Marion

Capítulo 16

Marion

Ahora recuerdo porque dejé de tomar o refugiarme en el alcohol, está resaca es horrible, ¿como me deje llevar? Pero no podía negar que me la pase bien, hablar con Pierce era fácil, no se si era lo correcto, pero me daba esa confianza que sentí hace años.

—¿Sigues sintiendo algo por él? —me pregunto Sam recostada en mi cama, sabía que se refería a Pierce, era un poco cotillosa.

—Ya no, ¿sabes? Cuando lo mire pensé que caería de nuevo a sus pies, pero las cosas han cambiado, me hace sentir muy cómoda su presencia, pero solo eso... —le dije, a veces que tenía estas conversaciones con ella me hacían sentir más humana, más normal.

—¿Y Drew? —interrogó levantando una ceja.

—Bueno... —dije y reí un poco avergonzada— Él es otro asunto, Drew es tan... idiota. Me agrada.

—¿Solo eso? —pregunto ella.

—¿Que más podría ser?

—Si dices...

—Maldita cotillosa... no lo digas, pero... cuando estoy con él, siento un pequeño cosquilleo que jamás sentí, quizá es mi error, quizá ni siquiera puedo sentir algo pero es ese deseo de fingir algo, no se. Prefiero no hacerme ilusiones, no quiero imaginar que él me deje por otra chica más guapa, que me vea como una aventura... —la mire y ella me observaba analizando todo lo que decía, ya me entendía, ya había pasado una vez por aquí, y adivinen por quién... su apellido es Stevens.— No lo soportaría.

—Arriésgate... Marion, no me lo tomes a mal —dijo riendo— él chico babea un poco por ti, luego, ¡vamos! No huyas de lo que sientes, sabes que al final será peor para ti, terminaras bebiendo en un bar y de la nada te iras a llorar, no te reprimas.

—Calma... parece que te dije que estaba enamorada de él. Sólo dije que...

—Basta, te conozco lo suficiente, se como terminaras, recuerda quererlo con toda tu alma y dar lo mejor de ti. —fruncí el ceño.— Te conozco, harás todo por alejarlo de ti en cuando empiecen a enamorarse el uno del otro. Malditos cobardes, son iguales.

Yo esbocé una pequeña sonrisa, una triste, porque Sam me conocía, sabía cómo actuaba y lo que haría, sabía que terminaría enganchada a él, pero lo evitaba, apenas y lo conocía, (que mentirosa eres, cállate tú, siempre metiéndote en lo que no te importa) vivir cosas con él no significaba nada. Solo quiero conocerlo, QUIERO AGRADARLE.

—No lo haré, tranquila, no me enamoraré, pero me da gracia tú forma de actuar ante eso. —bromee y ella me alzó una ceja.

—Bien... ¿que haremos? —pregunto cambiando abruptamente de tema.

—Dios, ni siquiera se que hice ayer. —me di un golpee en la cabeza. Recuerdo los tragos, fragmentos de conversación, unos pequeños golpes aquí y allá, ellos sufriendo y yo disfrutándolo, lo merecían un poco.

—Bueno, vendiste al enemigo con el enemigo. ¿Por que no permitiste que lo mataran? —preguntó de repente curiosa, ella sabía la respuesta, no se porque se esforzaba en hacerme cambiar.

—ÉL sólo será mío, sólo yo disfrutaré su miedo... el trato era claro: yo solo les daba ubicaciones para que atacaran y me lo dejaban a mi. —le dije, sostenía un libro que comenzaría a leer, me tenía totalmente ensimismada y enamorada Jack papi Ross, no creo que exista alguien tan perfecto.