XXI

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-Estaba seguro de que algo apestaba cerca de aquí. Aunque es muy poco decir para tal despreciable presentimiento.

-¿Disculpe?-Por inercia mi torso se giró al encuentro de ese hombre trajeado y de lentes.

-¿Te escondes detrás de una simple humana? Honestamente, creí que estarías pudriendote en lo más hondo.-El hombre de impecable peinado nisiquiera me dirigió la mirada después de eso, su mirada estaba fija en alguien mucho más alto que yo atrás de mí. Suspiró y acomodó sus gafas, haciendo un gesto rápido de desprecio. 

-Bajo ningún concepto es aceptable tal actitud hosca. ¿Se puede saber quién es para hablar así?-Mis dientes se apretaron. 

-¿Hm?

-Señorita...-Con un tono increíblemente frío de voz, Daniel se acercó a mi por un costado inclinando levemente su torso, pero antes de terminar de aproximarse, lo que parecía ser una varilla podadora se extendió rapidamente hacía él, interponiendose y empujando el brazo del chico.

Aunque el castaño no opuso resistencia corporal alguna, ni reaccionó, Deak tomó rapido la cabeza de la vara, deteniendola. 

-¡Eso fue muy peligroso, ¿qué demonios hace!?-El hombre frunció el ceño finalmente mirandome.

-Señor Wi... Señor... No es este ni el momento ni la circunstancia para discutir temas de ese tipo. Debe irse, se está convirtiendo en un peligro.-Daniel se irguió, tomó la varilla del aparato y comenzó a empujarla sin apuro hacía el hombre. 

-¿Tienes tal descaro para enfrentarme así? 

-Sí. Váyase.

-¡No! Es un peligro estando libre sin más.

-Pero también un peligro cerca suyo.-El castaño aseguró y el otro hombre chasqueó su lengua, halo con firmeza su cabello perfectamente ladeado y comenzó a caminar lejos. 

-Necesito saber qué fue eso.-Avancé hasta estar frente a Daniel.

-¿Es un trabajador de este circo? ¿Acaso está enfermo?-Deak lo siguió con la mirada hasta que salió de nuestra vista. 

-Sí... Y sí.-Suspiró, con una expresión tan distante como arrepentida.-Disculpeme, merezco el castigo que sea por provocar este momento.

-¿Qué? ¡No! Tú no. ¿Quién es ese loco? 

-Es mi... Anterior jefe.-Cerró sus ojos. La mirada de Deak se encontró instantaneamente con la mía, después de habernos preguntado toda la mañana de donde venía Daniel, esto no nos dejaba más claros que antes.

-... ¿Cómo?-Preguntó con sencilleza el pelirrojo. 

-Eso es algo que... Preferiría no comentar a fondo. Lamento que mi pasado haya causado tal situación. 

-Sólo quiero entender que está ocurriendo...-Suspiré después de una pausa.-¡Oh, cierto! Olvidé mi bolso en el carruaje, ¿Podrías traerlo por favor?-Mi gesto se relajó y sonreí caprichosamente. Él castaño ladeó la cabeza un momento observandome. 

-¿Está segura que esta mañana traía bolso? 

-Por supuesto. Combinaba con mi liston y zapatillas, ¡Eso es algo muy importante!.-Expliqué estirando un momento mi pierna para apuntar las decoraciones lilas de mi vestimenta.

-Cómo ordene.-Asintió y se encaminó fuera de nuestra vista.

-Estoy bastante seguro de que no traías bolso. 

-Claro que no. No tengo nada que meter ahí. Mi espejo tocador imaginario y mi pequeño pañuelo bordado a mano inexistente tal vez.-Me encogí de hombros.-¿Cómo es qué se llamaba el presentador? 

Ese Conde. [Ciel Phantomhive & Lectora] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora