Capítulo 4.4: musofobia

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Soonyoung estaba de acuerdo con Minghao, debían salir de allí antes de que Jihoon se pudiera acercar lo suficiente a ellos.

Estaba sosteniendo firmemente la mano de Seungkwan para ayudarlo a salir corriendo, pero cuando Minghao lo hizo girar y dar media vuelta, sintió cómo el brazo de su amigo en donde se encontraba su firme agarre de pronto se hacía más débil, como si su brazo acabara de hacerse más delgado.

De inmediato volteó hacia el menor, asustado, pero lo que vio lo hizo detenerse y entrar en pánico.

Para empezar, Seungkwan ya no estaba a su lado, y pronto se dio cuenta de que no había nadie más a su alrededor, y la única prueba de que algo más había estado allí fue la chamarra de Seungkwan que aún flotaba en el aire, como si el torso de su amigo estuviera a su lado, invisible. Y eso habría sido suficiente para asustarlo, pero rápidamente se dio cuenta de que, si bien parecía que sólo se trataba de una prenda cualquiera, algo dentro de ella (incluyendo el área del brazo que Soonyoung estaba tocando) comenzó a removerse de manera frenética.

El chico quiso deshacer el agarre que tenía, pero no podía. Su mano que antes rodeaba el brazo de Seungkwan ahora estaba rodeando una de las cosas que se movían dentro de la chamarra, y su mente lo traicionó de inmediato al imaginarse lo que podría ser.

Le ordenó a su mano que se soltara, pero ésta no le hacía caso. Comenzó a sacudirla, haciendo que la chamarra se moviera con más violencia, pero parecía que entre más quisiera retirar su mano, ésta se aferrara más y más.

Caminó por todos lados, llevando la chamarra con él, pero la prenda se negaba a separarse ni un poco de él.

Y fue cuando Soonyoung ya empezaba a desesperarse que llegó la peor parte. De la nada, la chamarra aún en movimiento empezó a abrirse por todas partes, como si las costuras mágicamente desaparecieran.

Entonces el chico vio lo que había dentro.

Soonyoung recordaba una vez, hacía unos pocos años, que entró a su cuarto y encontró una rata de tamaño mediado andando como si nada, de un lado al otro. Gritó lo más fuerte que pudo hasta que recordó que estaba solo en casa. Tuvo que llamar a Minghao y Mingyu, quienes llegaron de inmediato, atraparon al animal y lograron calmarlo después de unos minutos.

Sin embargo, en ese preciso momento, se dio cuenta de que allí no estaban ni Minghao ni Mingyu para salvarlo. Que no podía llamarlos para que le ayudaran, ni a ellos ni a nadie.

Y también se dio cuenta de que esta vez no se trataba sólo de una rata, sino de cientos de ellas, metidas todas de manera apretujada en la chamarra, y él estaba sosteniendo a una. Notó eso cuando la tela desapareció por completo.

En cuanto sintió aquel cuerpo removiéndose en medio de su mano, su (suave pero desagradable para él) pelaje y sus chillidos asustados retumbando en sus oídos, de inmediato comenzó a gritar a todo pulmón. Pero lo peor para él fue ver los ojos de aquella rata completamente oscuros, y no supo muy bien por qué, pero le recordaron a los de Jihoon, al menos del Jihoon que los estaba atacando.

Por fin pudo quitar su agarre de aquel animal, pero el fuerte asco y miedo recorrieron su cuerpo, haciendo que su piel se erizara y sintiera nauseas. Quería correr a lavarse las manos de inmediato, quería vomitar y deshacerse de esa horrible sensación que lo invadía, pero no podía ni siquiera caminar. Las ratas dentro de la chamara habían caído al suelo y corrían por la calle a su alrededor, no había un espacio libre en donde él pudiera caminar con seguridad, sólo el pequeño espacio que los animales no tocaban, que era en donde él estaba parado.

Gritó lleno de frustración, sin poder controlarse. Quería salir de allí de inmediato, sabía que estaba a nada de vomitar, pero intentaba por todos los medios no hacerlo.

