Empujé con incomodidad el almohadon en el que hacía dos segundos tenía apoyado mi peso, irguiendome para girar con aburrimiento hacía la ventana.
Aunque mi intención era buscar comodidad en mi entorno, ahora mismo todo me causaba incomodidad, inclusive mi propia piel.
Mi padre me dirigió una mirada inquisitiva, bajando levemente el periódico que tenía en sus manos. Negué, sonriendole leve y encantadoramente. Apenas su rostro se cubrió con el papel, la sonrisa se esfumó por completo, dejando en su lugar una mueca inconforme.
Tal vez un berrinche de pataleos y gritos en el piso no solucionaría nada, pero de verdad sería liberador para la jauría enloquecida de pensamientos que me azotaban sin piedad, tal vez mis chillidos serían más estridentes que los graznidos de los cuervos en mi estomago. Suspiré, una vez más, con total impotencia.
Perdí la cuenta del tiempo justo después de despedirme de Ciel esa última tarde después de un almuerzo juntos y pretender que eramos una simple pareja enamorada que charlaba en el jardín de la mansión. Mi padre había llegado por mí días después tal y como habíamos acordado.
Pude notar que tenía una actitud muchísimo más apasible y casi cariñosa. ¡Ja! Lo sabía, se estaba comenzando a dar cuenta que me extrañaría. Ojala eso pudiede conseguir que se arrepintiese.
Perdida en mis pensamientos no noté cuando la absoluta pradera de convirtió en mar abierto por la ventana, tomando toda mi atención me acerqué a el vidrio con curiosidad.
-¿Qué hacemos en la costa?-Inquirí, ladeando la cabeza. Él de inmediato arqueó las cejas, mirando por la ventanilla igual que yo.
-Estamos cerca de nuestro destino, es bueno, llegamos a tiempo.-Relajó su expresión.-Debemos tomar un barco en Southampton. Por suerte, en ese barco está un compromiso muy importante y además hará una escala justamente donde te dejaré. Podremos pasar algo de tiempo juntos.-Me dedicó una mirada rápida junto con una sonrisa leve, y yo le correspondí.
-¿Podremos compartir algo de tiempo a pesar de las obligaciones?-No era mi ideal de viaje pasar tiempo absolutamente a solas en un barco de pasajeros.
-Por supuesto. Y además de eso, sé con certeza que podrás encontrar algo en qué entretenerte en un barco de esa magnitud.-Solté una risita nerviosa, sin saber si eso era algo bueno o malo según su parecer.
Para cuando llegamos al muelle, todo el lugar estaba lleno de personas. El barco, gigantesco y lujoso parecía ser que iba a estar en altamar un tiempo, aunque una de las pocas paradas coincidía con el lugar al que ibamos.
A nosotros únicamente nos despidió James, que con nostalgia sostuvo mis manos un tiempo, confesando que esperaría con ansías mi regreso.
-Que lujoso.-Mi padre sostuvo su sombrero, palmeando con suavidad la gabardina gris que llevaba. Observó por encima de la baranda a la multitud emocionada que despedía a sus cercanos, llenando el ambiente de la agridulce alegría de una despedida.
-Estoy segura de que no le impresiona.-Reí bajito, apoyandome en la baranda que gracias a mi estatura era perfecta para apoyar mi rostro entre mis palmas.
-Demasiada extravagancia.-Arqueó una ceja.- De todas formas, deberíamos recorrerlo.-Me sonrió, y yo asentí.
Pasar la tarde con mi padre fue... Interesante. Ya que no es un hombre dulce o de muchas palabras habitualmente sólo charlamos para que me dicte ordenes y peticiones. Después de almorzar juntos, habló con Daniel lejos de mí y se retiró
-¿Es tu primera vez en barco?-Pregunte al castaño, que de pie junto a mi, se inclinó levemente.
-Oh... No, de hecho no. He estado un par de veces, ninguna fue en un barco de este tipo.-Explicó.-Y me hacía sentir mejor no tener que asistir a uno, a veces he sentido que... Mi presencia atrae desastres.-No supe descifrar que significaba el tono en su voz, pero su mirada se desvió, paseando lentamente por el resto de pasajeros que alegres charlaban o disfrutaban de un postre.
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Ese Conde. [Ciel Phantomhive & Lectora]
Fanfiction"-No me subestime, Conde Phantomhive." .... "-Ese es el lado oscuro de la sociedad al que pertenecemos. Pasó a mi como un legado, también a ti." "-Las coincidencias no existen, Ciel." Y tal vez lo hubiese sido. La situación perfecta para verse uni...