CAPÍTULO XXV

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La noticia de la revancha entre Haggard y Cernunnos se corrió como reguero de pólvora

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La noticia de la revancha entre Haggard y Cernunnos se corrió como reguero de pólvora. Toda la tripulación se movilizó hacia el gran salón de la nave, donde Cernunnos acostumbraba a celebrar reuniones o espectáculos de esclavos. Los vigías dejaron sus puestos para poder presenciar el evento. Querían ver como de nuevo su capitán humillaba al que se decía ser el hombre más fuerte y poderoso del universo. Había un gran alboroto en la nave y eso fue de gran ayuda para AB y los hombrecillos de Angrboda.

El androide veía como se despejaba el camino, los guardias corrían en sentido contrario a ellos, sin siquiera percatarse de su presencia. Al ver eso, se dieron cuenta que la primera parte del plan había sido un éxito.

-El cuarto de máquinas se encuentra a varios minutos de aquí - Comentó AB y les hizo una seña para que se echaran a andar - ¡Vamos, vamos!

Los hombrecillos eran veloces y actuaban con sigilo a pesar de que el camino estaba desierto, no se confiaban y se mantenían alertas a cualquier amenaza posible. Muy pronto atravesaron la enorme nave y llegaron al cuarto de máquinas. Cuando abrieron la puerta, una lluvia de cautivos cayeron sobre ellos, dispuestos a hacerlos pedazos. Por un breve instante, todo fue confusión. Sin embargo, al darse cuenta que se trataba de sus compatriotas se quedaron mudos de asombro.

-Hemos venido a rescatarlos - Dijo AB en la lengua de los hombrecillos - Necesitamos que sean cautelosos, pero sobre todo, que traten de pasar desapercibidos. Cernunnos y sus hombres no saben que estamos aquí - comentó.

Se mantuvo el silencio sepulcral. Uno a uno, los hombrecillos salieron del cuarto de máquinas, algunos de ellos caminaban en grupos, llevando consigo a los más débiles y heridos. AB se dirigió al líder del grupo, pidiéndole que los sacara a todos de ahí y partieran en una de las naves. Mientras tanto, él llevó consigo a dos de los más osados para inspeccionar la nave y rescatar a más personas tal y cómo Adrian se lo sugirió.

Durante la inspección encontraron una enorme habitación llena de mujeres y niños. Se trataba del harem de Cernunnos, compuesto por mujeres de distintos planetas que el pirata secuestraba. Los niños eran los hijos que Cernunnos tenía con esas mujeres. AB habló con ellas durante un rato. En un principio, todas desconfiaban del androide, pero la idea de ser libres era aún más tentadora que permanecer ahí, siendo esclavas hasta el día de su muerte.

Al tratar de escapar con ellas, los cuidadores del harem, que no se habían movido de su puesto, trataron de detenerlos, pero AB logró contenerlos y aniquilarlos con facilidad. El androide pidió a uno de sus hombres que llevara a las mujeres y a los niños hacia las naves de rescate. También tomó las armas de los custodios y las entregó a las féminas para que se defendieran en caso de que alguna amenaza se atravesara en su camino.

El androide continuó con la inspección de la nave, además del rescate, tenía otra orden muy específica. Adrian le había pedido colocar bombas en puntos estratégicos de la nave, las cuales se activarían en un lapso de poco más de una hora

SYNTHETIC PARADISE (A NEW MISSION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora