Las miradas que Ethan y yo nos dedicamos durante todo el día al regresar al instituto siempre nos arrancaban una sonrisa. Lo apreciaba realmente pues sentía que aquel día una sonrisa era de lo poco positivo que iba a conseguir.
En Élite, los ataques de los rebeldes se hacían cada vez más frecuentes y peligrosos. Una vez llegamos a casa tras el campamento empecé a saber con más detalle sobre la intrusión de los rebeldes en el ayuntamiento.
Cuando Eric nos contó sobre ello asumí que habían cometido un error intencionado para advertir que habían entrado. Era obvio que eran inteligentes, por lo que estaba convencida de que si alguien se había enterado de que habían interrumpido en el ayuntamiento era porque así lo habían querido. Sin embargo, todo el tiempo creí que habrían dejado algo atrás por el camino y que habían actuado en todo momento con disimulo.
Estaba equivocada. Disimulo era la última palabra que usaría para describir las noticias que informaban respecto a la entrada en el ayuntamiento.
No sólo se habían vestido con unas llamativas camisetas amarillas con la imagen de un águila impresa en el medio, habían activado todo tipo de sistemas de seguridad al entrar y aquello despistó tanto a la policía como a seguridad y a la mayoría de habitantes de Élite.
Me costaba creer que el producir tanto ruido hubiese sido algo accidental.
Tal vez lo hicieran para distraer o confundir, o puede que al no encontrar las joyas decidieran al menos hacerse notar para recordarle a la gente que seguían teniendo el suficiente control como para entrar donde quisieran.
En cualquier caso, desde hacía un par de semanas había escuchado entre los alumnos de Élite que el día 10 de noviembre habría una huelga estudiantil para reclamar por la situación. No había hecho mucho caso a esos rumores porque no estaba convencida de que fuera a tener lugar pero cuando el lunes regresé del campamento y tuve que asistir a clases en Élite me confirmaron que durante la semana que había estado ausente habían convencido a la directora para que los alumnos de cursos superiores realizaran la huelga, por lo que aquel día tenía la tarde libre.
Para la mayoría de los alumnos poder faltar a clase un día sería algo bueno pero a mí no me lo parecía. No sí sabía que el tema de los rebeldes preocupaba tanto a la directora como para permitirnos ausentarnos durante ese día.
Ethan debió notar mi preocupación durante el día pues no paró de preguntarme lo que me ocurría cada vez que tenía ocasión pero yo no paraba de cambiar de tema.
Cuando a última hora, tras salir de un examen de física se acercó a mí, estaba preparada para no dejar de hablar de la prueba aunque él terminara preguntándome una vez más el motivo que mantenía inquieta.- ¿Qué tal el examen? -me preguntó Ethan acercándose a mi mesa.
-Bastante bien -contesté sonriendo. Pensaba que me saldría peor después de una semana sin clases, pero no ha sido complicado.
-Cierto, aunque ha ayudado que la señora Horne haya puesto ejercicios fáciles -él también me dedicó una sonrisa y supe enseguida que también le había ido bien.
Detrás de él, observé cómo Vanessa se asomaba por la puerta de la clase pues al no cursar física siempre esperaba a Emma para irse juntas de vuelta a Élite los martes.
Mi mirada se encontró con la suya al comprobar que Emma se unía a ella y ambas nos miraban a Ethan y a mí de forma divertida.
-Me alegro de que te haya salido bien -comenzó a decir Ethan captando de nuevo mi atención-. Vi que te llevaste un par de libros al campamento.
-Sí, pero apenas los usé -respondí perdiéndome en sus ojos cuando él se acercó algo más a mí.
-Liv -comenzó a decir inclinándose un poco hacia mí.
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La Joya de los Elementos
FantasiLa vida solía ser fácil. Sólo tenía que preocuparme por la animación, por el instituto. Mis mayores problemas eran las noches a solas en Seattle y en ocasiones los proyectos escolares. ¿Mis pensamientos? Mis pensamientos eran sobre fiestas, sobre ch...