Trató de cerrar los ojos con fuerza, pero aún escuchaba los estresantes chillidos y las patas encima del asfalto, corriendo más y más. ¿Cuántas malditas ratas podrían haber cabido en esa chamarra?

Quiso taparse los oídos, pero sólo pudo hacerlo con una mano, porque en la otra todavía tenía la sensación del animal moviéndose.

Y entonces llegó la peor parte.

Tenía los ojos cerrados firmemente, por lo que primero las sintió. Comenzaban a acercarse por sus tenis, por todas partes, olfateando y chillando aún.

Soonyoung fue consciente de aquello pero para cuando sus ojos se abrieron de par en par, las ratas ya subían poco a poco por sus piernas, removiéndose como histéricas, aferrándose a su ropa, acercándose peligrosamente a su piel expuesta y cubrir todo su cuerpo.

Gritó lo más fuerte que pudo, intentando a retorcer su cuerpo con violencia. Lanzaba sus piernas con fuerza hacia todos lados, y aunque algunas de las ratas caían al suelo, éstas mismas volvían a acercarse con rapidez, mientras que otras más parecían aferrarse a su ropa con desesperación.

Soonyoung estaba llorando de impotencia, tenía arcadas cada vez con más frecuencia, intentaba moverse, pronto dejó de importarle usar sus manos para aventar a los animales, pues éstos llegaron de pronto a la parte baja de su suéter.

Su garganta ardía por los gritos, pero fue hasta que chocó con otro cuerpo que volvió a gritar con más fuerza. Estaba tan asustado que creyó posible que se tratara de una rata gigante a punto de atacarlo.

Debido al golpe cayó al suelo. De inmediato cubrió su rostro con ambos brazos, pensando que los animales se irían encima de él, pero nada de eso sucedió.

Soonyoung hipando, aún con miedo, lentamente quitó sus brazos de sus ojos y miró a todos lados, en donde no había ya ninguna rata, sólo más y más personas corriendo a su alrededor.

Unas manos tomaron sus hombros e instintivamente gritó, lleno de terror, hasta que vio a Seungkwan frente a sus ojos. Su amigo estaba llorando aún, y Soonyoung se preguntó si había visto lo mismo que él, pero por alguna extraña razón supo que no, que las cosas no funcionaban de aquella manera.

–¿E–estás bien? –Preguntó Seungkwan en su dirección, con la voz quebrada debido al llanto.

Pero Soonyoung no respondió, simplemente se enderezó lo suficiente, lanzó a un lado a su amigo y vomitó.

Cuando Soonyoung, Seungkwan, Minghao, Handong y Yeonjun llegaron hacia Yoobin, echa un ovillo en el suelo, llena de sangre por todos lados igual que Mingyu, supieron que ella debía estar herida también

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Cuando Soonyoung, Seungkwan, Minghao, Handong y Yeonjun llegaron hacia Yoobin, echa un ovillo en el suelo, llena de sangre por todos lados igual que Mingyu, supieron que ella debía estar herida también.

Handong y Yeonjun se acercaron a cuidarla, y los demás no comentaron nada, pues aún sentían el ambiente lleno de incomodidad por lo que acababan de enterarse.

Soonyoung giró hacia atrás, buscando a Soobin, Taehyun y a su novio, pero los encontró mirando hacia el cielo.

Ninguno de ellos se había fijado en otro lado que no fuera Yoobin, pues su grito los había preocupado demasiado. Sin embargo, cuando Soonyoung siguió su mirada, encontró el cuerpo de Beomgyu a unos 4 metros del suelo, flotado, gritando lleno de miedo, llorando y removiéndose como loco.

Su padre estaba justo debajo de él, mirándolo con miedo, en especial cuando el chico empezó a caer hacia el suelo, listo para que su cuerpo golpeara con violencia contra el asfalto, pero Soobin alcanzó a atrapar su cuerpo a tiempo.

Seungkwan no pudo evitar soltar un grito de miedo cuando vio al chico cayendo, por lo que llamó la atención de Yeonjun, que también se acercó a ver lo que pasaba.

Todos soltaron un suspiro de alivio al ver al menor a salvo, en los brazos de su padre, a quien se aferraba mientras lloraba un poco.


Meet Me In The Woods || Jicheol / JeongcheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora