Cuando la alarma sonó a la mañana siguiente me arrepentí inmediatamente de haberme pasado la noche hablando con Emma.
El campamento de otoño empezaba al día siguiente y habíamos decidido que hablar de ello nos ayudaría a no pensar en la nieve.
En parte sabía que mis expectativas respecto al campamento no debían ser altas, el año pasado no había sido gran cosa, pero la idea de perder clases, tanto de Seattle como de Élite, por una semana hacía imposible no emocionarse un poco al respecto. Aunque durante la última semana mis ganas por ir habían disminuido Emma tenía razón cuando la noche anterior me había dicho que sería una oportunidad para distraernos.
Sospechaba que tenía pensado hacer algo en el campamento, porque la idea la tenía realmente ilusionada, hasta tal punto que no llegó a quejarse de Kenna ni una sola vez en el entrenamiento de animadoras de aquella mañana.
Tampoco dijo nada durante la clase de español a primera hora, lo cual me extrañó aún más. Nuestra profesora estaba algo loca, a menudo solía soltar frases sin sentido o comenzaba a regañarnos sin motivo aparente y aunque muchas veces nos dedicáramos a ignorarla siempre había algún momento en las clases en el que era imposible contener alguna risa debido a alguno de sus comentarios.
Se pasó la mayor parte del día apuntando qué debía echar en la maleta, tanto cosas suyas como cosas que debía pedirme a mí que metiera en la mía.
-Ethan, tú te quedaste a dormir a casa de Noah después de la fiesta -comencé a decirle en clase de química.
No sabía cómo había convencido a Emma para cambiarle el sitio permanentemente, pero a ella no parecía importarle, no desde que Eric también cambió su lugar para estar con ella.
- ¿Sabes si pasó algo entre Eric y Emma después de que yo me fuera? -continué-. Creo que hay algo que no me están contando.
Él se limitó a negar mientras se estiraba un poco en su asiento.
-Ni idea, son tus mejores amigos si no lo sabes tú yo no tengo oportunidad de saberlo -comentó tras dirigir su vista durante unos segundos a donde ellos se encontraban-. ¿Puedo preguntar por qué te sientas en las mesas en lugar de en las sillas? Lo haces siempre, en todas las clases.
Tuve el impulso de bajarme de la mesa debido al comentario, pero la costumbre era más fuerte que la fuerza de voluntad por lo que terminé contestándole aún sentada en la mesa.
-No lo sé. Desde que era pequeña si veo una superficie más alta me siento en ella. Lo hago incluso en mi casa. Mi madre se vuelve loca cuando me siento en el respaldo del sofá o en la encimera -respondí riendo un poco-. Es una costumbre que tengo, yo tampoco lo entiendo.
Ethan me dedicó una sonrisa al escucharme mientras acercaba un poco más su asiento hacia mí. En ese momento noté que él hacía una mueca observando algo detrás de mí y yo me giré para ver que era aquello que había llamado su atención.
La presencia de nuestra profesora de física hizo que me bajara inmediatamente de la mesa para sentarme en mi verdadero asiento. Por un momento pensé que estaba allí porque el señor Bicks había tenido que ausentarse, pero cuando apareció detrás de ella con un montón de papeles descarté la idea.
-Prometo que no os quitaré mucho tiempo de la clase -comenzó a decir nuestra profesora una vez todos estuvimos sentados-. El señor Bicks os repartirá ahora el programa de las actividades que se realizarán a partir de mañana en el campamento de otoño, pero primero he de comunicar un anuncio por parte del director.
Emma y Eric se giraron delante de nosotros, mirándonos confundidos ante el anuncio, pero nosotros estábamos tan perdidos como ellos. El año pasado ni siquiera nos habían dado un programa.
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La Joya de los Elementos
FantasyLa vida solía ser fácil. Sólo tenía que preocuparme por la animación, por el instituto. Mis mayores problemas eran las noches a solas en Seattle y en ocasiones los proyectos escolares. ¿Mis pensamientos? Mis pensamientos eran sobre fiestas, sobre ch...