Cap.34

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Samantha Adams


-Pásame la toalla –pidió

La tomé, adentre la mano a la duche y cerré los ojos

Lo sentí abrir las cortinas y unos segundos después tomó mi mano

-Ya puedes abrir los ojos –me sonrió y salimos del baño –espera a papi aquí un segundo ¿está bien? –preguntó sentándome en la cama

-Está bien –sonreí

-Esa es mi niña –apretó mi nariz antes de tomar la ropa y volver a entrar al baño cerrando la puerta

Me quedé esperando como me lo indicó hasta que volvió ya vestido

-Ahora sí ¿Cuáles fueron las palabras que aprendiste hoy?

Sonreí cuando se sentó a mi lado con una sonrisa y mirándome con atención

-Soborno y chantaje

Soltó una carcajada divertida

-Son dos buenas palabras –me felicitó

-Sí, pero no creo que me hayan dicho lo que significan de manera correcta ¿me dices que significan? –cuestioné

-Por supuesto –me sonrió –el soborno es dar dinero o regalos para obtener algo de forma ilícita –iba a seguir pero lo interrumpí

-¿Y que es algo ilícito? –cuestioné con curiosidad

-Es algo que no está permitido legalmente –explicó con paciencia

-¿Qué significa legalmente?

-¿Sabes quiénes son los policías? –Asentí –bueno los policías, castigan a las personas que hacen cosas malas

-También a las personas que hacen cosas buenas –lo interrumpí recordando las palabras del abuelo

-Sí, también –se rió –bueno, los policías son los encargados de arrestar a los que no cumplen la ley –habló despacio –así que si sobornas a alguien sea quién sea estás haciendo algo ilícito y te arriesgas a ir a prisión porque sobornar no es algo legal ¿entiendes?

Me quedé en silencio unos largos minutos procesando todo, entonces yo no soborné a la tía Sarah, solo le pedí una malteada, cool

Miré a papá asintiendo

-Y el chantaje es –se quedó pensando unos segundos --¿están permitidos los ejemplos? –preguntó con curiosidad y diversión

-Sí –sonreí

-Cuando me comí el chocolate de tu madre y tú me viste ¿recuerdas que dijiste? –asentí

-Que si no me llevabas al parque le diría a mamá –sonreí

-Eso es un chantaje –dijo finalmente

Entonces yo no soborné a nadie pero si chantajee, interesante, me gusta ese termino

-Entiendo, entiendo –asentí viendo como sonreía

-Eres una niña muy, muy inteligente –me tomó en brazos

-Papi –me miró --¿Por qué los policías castigan a las personas buenas?

-Porque son unos idiotas –segundos después me miró alarmado –no repitas esa palabra o ambos estaremos en problema

-Está bien –sonreí

-En fin, nunca seas policía –me miró –lo digo enserio Samantha Adams, si me entero que quieres ser eso te desheredo

-Ni tienes nada que heredarme –me reí viendo su expresión de ofendido –pero no quiero ser policía, todos les dan ordenes –negué –a mí no me gustan que me den ordenes

-Ya lo sé pequeña, ya lo sé –se rió

-Aunque –alargué la palabra –me gustaría saber disparar

-Mmm ¿practicar arco y flecha te parece suficiente? –cuestionó

-Por ahora sí –asentí

-Por ahora es suficiente –asintió de acuerdo –bien, luego buscaremos una forma de que el tío Edward te enseñé a disparar –me susurró

-Podemos chantajearlo –chillé con emoción

-No lo grites –se rió –encontraremos algo con lo que hacerlo –salió de la habitación sin bajarme de sus brazos

-¿Cuándo volverán el tío Edward, la tía Bright y Beni? –cuestioné

-¿No se lo dices a nadie? –preguntó en un susurro

-Secreto –alcé mi dedo meñique

-Secreto –también alzó el suyo –se enteraron de lo que pasó y nos vendrán a visitar en unos días –susurró

-Está genial –chillé

-Por supuesto, debes prepararte, sabes que Sabrina y Beni no pueden estar solos –sonrió con diversión

-Cierto –lo pensé unos segundos –pero ahora eso no importa

-Debo hacer las compras ¿me acompañas? –Cuestionó –hoy te toca

Por lo general papá es quién hace las compras y siempre lleva a uno de nosotros, solo uno, al parecer es mi turno

Asentí sonriendo

*****

-¿Está todo? –cuestionó papá

Vi la lista y la leí en voz alta mientras el verificaba que todo estuviera en el carrito

-Sí todo está –dijo luego de unos segundos –ahora vamos por las chucherías –dijo en voz alta

-Sí, entonces solo necesitamos, el chocolate de mamá, el tuyo y el mío, las papitas de Sabri, las gomitas de Sebas, los cereales de Maicol y como Beni también viene debemos comprar sus galletitas –enumeré

-A la orden –empezó a empujar el carrito

A mí siempre me dolían los pies, bueno, no me dolían pero me gustaba que me metiera en el carrito de compras

Nos detuvimos en el pasillo de las golosinas

Echó el chocolate necesario para este mes, si lo escondía bien, claro está

"No todos las personas tienen la suerte de compartir con sus padres y sus familia, así que si tú eres uno de esos afortunados disfrútalo como si no hubiera un mañana, después de todo no estamos seguro si lo habrá"

"Porque la familia no siempre es de sangre, así que disfruta cada día con tu familia sin importar si está lleva tu sangre o no"

La Infancia de la TenienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora