Capítulo 12

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A lo largo de los últimos tres años había ido a más fiestas de las que podía contar, y me había colado en muchas discotecas. La habilidad de Emma sobre el tiempo era realmente útil para esto, pero no había visto tanto alcohol junto como en la fiesta de Halloween de Noah.

No sabía si se debía al simple hecho de ser fiesta o a que como el cumpleaños del anfitrión era el día treinta y el de Hannah el día uno de noviembre, habían celebrado una fiesta conjunta.

Por mucho que había prometido que no bebería demasiado me resultó imposible, incluso el agua estaba mezclada con vodka, al menos creo que era vodka.

¿Cómo había conseguido Noah todo ese alcohol? No tenía ni la menor idea y prefería no saberlo.

Debo admitir que estaba atemorizada cuando noté que no había ninguna bebida sin alcohol por lo que pudiera ocurrir pero la constante presencia de Ethan a mi lado me tranquilizaba lo suficiente como para no perder el control sobre mi elemento en ningún momento.

Tal vez no hubiera tenido problemas con el fuego, y mi mente estaba demasiado borrosa como para recordar con detalle lo que ocurrió en la casa de Noah después del tercer vaso de "agua", cuando ya había bebido bastante antes, pero estaba segura de que el alcohol me había hecho meter la pata más de una vez con la telequinesis. No estaba segura de cuándo ni de en qué circunstancias pero esperaba recordarlas a lo largo del día.

El dolor de cabeza cuando desperté al día siguiente era realmente molesto. La luz que entraba por mi ventana hacía que mis ojos ardieran y agradecí que no hubiera demasiado ruido a mí alrededor.

Mi primer impulso fue cerrar las cortinas de mi habitación con ayuda de la telequinesis para intentar minimizar la luz proveniente del exterior y el segundo atraer una botella de agua.

Debió de pasar al menos media hora en la que seguí arrepintiéndome por haber bebido la noche anterior antes de que me decidiera a coger mi teléfono.

La cantidad de mensajes que había recibido me impresionó, sobre todo porque la mayoría habían sido enviados a partir de la una de la mañana. Tenía seis mensajes de audio de Emma, cuatro de Eric e incluso varios por parte de Noah, Kenna, unos cuantos jugadores más del equipo de fútbol y un par de números que no tenía agregados entre mis contactos. Eso sin contar los mensajes del grupo de la fiesta.

Ante la cantidad de audios de adolescentes borrachos el pánico me inundó debido a la posibilidad de que yo hubiera mandado algún tipo de mensaje, por suerte no había enviado nada recientemente en ninguna de mis redes sociales y tampoco había llamado a nadie desde que la noche anterior llamé a Ethan en mitad de la fiesta para preguntarle donde estaba tras perderle entre la gente.

Tras asegurarme de que realmente no había enviado nada de lo que pudiera arrepentirme me dirigí a la cocina. Comer algo ayudaría a que el dolor de cabeza desapareciera y necesitaba otra botella de agua. Casi había gastado la que tenía en mi habitación y no sobreviviría al resto del día con lo que me quedaba.

Oí la voz de mis padres en su habitación y no dudé en avanzar con rapidez por el pasillo y las escaleras aprovechando que no estarían en la planta baja. Desde que habían anunciado de forma oficial el secuestro de Grace mi instinto familiar había aumentado e intentaba pasar todo el tiempo que estuviera en casa con ellos y Cody, pero aquel día era una clara excepción.

No sabía muy bien que coger para comer por lo que terminé agarrando un poco de todo. La fruta fue lo primero que tomé, había leído que era buena para la resaca. No estaba segura de que fuera completamente cierto pero no tenía nada mejor a lo que aferrarme.

Sentada a la mesa de la cocina, un recuerdo de la noche anterior vino a mi mente al recibir una corriente de aire de una de las ventanas del salón. Enseguida rechacé la idea cuando me di cuenta de que no tenía ningún sentido.

La Joya de los ElementosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora