(✓) 𝐁𝐎𝐘𝐅𝐑𝐈𝐄𝐍𝐃 •˖* Josh Richards ¹

THIRTY

🪐. 30| my girlfriend

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—Josh. —reí fuertemente mientras que intentaba deshacerme de la venda de mis ojos, acción que impidió el rápidamente. —¡Vamos! —me quejo, desesperada por quitarme la venda y que de una buena vez el me dijera la sorpresa de la que tanto tenía hablando desde hace dos días.

—Aún no. —solo dijo eso mientras que sentía como el auto era estacionado, escuchando como Josh salía de la cabina y segundos después la puerta del copiloto era abierta, soltando un pequeño grito cuando sentí unas manos sobre mi cintura pero inmediatamente mi cuerpo volvió a relajarse al escuchar la risa de Josh.

—Idiota. —fue lo que dije y con ayuda suya salí del auto aún con los ojos vendados, guiándome el hacia donde sea que me estuviera llevando.

Y minutos después que se sintieron eternos, el hizo que me detuviera, escuchando no tan lejos como la cerradura de una puerta era abierta. Para este tiempo comenzaba a sentir que entre más minutos pasara con los ojos vendados un sexto sentido podría desarrollarse en mi.

—Auch. —me queje, llevando mi mano a mi frente que había recibido el golpe, supuse que Josh me había llevado a golpear con una pared.

—Lo siento.

—Eres pésimo como guía. —volví a quejarme y el volvió a sostenerme por la cintura, indicándome por donde era que debía de caminar.

—Y detente. —dijo y yo así lo hice, quedando de pie sin mover un solo dedo.

—¿Puedo quitarle la venda? —inquirí.

—No. —escuchó la voz de Josh un tanto alejada mientras que escuchaba como sus pasos iban de lado a lado en el lugar. —Solo aguarda un poco más. —indicó.

Claro, como si mi paciencia fuera durar una hora más.

—Quitate la venda. —susurro tras mío y yo así lo hice sin esperar un segundo más, costándome al principio manter los ojos abiertos pero una vez acostumbrados a la tenue luz quedó impresionada por aquello.

Reconocer el nuevo departamento de Josh me tomo unas breves segundos, este con las decoraciones especiales que había hecho había cambiado por completo.

Los muebles de la sala habían pasado a desaparecer y en medio un tendido de cobijas con golosinas y fruta picada, y en la pantalla mi película favorita de la década de los ochenta, mientras que el resto de la sala se encontraba decorada con velas que hacían de la tenue luz.

Con una débil sonrisa en el rostro giro hacia con Josh, el cual con su mirada buscaba mi aprobación hacia aquella sorpresa y cuando noto que mi sonrisa se agrandaba aún más, el de igual manera sonrió.

—¿Y a que se debe todo esto? —inquirí divertidamente, rodeando mis manos en su cuello mientras que el me rodeaba fuertemente por la cintura. —Lo tuyo no es el romanticismo. —me burlé y el asintió riendo débilmente.