Cap.63

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Samantha Adams


-¿Ya? –me preguntó Maicol

-Sí, ya casi está –abrí mis brazos

Maicol me tomó por la cintura y me bajó del banquito que tenía frente a la estufa

-¿Niños? –me giré viendo a mamá en la puerta de la cocina

-Despertaste –Maicol le sonrió

Hoy había salido ya dos veces de la habitación, era el primer día que salía de la habitación desde lo de tía Sarah

-¿Qué hacen?

-Sam prepara la comida y yo la cuido –dijo este

-Ah...venía a preparar la comida –murmuró en voz baja

-No te preocupes por eso, puedes hacer la cena –Maicol la guío a unos de los bancos de la cocina para que se sentara

-¿Sí? –asentí a su pregunta y ella sonrió

-Deberías de hablar con Sebas, llama todos los días para preguntar cómo estás –Maicol empezó a sacarle conversación

Ellos rápidamente empezaron a hablar de no sé qué, no puse atención porque estaba centrada en lo que estaba haciendo

-Y entonces los tiré por accidente y Sam me pegó con la sartén –me giré de inmediato cuando escuché a mamá reírse con suavidad

Maicol me miró y se veía tan encantado como yo por escucharla reír

-Me he perdido de muchas cosas en estos meses –suspiró dejando de reír

Maicol no supo que decir y yo tampoco, porque ciertamente ella tenía razón, no se había perdido de muchas cosas en sí, pero sí de muchos momentos

-Pero ya no me perderé nada más –terminó diciendo

Sonreí ampliamente

-Puedes volver a trabajar si eso quieres, o hacer otra cosa que sea de tu interés, ya dentro de poco iniciarán las clases y el curso de griego y tendrás mucho tiempo para ti –me encontré diciendo

Se quedó pensativa y luego sonrió

-Puedo hacer un curso de cocina –se emocionó

-Pero ya sabes cocinar –fruncí el ceño

-Nunca se sabe demasiado –se encogió de hombros

-O puedes tomar uno de confección, el abuelo dijo que cuando joven te gustaba mucho diseñar y hacer tu misma las ropas de tus muñecas –Maicol dijo –y que durante casi toda tu adolescencia no usabas ropa que no fuera echa por ti

-Ya ha pasado mucho tiempo de eso ya –suspiró

-Bueno, si quieres hacer uno de esos, puedes hacer mi ropa –Maicol se encogió de hombros –prometo usarla incluso si es fea

-¡Oye! –Se quejó mamá y luego volvió a echarse a reír --¿aunque tus compañeros se rían de ti? –lo miró divertida

-Se ríen de mí y les rompo los dientes –Sonrió dulcemente

-¿Y tú Sam?

Mamá me miró a través de sus largas pestañas

-¿Yo que?

-¿La usarías?

Aunque pareciera costal de papas

-Si está bonita sí –sonreí

*****

-Entonces descubrieron por un vídeo de internet  que sabe muy bien si también le pones pequeños cubitos de queso –mamá frunció el ceño

-Sabe muy bien, te lo juro –Maicol asintió repetidamente –puedes beberte el chocolate y comer queso al mismo tiempo

-Entonces sabe bien –aún se veía dudosa

Molesta tomé los cubos de queso echándolos de una vez por toda en su chocolate

-Pruébalo –la animó Maicol

Ella nos miró con desconfianza una vez más antes de decidirse a probarlo de una vez por todas

Maicol y yo dejamos incluso de respirar mientras esperábamos su opinión

-Al principio solo prevalece el sabor del chocolate –sonrió –pero luego tragas el chocolate y masticas el queso y se ligan los sabores pero sobresale el del queso –suspiró encantada –me encanta

-Papá en cuanto lo probó dijo que te encantaría –Maicol sonrió

Y en ese momento se escuchó la puerta principal abrirse y luego de unos segundos papá pasó a nuestro lado y se dirigió a la cocina con la vista puesta en su teléfono

-¿Niños? –preguntó una vez fuera de nuestra vista

Me puse de pie y fui la primera en ir a su encuentro

Vi como luchaba con su corbata quitándosela, su teléfono y maletín estaban a un lado ya, y cuando logró aflojarse la corbata empezó a batallar con los botones para sacarse la comida

-Papá –sonreí cuando nuestras miradas se encontraron

-Ya estaba pensando que tu hermano y tú se habían dormido –sonrió también –ven aquí

Se agachó cuando llegué a su lado y me alzó en sus brazos

-¿Cómo has estado hoy? princesa –dejó un beso en mi cien

-Bien, papi –amplié mi sonrisa

-¿Y tu madre cómo está?

Preguntó moviéndose hasta el microondas y tomando su cena

-Mamá hoy ha salido de la habitación –contesté viendo como él se quedaba mirando la cena en silencio

-¿Ella la ha hecho?

Asentí notando como soltaba un suspiro aliviado

-¿Dónde está?

-Detrás de ti

En cuanto escuchó la voz de mamá podría jurar que dejó de respirar incluso

Me removí para que me bajara y cuando estuve en el suelo me apresuré en salir de la cocina murmurando un "voy a dormir"

No quiero estar cuando empiecen a besarse como si no hubiera un mañana

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⏰ Última actualización: Jul 05, 2023 ⏰

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