XXXXI

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Los ojos rojizos de Sebastian estaban ansiosamente clavados sobre mi, mientras el peliazul parpadeaba velozmente.

-Ese nombre...

-Llévame a otro lugar, por favor...-Mi voz salió temblorosa sin mi permiso, y me aferré a su ropa. Un primitivo instinto de presa huyendo me hizo imaginar un par de veces la voz de Undertaker a mis espaldas, y sin ser capaz de discernir la realidad, giré en busca de su origen con terror.-Él podría encontrarme... Necesito esconderme.-

Sin encontrar a quien esperaba, volví a ver el rostro del peliazul, y comencé a jalar de su ropa con ansiedad.

-Al parecer mi Lady está conmocionada, deberíamos llevarla a un lugar privado.-Propuso Sebastian, y se acercó a mi con la intención de tomarme por la espalda. Con un pequeño sobresalto me alejé de su mano por puro instinto.

-Yo la llevaré.-Mi movimiento, que no pasó desapercibido para ninguno, hizo que me acercara más a él.

Su despacho gozaba de una espectacular vista hacía la calle y el edificio enemigo, pero apenas entramos Sebastian cerró las cortinas con velocidad.

-¿Quién te persigue?-Inquirió, tomando asiento a mi lado en ese sillón doble después de dejarme sentar con suavidad.

-Undertaker.-respondí rápido.-Él era algo así como mi guardián...-¿Cómo decirle todo lo que sabía? Quería vomitar todo lo que había vívido para que él pudiera tomar la información que le fuera útil y no hacerme recordarlo.

Mi pulsera tintineó en el aire cuando con un movimiento rápido levantó mi muñeca en alto.

-¿¡Por qué tienes una de estas?!-Exclamó, haciendo que Sebastian se inclinara con especial interés.

-Si no mal recuerdo, es la correspondiente a Sirius.

Era extraño saber que ese hombre, a quién siempre relacioné con la mayor elegancia y porte, no era un humano sino un demonio. Él pareció notar mi mirada, y se irguió, sonriente.

-S-Si...-Asentí, ensimismada.-Ah... Ahora mismo deben estar como locos.-Alejé mi mano de la suya, y comencé a levantar la manga del camisón.-Fui atrapada por Undertaker.-Mientras la doblaba, y las vendas comenzaban a notarse, pude escuchar un "oh" por parte de Sebastian. El peliazul, por su parte frunció el ceño.-Por mi sangre. Me usó como banco de extracción Sirius.-Intenté pensar en cuánto tiempo tenía que estaba en ese edificio, pero todo eran recuerdos difusos sobre mi anterior hogar.

-Maldita sea. ¿Cómo iba a imaginar que estuviste ahí metida?-Llevó la mano a su frente.

-¿De verdad no lo sabías...?

-¡Claro que no!

-Sin embargo esto solo añade más preguntas al caso...-Sebastian acarició su barbilla.-¿Undertaker está involucrado en la extracción?

-Él me las realizaba personalmente.

-Además, que usted sea una Sirius y haya escapado ahora mismo...-Comenzó a dibujarse una sonrisa en su rostro.-Es muy conveniente.

El peliazul suspiró profundo. Apreté mis manos entrelazadas que se acariciaban entre sí ansiosamente, y cuando el Phantomhive levantó la mirada no pude evitar sentir un pequeño escalofrío.

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⏰ Última actualización: May 29 ⏰

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Ese Conde. [Ciel Phantomhive & Lectora] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora