Capítulo 20

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Drew

Mierda, mierda, mierda. Esto no podía ser real... era una injusticia, vil y cruel injusticia. Pero la realidad. Vi como Marion a mi lado actuaba cautelosa, lucía distante y sabía que estaba aparentando, pues sus manos temblaban ligeramente y su mirada era de profunda tristeza.

Cuando nos acercamos a ellas, se arrodillo frente a una pequeña y ella enseguida se hizo hacia atrás por temor, Marion trago saliva y respiro profundamente antes de hablar:

—Hola, nena... tranquila, ya no te haré más daño... vine a sacarte. —la niña cedió un poco de espacio y Marion pudo quitarle la capucha para luego desamarrarla. Su mirada era lo más triste que había mirado nunca, te suplicaba con la mirada que la salvarás... nadie podía o nadie quería hacerlo.

Me acerqué a otra pequeña y comencé a desamarrarla, la mayor tendría 15 años como mucho, todas ellas lucían igual de indefensas y débiles. Actuamos en silencio sin decir ni una palabra, Marion me miro, saco su móvil y marco un número de teléfono:

—Te mandare la ubicación, necesito que envíes a alguien lo más pronto que puedas... te mostrare lo que hace, verás lo que ÉL es. —y colgó.

Cuando levanto el rostro era pura maldad, quisiera decir que eso me incomodó, pero había algo en mi que deseaba estar con ella, dormir con ella fue tan dulce, tan puro, ni siquiera pude dormir de tanto admirarla, se estaba convirtiendo en todo para mi, poco a poco fue entrando en mí, me estaba mostrando una parte suya única, una parte que nadie mas había visto y yo la amaba, comencé a enamorarme perdidamente de ella desde nuestra primer discusión, ver cómo es una montaña de emociones, ver su reacción ante cada situación, saber que jamás reaccionará igual, siempre puede sorprenderme más y más, en el fondo existe una chica tan caritativa, inocente, amable y frágil, aunque parezca todo lo contrario. Cuando la mire solo vi una chica desordenada, cruel y mimada... respecto a la primera no me equivoqué, es tan desordenada que jamás puedo entenderla, entra a cualquier lugar y desordenada todo, deja cosas aquí, cosas allá, puede no encontrarlas hasta que alguien lo hace por ella... pero, ¿saben que? Cuando entra en tu vida también la desordena... entra como un torbellino de emociones y cosas que vas descubriendo poco a poco, pero también desordena tu vida y tus emociones, deja todo un desorden dentro de ti, emociones y fragmentos de ella dentro de ti, te demuestra que jamás podrás encontrar a alguien como ella, que es todo lo bueno e increíble que tienes en la vida, que es tu salvación sin darse cuenta, que deja tanto de su ser en tu interior... fragmentos que jamás recuperará, cosas que te ayudan a ser mejor... así es Marion, me demostró que ni siquiera mandando a hacer alguien así sería como ella.

—¿Donde están ellos? Me parece que dijiste que estarían aquí. —dijo con voz tan fría que llegaba, Pierce trago saliva, como si ahora todo fuera actuar con cautela.

—Yo... yo... se supone que debían estar aquí. —ella alzó una ceja.

—Yo... yo... —hizo una mueca mientras repetía lo que él— ¿recuérdame por que debo confiar en ti?

Rocko la miraba en silencio, quizá decir algo empeoraría las cosas, pero necesitaba que se calmara un poco, quizá no sería fácil.

—No... sabía que esto no sería fácil, ¿pero esto?

—Sabes que si esto fuera una trampa ellas no estarían aquí... —le dijo Rocko, quizá defendía a Pierce o sólo quería que saliéramos vivos de aquí... ella se giró hacia él, captando toda su atención.

—¿Crees que soy estúpida? —pregunto dando un paso hacia él, su tono era amenazante. Él no respondió.— Claro que se que no era una trampa, que ÉL no sabía que estaríamos aquí... ¿pero sabes que? Hay muchas probabilidades de que nos haya echo perder tiempo a propósito.

MarionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora