Madam Red había muerto.
De alguna forma, esa noticia me cayó como un golpe de crudeza hacía mi ensoñación común. Desde enterarme, hasta de alguna forma verme incluída en la lista de personas invitadas a su funeral, mantuve un terrible sentimiento palpitando en mi pecho. Sus palabras resonaban en mi cabeza, después de esa noche en la mansión de Ciel, el haber pensado que eso era una despedida y días despues conocer la noticia, me daba pesar.Como era más que habitual, solitaria, me encontraba apartada más allá de los mas cercanos y los familiares de Madam. Con un largo vestido negro decorado además, con rosas negras en la cintura, y detrás Deak acompañandome, tan sólo podía lamentarme como todos los demás. La que ahora podía reconocer como Elizabeth estaba al pie de su ataud abierto, llorando a lagrima suelta, inmersa en algun pensamiento creciente. Yo antes ya me había podido acercar a ella, contrastante de nosotros, estaba en un mar de flores blancas y un vestido tan puro como el velo de una novia. Mi vista se habia vislumbrado por aquel color tan claro, que no parecía ser el más indicado para ella, aunque no era un hecho obvio para los demás.
Lejos del mundo de fantasía al que me había dejado llevar, la puerta se abrió nuevamente, y esta vez, el sonido seco del tacón en la alfombra hizo girar a todos hacía su dueño. Ciel. Con un vestido rojo cargado en su hombro, caminó sin ver a nadie más hasta llegar al ataúd. Elizabeth se apartó del frente, atónita y exaltada, a la par que el peliazul se sentaba en el borde y reposaba habilidosamente el vestido rojo sobre el cuerpo de Madam Red.
-Estas flores blancas y éstas ropas corrientes son indignas de tí. El único color que podría combinarte... Es el rojo apasionado.-retiró la rosa roja que sobresalía de su pecho y la acomodó suavemente en el pelo de la mujer. Todos ahí lo observaban e incluso algunos murmuraban, sin poderlo creer.-El color del anís que quema la tierra... Tia Ann.-Juntó sus frentes, con una sonrisa apasible. Nuevamente, no pude evitar enternecerme. Apreté mi vestido y la mano de Deak se posó en mi espalda, pues tal vez la emoción me estaba ganando. Mis labios se fruncieron y asentí en aquella oscuridad y lejanía.
Jadeos sorprendidos llamaron mi atencion, y pronto una lluvia de petalos rojos cayó sobre todos nosotros. Desde la puerta Sebastian permitía que el aire se llevara volando de una carroza los petalos.
-Descansa en paz, Madam Red.
.....
-¡Ciel!-despues del entierro, muchos se comenzaron a retirar, la ceremonia en sí ya habia terminado. Mientras se dispersaban, Ciel se mantuvo al frente de la lápida posada en aquella colina enana y yo aproveché a acercarme a él. El giró su mirada hacía mí, y por un momento, se sorprendió.
-No pensé que vinieses.-finalmente estuvimos de frente. Empezaba a notar un patrón.
-Lo lamento.-Antes de decir nada más, bajé la mirada y él suspiro.-La verdad, me tomó por sorpresa. Aun si no la conocía de hace tanto... Ciertamente, cuando llega tan repentinamente te hace recordar que efímera es la vida.-Entre uno de mis tantos pensamientos recurrentes, estaba la muerte. Los seres humanos, queriendo cumplir un papel de deidad son tan frágiles, que es incluso irónico. Avancé un paso mas, para poder observar la lapida.
-Si estas aquí, es porque ella así lo quiso, así que no sobrepienses el motivo.-Se giró, a la par que yo avanzaba. Asentí mientras mis manos unidas se apretaban.
-Jack el destripador.-Despues de un pequeño silencio, volví a hablar.-Fue resuelto, pero, no se supo quien fué.
