3.0

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Tomas-

La ví conocerlo, la ví hablarle, la ví reírse con el, la ví besándolo, la ví siendo ella misma con el.

La ví siendo la misma que en algún momento fue conmigo.

Ví como el le decía "¿queres ser mi novia?" Ella aceptaba con cierta duda pensándome.

Ví como el la hacía feliz.

Ví como sus hermanos amaban a ese nuevo alguien.

Ví como mis amigos se reían y hablaban con ese alguien.

Ví como poco a poco empezó a superar.

Estaba feliz, ya me habías superado, ya podía estar en paz, pero algo dentro de mi dolió aquella noche cálida enfrente del mar cuando el te lo propuso y vos aceptaste entusiasmada.

"¿te queres casar conmigo?"

La pregunta que hizo que me diera cuenta que ya no eras mía, eras de alguien más.

La pregunta que hizo que me diera cuenta que yo sobraba.

La pregunta que hizo que me diera cuenta que ya eras feliz.

Que alguien más había tomado mi lugar.

Qué alguien te había hecho tan feliz como yo en algún momento lo hice.

Pasaste los días pensando.
"¿Estoy haciendo lo correcto?"
Mirabas una foto de los dos riendo, sonreí al ver como sonreíste melancólica, pero mi sonrisa se fue cuando una lágrima rodó por tu mejilla.

¿Por qué lloras, reina?
Me pregunté a mi mismo y la respuesta llegó como si estuviera enfrente tuyo preguntándotelo.

"Lloro desde que te fuiste, mi amor".

Lloraste toda la noche y después de tanto tiempo abriste tu placar sacando una remera mía, la abrazaste y respiraste sintiendo mi olor.

No puedo creer que todavía tengan mi olor.

Te dormiste abrazando la remera y con la foto de los dos al lado tuyo.

Los meses empezaron a pasar y tu boda cada vez se acercaba más y más, la emoción se respiraba en el ambiente, yo no estaba preparado para soltarte completamente, no te quería ver en brazos de alguien más, pero era tarde.

El día llegó y tus nervios me ponían nervioso a mi, en un abrir y cerrar de ojos estabas caminando hacía el altar acompañada de Lucas, llevabas puesto un vestido blanco que hacía que tus ojos resaltaran en todo momento, parecías una princesa.

Una princesa apunto de encontrarse con su príncipe.

Lucas te entrego y al subir al altar los dos sonreían, tomaron sus manos.

La sonrisa en tu cara hizo que poco a poco me sintiera aliviado.

La ceremonia empezó y al final la gran pregunta llegó.

"¿Acepta usted a Daniel Rodriguez como su esposo?"

Tardaste segundos en responder, miles de cosas se te vinieron a la cabeza, imágenes mías.

Por un momento todo paso en cámara lenta, miraste a las personas buscando a alguien y al darte cuenta que esa persona no iba a estar algo dolió en tu corazón, miraste a tu prometido y por un momento me miraste a mi vestido de traje enfrente tuyo tomando tu mano.

Sonreíste, pero tu sonrisa se esfumó al ver que no era yo.

Miraste a Lucas en busca de una respuesta el solo te dijo por muecas.

"Si no estás preparada, no lo hagas, yo estoy acá"

El te dio seguridad.

Cerraste los ojos por un segundo y todos nuestros recuerdos empezaron a apuñalaran a tu corazón.

Estabas pesando en nosotros dos abrazados y riéndonos de Lucas por caerse en la pileta.

Uno de mis días preferidos para serte sincero.

Muchos recuerdos hicieron que sintieras un nudo en tu garganta.

Tu mente decía "no lo has superado, lo necesitas, lo queres, Daniel no es para vos, lo usaste para superar a Tomas, pero no lo has hecho, Rae no cometas algo de lo que te arrepientas"

Pero aún así te ví asentir y decir un "aceptó" con la voz quebrada.

Y en ese momento al ver tu brillo en los ojos por más que tu mente maquinara tantas cosas, hizo que me diera cuenta que me soltaste un poco, no completamente, pero tu vida ya no depende completamente de mi.

Me di cuenta que ya no me pertenecías, pero siempre voy a estar aquí, reina...


Troste ;(

𝐂𝐚𝐲𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐫𝐮𝐢𝐧𝐚𝐬 | 𝐂.𝐑.𝐎 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora