XXXV

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Apreté mi vestido apenas sentí la helada brisa nocturna del exterior.
Finalmente estabamos en la cubierta.

-¡Hermano!-Lizzy corrió con felicidad hasta alcanzar los brazos de Edward, que la recibió con una gran sonrisa.

-¡Estoy feliz que estes bien!-Al parecer, estaba intentando ayudar a organizar los botes antes de nuestra llegada, mientras sostenía una espada en mano.

-Lo lamento, fui completamente inútil.-Ciel se apoyó con una pared, apenas apoyando la pierna sobre el piso.

-Sí, obviamente...-El rubio le dedicó una mirada sobre el hombro, y justo después me giró a ver. Su sorpresa fue inmediata, y se acercó a paso apresurado hasta estar frente a mi.-¡___! Estaba muy preocupado por ti, ¿Cómo...?-Crucé mis brazos sobre mi pecho, sintiéndome repentinamente expuesta. Él me inspeccionó con la mirada, y de inmediato retiró su saco para ponerlo sobre mis hombros, ayudándome a cubrirme. Sentí un corrientazo eléctrico por el cuerpo, tal vez estaba sensible por las heridas o... Tal vez era un malestar emocional.-Debió ser terrible, ojalá haber estado ahí...

-Edward... Gracias.-A pesar del gélido ambiente, pude sentir mi rostro acalorado trás esa acción, y sólo atiné a apretar el borde de su saco.-Aunque ésto me queda bastante grande.-Solté una risita.-Es muy cálido.-El chico sonrió suavemente. El nudo en mi garganta me impidió decir nada más, y mi mirada se nubló con lo que entendí que eran lagrimas cuando sentí mis mejillas humedas. Él me cubrió de los demas con su cuerpo, y secó las lágrimas con la yema de sus dedos.

-Ahora estás a salvo...-Me susurró, con una voz tan dulce que me hizo doler el corazón. ¿Por qué no lo había conocido... Un poco antes? El dolor en mi pecho no sería tan intenso entonces.

Respiré profundo, y cuando sentí que pude hablar, le sonreí. Su expresión tensa se vió aliviada, y se separó de mí posando una mano en mi hombro. Sentí una intensa mirada sobre nosotros, y sin necesitar voltear, supe exactamente de quién se trataba.

-¿Mi padre está con ustedes?

-El señor Chatfield nos mencionó que tenía que buscar algo todavía en el interior del barco, y nos separamos hace un rato de él...-Me negó la cabeza. Busqué rápidamente con la mirada entre la gente, y al no encontrarlo ahí, sentí mi estómago dar un vuelco.-No te preocupes, seguro nos alcanzará pronto.-Edward volvió a girar hacía el resto.-Por el momento, suban al bote.

-No puedo...-Murmuré, pero Ciel me interrumpió.

-En realidad necesito pedirte un favor.-Mantenía los ojos cerrados, y sólo los abrió para ver a Snake.-Suban a este tipo en mi lugar.

-¿¡Qué?!

-No puedo subir al bote todavía, tengo algo que hacer dentro.

-¡Yo voy contigo!-Me adelanté algunos paso hacía el peliazul, Edward me giró a ver, consternado.-No puedo subir al bote sin mi padre, ¡Necesito encontrarlo!

-¡Yo también iré, si Ciel se queda yo...!-Lizzy también dio un paso al frente conmocionada, pero Sebastian la interceptó y con un golpe limpio en la nuca, la rubia cayó inconsciente en sus brazos.

-¡Mayordomo...!

-Perdoneme. Tomaría demasiado tiempo conseguir que Lady Elizabeth lo entienda, así que tuve que ser rudo.-El hombre que sostenía con delicadeza a la chica, se la pasó en brazos a Edward para que pudiera sostenerla.-Tomaré después mi castigo.

-No, está bien, yo no consigo ser estricto con ella, estoy agradecido...

-¿Estás segura de querer volver dentro?-Inquirió Ciel.

Ese Conde. [Ciel Phantomhive & Lectora] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora