego de decir aquello, se apresuró a tomar la nieve entre sus manos para formar una bolita que le aventó al rostro de su padre.

   —James..., le estás faltando el respeto a tu papá y a un policía al mismo tiempo...

   Él emitió una risita y echó a correr hacia donde su hermana, que le aventó una bolita de nieve en cuanto se descuidó. De inmediato Martha se les unió y comenzó a correr tras ellos mientras recibía una que otra bola de nieve al cuerpo que la hacía sacudirse y volver a correr.

   —Vamos a sentarnos aquí...

   Paul deslizó su mano por el banquito de madera y logró quitar la nieve que había, para después hacer que nuestros respectivos traseros se acomodaran encima. Una vez ahí, entrelazó su mano a la mía y me dio un besito corto en los labios.

   —Soy el hombre más feliz del planeta. Y tú eres muy responsable de que me sienta así.

   Una risita salió de mi boca en cuanto escuché aquello. Él también se sonrió.

Broken Hearts ➳ McLennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora