Cap.17

997 115 5
                                    


Tal y como prometieron, los doctores no separaron a las niñas durante todos los análisis, aunque se mostraron más preocupados por la salud de una de las pequeñas

De Sabrina, y habían estado todo el día haciendo muchos exámenes y prueba a esa niña, y lo que encontraron no fue muy alentador

-Está muy grande para operar –dijo Leidy mirando la pantalla

-Sí lo es –contestó Aris sin quitar la mirada de la pantalla

Siguieron observándolo unos minutos, antes de llevar a las pequeñas a su habitación compartida, en donde estaban sus padres esperando ansiosos

-¿Cómo están? –se apresuró Sarah en preguntar

La doctora, miró a las niñas, que estaban a punto de quedarse dormidas, mientras una enfermera administraba calmantes para los golpes y luego volvió a mirar a los padres

-¿Me podrían acompañar a una sala más privada? –preguntó

Ellos solo asintieron y siguieron a ambas doctoras, ella abrió una puerta y les indico que entraran

-¿Es grave? –preguntó Jorge

-Tenemos malas noticias –habló la doctora frente a los padres

-Las pequeñas nos hablaron de que una de ellas no había estado bien –comentó con suavidad –nos dieron síntomas que nos preocuparon, así que le hicimos más análisis y encontramos lo que temíamos

-Por favor, hable de una forma en que entendamos –interrumpió Samaira --¿Cuál de las pequeñas es y que tiene?

-Sabrina, tiene un tumor canceroso en el páncreas

Tras las palabras de la doctora, Sarah comenzó a llorar y Leo la abrazo consolándola, pero él también estaba devastado

-Queremos que repitan las pruebas, deben de estar equivocados –dijo este

-Podemos hacerlo, pero eso solo nos quitara tiempo esencial –habló la doctora –es muy grande para operar, la única opción es la quimioterapia, es bueno que el tratamiento se empiece cuanto antes –dijo y luego vio la cara de los padres –podemos hacer una segunda prueba, mientras organizamos todo para empezar con la quimio

Miró a los padres con pesar

-Los dejaremos solo, para que puedan tomar una decisión –dijo y le hizo señas a la otra para que salieran

Ambos matrimonios estaban desconsolados, una pareja sufría por su hija y la otra por su sobrina

*****

Samantha abrió los ojos y los volvió a cerrar por la claridad de la habitación, cuando los volvió a abrir unos minutos después esa molestia había desaparecido casi del todo

-Mamá --llamó a la mujer que se encontraba acomodando mejor la sabana de Sabrina --¿Dónde estoy? –preguntó tachándose los ojos con su mano derecha

-Estas en el hospital cariño –Samaira acaricio su cabello con cariño

-¿Y qué hago aquí? –preguntó la pequeña confundida

-¿No recuerdas nada? –preguntó su mamá preocupada

La pequeña hizo cara de estar pensando y se quedó en silencio unos minutos

-Sabrina y yo estábamos jugando, luego unos hombres nos llevaron y... --la pequeña no pudo seguir hablando, su respiración y los latidos de su corazón se aceleraron a tal punto, de que las maquinas no dejaban de pitar como locas

-AYUDA, POR FAVOR, ALGUIEN VENGA –gritó Samaira y volvió a la cama a tratar de calmar a su hija

Su respiración se alteraba cada vez más, el aire no llegaba a sus pulmones y la pequeña mostraba una cara de terror

Susurraba palabras inaudibles para su madre, no entendía lo que su hija le quería decir

Las doctoras no tardaron en llegar y para cuando lo hicieron los signos de Sabrina estaba casi igual de alterado que los de su prima

-Está teniendo un ataque nervioso, administra calmantes –dijo Aris

Y eso fue lo que hizo Leidy, la pequeña comenzó a respirar más tranquilamente, y cuando fue por Sabrina, descubrió que esta estaba como si nunca había pasado nada

-¿Qué? –se preguntó a ella misma, confundida

-Jessi –susurró Samantha llamando la atención de todos

-¿Qué dijiste cariño? –preguntó su madre acercándose

-Jessi –volvió a susurrar, aún con los ojos cerrados –lo siento –lloriqueo la pequeña

-¿Cariño? ¿Quién es Jessi? –su madre aparto el pelo de su rostro

Cuando la pequeña abrió los ojos, todos en la habitación vieron la humedad en estos

-Fue mi culpa –la pequeña sollozo más fuerte

Sus palabras apenas fueron entendidas

-Está bien cariño –su madre trato de calmarla

-No, no, no, ella murió por mi culpa –repitió la niña entre lágrimas –ella me defendió, por eso murió –dijo entre sollozos

La madre miró a las doctoras con preocupación y luego volvieron a mirar a la pequeña

-No fue tu culpa –se escuchó la pequeña voz de Sabrina por toda la habitación

Samantha, giró en su dirección aún sin dejar de llorar

Sabrina aún permanecía con los ojos cerrados, pero su rostro estaba surcado por una pequeña mueca en los labios

Estaba conteniendo su dolor para poder hablar o estar siquiera consiente

-Ella estaba feliz, tenía una sonrisa en su rostro –continúo la pequeña

Con dificultad abrió los ojos y miró a Samantha

-¿Recuerda lo que nos dijo? ¿Cómo fue que llego a ese lugar? –preguntó

Samantha sorbió sus mocos y miró a su prima, disminuyendo su llanto

-¿Qué cosa? –preguntó en un hilo de voz

-Ella dijo... que sus padres habían muerto ¿lo recuerdas? por eso estaba feliz, ahora puede estar con ellos por siempre –Sabrina miró con tranquilidad como sus palabras surgían efecto en su prima

-No sabes mentir –Samantha sorbió sus mocos con dificultad –ella no quería morir –miró sus manos y las hizo puño –dijo que quería ser policía, para atrapar a todos los hombres malos

"Por todas esas personas que ya no pueden luchar por sus sueños, ni cumplir sus metas"

La Infancia de la TenienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora