Identidad oculta (Camren)

Capítulo Final (primera parte)

Con la mirada perturbada regreso hasta la entrada principal, donde las dos neoyorquinas esperaban por ella.

No había pasado largos minutos y ella ya estaba de regreso, pero sola. Llegaba sola.

Dinah: Que raro... Algo no esta bien. Algo pasa chicas -fruncio el ceño.

Camila: ¿No encontraste a Lauren? -preguntó olvidado el fuerte latir de su pecho.

Dinah: No, en realidad no encontré a nadie...

Normani abrió la boca, eso le empezaba a dar escalofríos. A decir verdad el ambiente le intuía miedo en su persona.

Normani: Nadie. ¿Estas segura? ?Por qué pasaría eso? Dijiste que ella estaría aquí.

Dinah: No se, ¡no lo se! Estoy igual de pérdida que ustedes ahora mismo -tomo siento en el único de la escalera inmensa que daba acceso a la segunda planta.

Camila: ¿Revisaste todo el lugar? -La rubia negó con amargura.

Pero ella estaba segura que el castillo permanecía sin personas, mas que ellas. Dinah sabia que si no habían trabajadores en la cocina, en los pasillos o ninguna servidumbre se dejaba ver. El lugar estaba solo.

Dinah: Ciertamente no hay nadie Mila... -ella se levantó dispuesta a irse.

Camila: ¿Que haces? ¡Nos iremos así de rápido! ¿Y si la esperamos aquí?

Dinah la miró entrecerrando los ojos.

Normani: Creo que deberíamos revisar mejor. Quizás este en la biblioteca, en la oficina, oh en alguna habitación alla arriba.

El lugar era inmenso pero no querían perder la esperanza. No luego de tanta vuelta a través del mundo.

La rubia suspiro. No tenia de otra.

Dinah: Bien, pero hay que ir primero a la oficina.. Esta cerca, es por ese pasillo luego podemos subir arriba -apuntó a la izquierda.

Camila y su novia asintieron.

La rubia las guió por el pasillo, en el suelo la silueta de cada una de ella se reflejaba al caminar. Claramente el lugar era digno de reyes y reinas.

Camila se preguntó; ¿por qué Lauren huyo de lo que ella habría deseado en su niñez?

Dinah ajustó su mano al picaporte y lo giro. Lo giro sin saber que el infierno se desataría por esa simple acción.

Entró ingenuamente seguida por las dos mujeres; quienes eran ignorante al interior de la habitación. Pero no duro mucho, ellas se percataron de una figura masculina que sobresalía del asiento tras ese escritorio.

Solo se veía el respaldar de la silla de cuero negro.

Dinah: ¿Hola? ¿Quien eres? ¿Que haces aquí?

Camila trago sabía apenas la silla dio vuelta revelando una pesadilla infernal. Algo que ellas no se esperaban.

Marcos: ¡Pero que agradable sorpresa! -el hombre sostenía una vaso de alguna clase de alcohol.

Pero eso no llamaba la atención de ellas, sino la manera en que él se veía. Parecía un cadáver sin vida. Una persona muy diferente a la que habían visto antes.

Marcos: ¿Quieres un poco Dinah? -él se levantó, su cabello despeinado cayo en su rostro.

Se miraba demasiado retorcido, su sonrisa burlona no desparecía de su cara. Su cuerpo se movía de una forma precavida, sus intensiones no.

Esta negó tratando de mantener la calma. Y es que ella no sabía nada, no aun.

Y ese fue su mayor error.