Sin razón. Era un completo sin razón aquello. Sin más preámbulos, se me prohibió ver a la princesa.
Pasaron dos días y me preocupé, aunque ella intentara escabullirse para verme, los visitantes no se iban y la retenían, y la reina parecía estar más que de acuerdo con eso. Eso parecía más una cruzada de enamorados, pero era puramente por verla bien.
Después de una semana me estaba esperando en los establos, donde había yo pactado asistir cuando recibí una nota en mi bota.
Sí, la puso dentro de mi bota.
"Querido Setherin, soy la princesa Ruby de Soldier. Solicito tu presencia en un encuentro secreto en los establos en veinte minutos. De enterarme que divulgaste la información sobre este encuentro, te degollaré personalmente.
Gracias de antemano.
̶C̶o̶n̶ ̶c̶a̶r̶i̶ñ̶o̶,̶ ̶R̶u̶b̶y̶.̶
Atentamente, La princesa."No se leía bien la letra de lo tachado, pero no le di importancia. Claramente no me negaría, también podría acabar en decapitación.
Y ahí estaba yo, en los establos, sentado lejos de Biun, esperándola, preguntándome qué habría pasado, imaginando, en mi cabeza, una charla ficticia y que posiblemente no se presentaría. Algo que iniciara como: «¿Qué tal, princesa? ¿Sucedió algo?» y terminara en diversos escenarios. En uno, me hablaba simplemente. En otro, quizás había una declaración.
Aunque... No sabía en dónde tenía la cabeza.
Finalmente, se hizo la hora, pasaron los veinte minutos.
Y otros dos.
Y otros diez.
Y sucesivamente hasta cumplir una hora.
Iba a marcharme, poniéndome de pie, hasta que sentí una presencia, empecé a oír un latido que me inmovilizó; saqué mi espada de la funda en posición de pelea.
A pesar de ser solo un corazón, los kovas podíamos distinguir cuando el latido provenía de ciertas especies. El latido de un caballo era muy diferente al de un kuviro, un humano o un kova.
Y esta no era una kuvira.
─Me encantaría saber por qué te lamentas en mis establos ─mencionó ella. Su cabello rojizo estaba rizado y bien peinado, y vestía un nuevo uniforme, uno verde con detalles dorados en los bordes.
─Me gusta el nuevo look, Alissa, pero no me estoy lamentando ─guardé la espada, haciendo sonar la hoja contra la funda─. Estaba esperando a alguien.
─¿Tal vez, una princesa? ─su pregunta me hizo fruncir el ceño, y volví a sacar la espada.
─Te lo preguntaré de forma simple: ¿Hiciste algo, Alissa?
─No, por supuesto que no, así que no te asperes ─con su mano libre tomó la punta de mi espada cuando fue acercándose, casi empujándola hacia el suelo para desviarla─. Solo escuché cosas, ya sabes, vida de Cuarzo Rosa.
Mi rostro sintió rápidamente el calor cuando ella se acercó a mí, por un segundo casi olvidaba que ella había sido mi primer amor, destrozado por la prohibición. Los kovas no podíamos amarnos entre nosotros, ni relacionarnos de esa forma, todo esto para evitar reproducirnos.
Aún así, ella sabía que la había amado.
─¿Estás ocupado ahora, Seth?
─¿Por qué preguntas? ¿Quieres que te ayude en tu cuidado de animales salvajes de nuevo, Aliss?
─Algo parecido. ─rodeó mis hombros con sus brazos, un brazalete en su muñeca resplandeció cuando ella levantó el brazo y dijo:─ Matusimaje Aploviat.
Las puertas del establo se cerraron con fuerza, mas silenciosamente. Los caballos no hicieron ni un sonido. Y Alissa tocó mis labios con sus uñas.
─¿Una vez y ya? ─sonrió─ ¿O tienes mucho trabajo?
Rodé los ojos. La extrañaría durante las épocas de frío, ya que tendría que irse muy lejos. No habría que preocuparnos. Era un hecho que, si el kova estaba marcado, no podía gestar ni embarazar a alguien más.
Yo no estaba marcado, pero Alissa llevaba muchos años con la piel reclamada por un kuviro de clase alta que la quería para él solo. Lastimosamente, no le sirvió para que ella lo amara, a pesar de ser preciosa, Alissa también era inteligente, y ella sola decidió que la mejor opción era arrancar un poco de piel de la marca. No la liberó, pero le quitó ciertas limitaciones.
Ella sí podía amar a otra persona, solo que nunca lo había hecho.
─Quiero que luego de esto no me hagas limpiar a mí solo.
Ella soltó una risita que le hizo brillar los ojos. Me gustaba pensar que era por mí.
Pero cuando me besó, no pude pensar en ella.
─Alissa, yo... ─un dedo en mi labio me hizo dejar de hablar.
─No lo digas aún ─negó. Ella creía saber.
Y por un segundo, me sentí mal por eso, porque ella solo creía.
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De oro y bestias© | ✔
Fantasía❝Sabía que me dejaría devorarla si se lo pedía. Después de todo, estábamos hechos de oro y bestias.❞ ━━━━━ Seth es un Kova, seres que según las leyendas atacan salvajemente en las noches, con grandes colmillos y garras, y en el día, cobran forma hum...