─¡Es la tercera vuelta! ¡Vamos, Alis, puedes montar mejor!
«Montar, montar...
Montar... me.»
Ruby me golpeó para salir de mis pensamientos, y mis ojos volvieron a Alissa, quien traía el caballo para mí y para la princesa. La mujer de la silla no dejaba de gritarle que montara de otras formas, para impresionar a la princesa.
Aún así, a la morena no parecía agradarle Alissa.
Luego de acoger de manera correcta a Biun, habíamos decidido llevarla con Alissa para que la inspeccionara y nos diera buenas instrucciones sobre sus cuidados. Ahora, ella estaba trayendo a mi corcel de manera calmada, luego de haberla montado para hacer que estirara sus patas un rato.
La pelirroja de pecas pálidas me miró sonriente al bajarse, dándome la correa de mi caballo.
─Seth. Pasaron años ─rió y le sonreí de igual forma─. No sabía que ahora eras un guardia privado.
─Yo no sabía que ahora eras parte de... ─con mi mano señalé el lugar. Había un establo enorme y bien cuidado, una vegetación con huertas gigantescas detrás, animales por doquier y juraría que más secciones parecidas─ Esto.
Sus mejillas se inflaron con una risita que soltó. Fue lindo oírla. Podría apostar que debajo de sus párpados habría un poco de rubor que por el sol yo no podía ver bien.
─Sí. Es... Nuevo para mí ─se volvió hacia la princesa, quien la miraba inexpresiva─. ¡En fin, tenga su caballo! Fergus es...
─Biun ─corrigió la princesa a mi lado. Estaba impresionantemente seria, como si estuviera molesta─. Se llama Biun ahora.
─Creí que...
─Ya he hablado ─interrumpió─. Gracias por tus servicios, le eres de ayuda a mi reino. Ya puedes irte ─luego, me miró amenazante.
De sus ojos casi desprendía fuego, aún si tenían el color de las nubes.
Con esa señal tan evidente, le sonreí a Alissa, recitando un «Gracias» cordial y una pequeña reverencia. Sostuve la correa de Biun y nos separamos de la pelirroja, mientras que la princesa Ruby caminaba con rapidez delante mío.
No evité desviar mi vista hasta su cintura y su espalda baja. Ella estaba más delgada, lo podía ver todavía si tenía ese gran vestido, y notar eso me sorprendió. O, quizás, me preocupó.
─Mi princesa ─llamé para que parara, pero ella seguía caminando con lo que yo creía era molestia. Al no obtener respuesta, repetí lo mismo─. Mi princesa...
«Maldición.»
─¡Ruby!
Mis sentidos me traicionaban al decir su nombre. Sabía que no era correcto y que era inapropiado nombrar a mis superiores como si fueran mis amigos o algún inferior.
Ella se volteó, dejando que su cabello rizado oscuro jugara en el viento. No traía su corona, y ahora que lo había pensado, solo cuando fue a buscarme se la vi puesta.
─¿Setherin, sucede algo? ─cuestionó con un tono de voz... Difícil de entender.
Sonaba fuerte, y brusco, pero no autoritario sino agresivo.
A su vez, seguía teniendo su melódica voz, mas ahora parecía sacada de sus casillas.
Y podría apostar que era algo contra mí.
Las mujeres eran un dilema. Las mujeres kuviras eran un libro de enigmas, envuelto en otro libro de dilemas, envuelto en un acertijo, con una contraseña secreta, en una caja fuerte.
ESTÁS LEYENDO
De oro y bestias© | ✔
Fantasy❝Sabía que me dejaría devorarla si se lo pedía. Después de todo, estábamos hechos de oro y bestias.❞ ━━━━━ Seth es un Kova, seres que según las leyendas atacan salvajemente en las noches, con grandes colmillos y garras, y en el día, cobran forma hum...
