Apreté el borde de mi vestido.
Ahí estaba de nuevo, era de tarde, no temprano como habitualmente. Si su horario era similar aquí, Ciel estaba en lecciones. Me sentía mas cómoda si suponía que había venido por el trío de empleados y por el indio, pero... Probablemente Ciel encabezaba mi lista de motivos. Apreté mi labio entre mis dientes y esperé pacientemente. Deak ya había tocado la puerta un par de veces de manera cortés y pausada, y sin embargo se estaban demorando un poco más de lo normal en abrir.
-¿Tal vez esten ocupados? ¿Es ya la hora de la comida?
-O tal vez no esten.-Suspiré con alivio. Fue entonces que la puerta se abrió con apuro y torpeza.
-¡Señorita!
-MeyRin~~-Sisee. Ella al momento sacudió su cabeza.
-¡L-Lo siento!
-Olvidalo. Está bien.-le sonreí finalmente.
-¡E-Están teniendo un duelo! ¡Sebastian y Agni!-Se apartó de la puerta, invitandonos mudamente a pasar mientras decía esto con nerviosismo incluso en su forma de sostener el marco de la entrada.
-¿Qué? ¿Cómo llegaron a un duelo? -Entendía que lidiar con la exasperante energía de los indios era difícil, mucho más para el par de sombríos pero no sabía si un duelo era adecuado, ¿Que son, gladiadores?
-Bueno, en esgrima...-Acomodó sus lentes mientras se apresuraba, guiándonos.
Cuando llegamos a la sala en cuestión donde estaban, ya se podían oír los pasos rítmicos y el chocar quedito de los floretes de esgrima, causandome una terrible curiosidad que crecía más y más conforme nos acercabamos a la puerta. La pelirroja la abrió con apuro.
Tal cual, saciando toda mi imaginación, Sebastian y Agni estaban batiendose en un duelo que lucía más como la coreografía protagonica de un musical de teatro, o como si estuviesen bailando alguna clase de danza bélica, ¿Se le podría decir asi? Como fuere. Era impresionante de ver. Sus espadas chocaron, encajando perfectamente cada cual en la punta y generando tal presión que el arco que habian creado era perfecto. Un par de segundos de retención y el afán de ambos hombres por no retroceder fue suficiente para que estas explotaran, la mitad de cada una salió volando ante la mirada atenta de todos.
-Oh cielos, la espada se ha roto.-Sebastian habló con la mayor simpleza, palpando su propia mitad con suavidad.
-¿¡Ehh?! - Ciel, Soma y Lau estaban a un costado de la sala, con las mismas caras atontadas de sorpresa.
-¡Eso debe significar que será imposible seguir el duelo! El resultado fue un empate, ¿No es cierto? Que lastima~-Lau fue el primero en recobrar su compostura y llamó la atención de los duelistas.
-¡Bueno, el Mayordomo de Ciel también es muy fuerte!-Soma se veía satisfecho ahora, y entonces se percató de nuestra presencia. Sus ojos se iluminaron al instante y como un rayo corrió hacia nosotros.- ¡___! ¡Realmente viniste a visitar! - Saltó hacía mi, abrazandome sin nada de vergüenza y levantandome incluso por los aires.
-¡S-Soma, detente! -Al notar mi distancia del suelo, el vértigo se apoderó de mi y con temor rodee su espalda con ambos brazos.-¡Si, estoy aqui!
-¿Lo viste, verdad? ¡Fue increible! ¡Agni es el hombre mas fuerte que conozco, es la primera vez que empatan con él!
Lejos de la primera impresión que había tenido de ellos, terminaron por demostrar que eran algo más que simples extranjeros, como si Agni de verdad fuese un hombre bendito al mando absoluto de Soma. Sebastian y él eran un enigma que no podía descifrar con facilidad.
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Ese Conde. [Ciel Phantomhive & Lectora]
Fanfiction"-No me subestime, Conde Phantomhive." .... "-Ese es el lado oscuro de la sociedad al que pertenecemos. Pasó a mi como un legado, también a ti." "-Las coincidencias no existen, Ciel." Y tal vez lo hubiese sido. La situación perfecta para verse uni...