-La pena de la reina fue puesta a descansar. Nada más que eso importa.-Como si fuera un gruñido, él declaró eso.-Cuando tomes el puesto, comenzarás a enfrentarte a esas decisiones.-Eso me tomó por sorpresa, y tal vez sin decirme demasiado, había dicho todo lo que yo quería saber, giré a verlo, con la expresión en blanco.-Londres esta libre de "El."
-Asi que ella se sienta en la cima y deja todo el trabajo sucio a quienes le parecen indicados.-Murmure. Por más que su postura firme quisiesen denotar frialdad, sus ojos denotaban un sentimiento de lamento, era una mirada tan triste...
-Ese es el lado oscuro de la sociedad al que pertenecemos. Pasó a mí como un legado. También a ti.-Ciel me recordaba constantemente mi destino. Aunque antes me parecía detestable, ahora era una forma de estar en el mismo camino que él. Inconscientemente me había desviado, el suelo bajo de mí había cambiado y ahora el camino era oscuro, estaba entrando en un nuevo mundo. Yo misma era la que estaba avanzando a zancadas para entrar en un mundo que aún no se presumía como mío. Cerré los ojos.
-Lady ___...-Deak se acercó con suavidad hasta unos pasos mas alla de nosotros, y me llamó. Giré a verle un momento, pidiendole un momento más con la expresión y el volvio a alejarse.
-Las coincidencias no existen, Ciel.-Si me ponía a pensarlo, el motivo por el que yo me habia vuelto a encontrar con él parecía ser simplemente eso. Pero odiaba sentir que el azar era más dueño de mi propia vida que yo misma. Él se mantuvo en silencio, y yo sin apuro, le rodee un segundo con mis brazos, sus musculos estaban tensos y su respiración era profunda, por un instante me baño su olor. Su postura se mantuvo todo el tiempo tensa, y fue una unión rápida.-Nos vemos.-"Adios, Madam... Tía." Recé mientras comenzaba a alejarme. Sebastián estaba de camino hacía el, acompañado de un hombre asiatico. El gesto que me dedicó aquella noche en el juego de ajedrez se repitió.
Además de la mirada de ellos, sentí otra encima de mí. Busque el origen hasta encontrarme de porrazo con unos ojos verdes observandome a lo lejos. Eran dos brillos en la lejanía que me observaban con una expresión que me resultaba difícil de descifrar. Lo que no ponía en duda, es que esa era Elizabeth. Lamentablemente ésta no era la situación para presentarme, aún sin importar cuanto quisiera conocerla. Le dediqué en la lejanía una sonrisa y desvié la mirada hacía mi camino nuevamente.
-Lo lamento.-Deak se disculpó cuando llegué a su lado. Me ofreció su mano para facilitarme la caminata, aunque los tacones que llevaba no eran muy altos, el pasto no era su mejor aliado.
-No te preocupes. Recuerdo las condiciones que acepté para asistir aquí.-entrecerre los ojos. No siempre podía simplemente escaparme a mis anchas, y tenía que pagar algo si quería hacerlo. Mis padres no dejarían que yo simplemente abandone mis obligaciones para asistir a un lugar sola.
Todo siempre tiene un precio.
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¿COMO PUEDE EL TIEMPO PASAR TAN RÁPIDO?
Yo pensé que aun estaba a tiempo de subir otro capitulo sin haberme demorado, SUCIA MENTIRA
aaaaaay.
No importa.
Este ha sido uno de mis capitulos favoritos desde toda la vida, y me duele mogollón:'l
También fue cortito porque no quería distraer la atención con algún otro escenario, Madam se merece ser la protagonista.Pero aquí estamos cerrando su arco y empieza otro! Más lleno de comedia~
Así que... ¡Bye bye!
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Ese Conde. [Ciel Phantomhive & Lectora]
Hayran Kurgu"-No me subestime, Conde Phantomhive." .... "-Ese es el lado oscuro de la sociedad al que pertenecemos. Pasó a mi como un legado, también a ti." "-Las coincidencias no existen, Ciel." Y tal vez lo hubiese sido. La situación perfecta para verse uni...