Cap.15

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Llegó y tocó el timbre un par de veces el timbre pero no respondieron, ya se estaba poniendo claro, estaba saliendo el sol y ella no quería eso, no le convenía

Se agacho como pudo, sacando la llave de repuesto que su abuelo dejaba en las plantas, abrió la puerta y dejo a Sabrina en el sofá, mientras tomaba el teléfono de la casa, estuvo a punto de llamar a sus padres pero se detuvo

Aún podían encontrarlas, y no quería que si eso pasara sus padres y sus tíos estuvieran con ellas, le podría pasar a ello los que a Jessi, Lynn y Lance

Dejó el teléfono en su lugar y fue a la cocina, buscando algo, encontró jugo y vertió un poco en un vaso y dejo todo en su lugar y tomó unas papitas antes de volver a la sala

-Sabri –murmuro sentándola –tengo tus papitas –la sacudió suave

-Pa...p-itas –dijo entre balbuceos

Ni siquiera había abierto los ojos, alzo el vaso con jugo y abrió su boca obligándola a tragar, ni siquiera se movió cuando su prima vomito lo poco que se había comido, ambas estaban llenas de vomito

Volvió a abrir su boca y la obligo a beber el poco que quedaba

-Sabrina, dame ideas, tu eres la mejor improvisando, no sé qué hacer –admitió la pequeña con esperanza de que esta la escuchara

Pero no hubo respuesta, se froto la cara frustrada y su mirada fue a parar a una puerta

No tardó mucho en levantarse y correr hacía ella abriéndola, sus ojos brillaron viendo el auto, era lo único que la podría llevar a casa antes de que las atraparan

Abrió la puerta del auto y como pensaba tenía la llave puesta, su abuelo solía dejarlas ahí, porque luego olvidaba donde las había puesto y las perdía

Se apresuró en volver a la sala y tomar a Sabrina, antes de entrarla en la parte trasera del coche y asegurarse de ponerle bien el cinturón, tal y como su padre le había enseñado, abrió la cochera y presionó el botón para que se abriera

Subió al auto y sin pensárselo dos veces encendió el auto y salió de la cochera, agradecía a su abuelo tener esa costumbre de entrarlo de reversa porque de otro forma no podía haberlo sacado

Escuchó a la puerta de la cochera cerrarse, así que también estaba agradecida con sus padres por poner esa maquinita porque a su abuelo se le olvidaba y se iba, dejando la puerta abierta

Conducir era incomodo, ella solo lo había hecho una vez, y fue porque le rogo a su abuelo que le enseñara, y él solo la sentó en sus piernas y dejo que ella se encargara del volante

Solo podía presionar la cosita esa que hacía al auto avanzar, ella no pudo poner su cinturón porque le estorbaba y no la dejaba moverse libremente y estaba ya en una posición lo suficientemente incomoda como para que también estuviera amarrada

La pequeña conducía con el corazón acelerado y el alma a flor de piel, aún no había mucho tráfico así que no tenía que esquivar autos, cosas o personas, seguidamente, pero sabía que eso cambiaria dentro de unos pocos minutos, porque ya la ciudad parecía comenzar a despertar

-Sami –escuchó a Sabrina balbucear desde la parte de atrás y luego de eso se escucharon arcadas

-No te preocupes, pronto estaremos en casa –dijo pisando más la cosita esa que el auto avanzara más rápido

Entonces lo escuchó, sirenas de la policía y le hablaban por una clase de alta voz, diciéndole que se detenga

Recordó a Lynn, diciéndole que no confiaran en la policía, y eso hizo, acelero tanto como pudo, mientras en su mente repetía una y otra vez la oración que le había su abuelo enseñado a hacer

Al lugar en donde se dirigían 4 personas estaban viendo un noticiario, hacían eso siempre, sabían que sus niñas eran inteligentes y que si no podían volver, buscarían la forma de mandar alguna señal para que llegaran a ellas, la policía no encontraba nada, ya no sabían dónde más buscar, se estaban quedando sin idea

Algo llamo su atención, era una percusión en tiempo real, en la que ya estaban involucradas 60 patrullas y no podían atrapar al auto

-¿Ese no es el auto de papá? –preguntó Sarah, lo que ya todos pensaban, pero nadie se atrevía a decir nada en voz alta

-Lo llamaré –habló Teo poniendo el teléfono en alta voz

-¿averiguaron algo? –preguntó Joseph en cuanto contestó

-Papá ¿Por qué te siguen 60 patrullas y un helicóptero? ¿Dónde están los niños? –la pregunta de Samaira provoco que todo se quedara en silencio

-Yo estoy con los niños, no me está persiguiendo nadie –murmuró y se quedó en silencio unos segundos más –las niñas, son las niñas, Sebas dice que Sam no sabe cómo detenerlo –murmuró y todos contuvieron la respiración

El auto se acercaba a su vecindario, ya no tenían duda de ello

No dudaron en salir corriendo de la casa y detener a los oficiales que ponían barricadas para detener el auto

-QUITEN ESA MIERDA –gritó Leo empujando a los oficiales, mientras Jorge quitaba la barricada con ayuda de Sabrina y Sarah

-Estamos haciendo nuestro trabajo, no interfieran o... --Leo lo detuvo alzando su mano

-Mi hija y mi sobrina vienen en ese auto, y si alguno de ustedes se atreve a hacerle algo, lo despellejare vivo –dijo en un grito lo suficientemente fuerte para que todos los escucharan

Y todos hicieron lo que se les pidió, esas niñas habían sido la sensación del momento, nadie sabía dónde estaban y todos la buscaban fervientemente

-Ahí vienen –gritó un oficial con binoculares

Y efectivamente venían, el auto venía a una gran velocidad con patrullas siguiéndoles

-Apártense –un oficial los llevo a todos lejos de la carretera viendo como el auto no bajaba la velocidad

Samantha sentía el corazón golpear su pecho con fuerza, pareciera como si se quisiera salir

-Sabrina, es buen momento para despertar –soltó una risita nerviosa –no sé cómo detener esta cosa –dijo en un hilo de voz

Sus manos sudaban y se aferraban con fuerza al volante, ya no le parecía mal idea ponerse el cinturón

Y eso hizo, con movimientos nerviosos y torpes, trato de abrochar el cinturón, pero sus manos no paraban de sudar y temblar


"La vida es corta, viviendo todo falta; muriendo todo sobra"

La Infancia de la TenienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora