Capítulo 15

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La competitividad entre mi instituto y el de Brandon resaltaba de manera evidente ahora que iríamos juntos al campamento de otoño. La broma de inicio no había sido suficiente para Kenna y aquella tarde no dudó en empezar a hablar por el grupo de animadoras sugiriendo que todas aquellas que fuésemos al campamento apareciésemos a la mañana siguiente vestidas iguales, y por supuesto con los colores de nuestro instituto. Como una especie de unidad para demostrar según ella que no podrían con nosotros. No parecía entender que el objetivo de un campamento conjunto era una unión entre ambos centros, no una separación más evidente entre los mismos.
Accedí a vestirme como ellas, pues sabía que no las convencería de no hacerlo, pero aquella no era esa la idea en absoluto.

Además, apreciaba a Kenna, de verdad, pero aquella intensidad que reflejaba en probar que nuestro equipo era el mejor pronto la desvió a otro tema. A medida que pasaban las horas de charla por el grupo comenzó a meter sutilmente el tema de los ensayos. Se le había metido en la cabeza que desde ese momento hasta navidad, como mínimo deberíamos tratar de meter dos ensayos más por semana, incluso si debíamos levantarnos antes para pasar algunas horas más entrenando, lo cual no era ningún problema ya que levantarse temprano ayudaba a activar el organismo según ella. 

Poco a poco nos habíamos cansado de discutir y habíamos comenzado a dejarla en visto dándole a entender que sería imposible meter más ensayos a la semana, pero hasta que lo hicimos Tina y yo nos habíamos pasado casi todo el tiempo hablando por privado. Al principio sobre el campamento, pero cuando Kenna comenzó a mencionar los entrenamientos también empecé una conversación con Harriet y habíamos decidido quedar las tres para comprar los huevos y olvidarnos de la movida de la tarde.

Recogí a Tina con el coche pues su casa estaba de camino desde donde yo supuestamente debería acceder para llegar a la ciudad. No me importaba, conducir me tranquilizaba y charlar con ella era un alivio después de la discusión con Kenna por el grupo. Siendo la otra capitana, Kenna trataba de hacer ver que estaba de su lado cuando dijo que más ensayos serían convenientes, pero para nada. Yo era la primera que tenía los días a más no poder de cosas que hacer, y entendía que las demás necesitaran un descanso y tuvieran también otras actividades que atender. Pasar la tarde con mis amigas sin necesidad de preocuparme por nada más era exactamente lo que necesitaba.

-¿Puedes mirar quién es? -le pregunté a Tina desde el asiento del conductor cuando mi móvil sonó anunciando una nueva notificación.

-Un tal ¿Brandon emoticono de corazón rojo? -contestó ella extrañada al coger mi teléfono.

Noté enseguida la mirada de curiosidad que me dedicaba, pero la ignoré. No había quitado ese corazón de su nombre de contacto ni tenía intención de hacerlo, pero no me apetecía tener que dar explicaciones a Tina. Aunque seguramente, hubiese sido de las pocas personas en el instituto que no me hubiese reclamado nada por aquella relación.

-¿Qué pone? -quise saber ante la sorpresa de que me escribiese a esa hora.

-"Liv".

-¿Nada más? -cuándo ella asintió, continué- ¿Puedes contestar por mí, por favor?

-¿Cuál es el pin?

-24 de junio. 0624 -me corregí al darme cuenta de que había contestado con la fecha que daba origen a mi contraseña en lugar de la clave-. Dile que mal empezamos si me llama así.

En pocos segundos, la risa de mi amiga inundaba el coche, y cuando comenzó a leerme la contestación en voz alta, solo quería hundirme en el asiento.

-"Amor", "Mi vida", "Bella", "¿Mejor?".

No, no era mejor. Brandon jamás utilizaba ese tipo de apodos si no era para meterse conmigo o pedirme un favor, nunca en serio. A ninguno nos gustaban esos sobrenombres, tal vez era la parte de nuestra relación influida por la amistad previa y la costumbre de llamarnos por nuestros nombres sin más, pero en cualquier caso ya podía imaginarme que no sacaría nada bueno de esa conversación.

La Joya de los ElementosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora