Samantha Adams
Le di una sonrisa antes de concentrarme en el chocolate entre mis manos y empezar a tomarlo
-¿Puedes tomar chocolate? –cuestioné mirándola
-No lo sé, supongo que sí –se encogió de hombros
Asentí y ahora no mencioné palabra alguna hasta que me lo terminé todo y miré a mamá con ojos de cachorro
-Mami –hice un puchero mostrándole mi vaso vacío
-No más chocolate para ti señora, te he servido mucho –pellizcó mi nariz saliendo de la cocina
Miré a la tía quién evitó mi mirada y salió detrás de mamá. Dirigí mi vista a Sabri quién tenía su vaso en sus labios. Tragó sin dejar de mirarme y frunció el ceño
-No te voy a dar –dictaminó con seriedad
-No te iba a pedir –la miré mal –no le pido cosas a niños egoístas que no comparten –aparté la mirada
-Me vale, digas lo que digas no te voy a dar –la miré nuevamente y me sacó la lengua
-Vale –me limito a decir
Observé con tristeza como se terminó su tasa de chocolate frente a mí, se lamió los labios con descaro y me regaló una resplandeciente sonrisa
Papá entró a la cocina y lo miré con ojos de cachorro
-¿Qué sucede cariño? –cuestionó sirviéndose chocolate
-Papi –hice puchero y le mostré mi taza vacía –se acabó –sentí mis ojos aguarse
-Oh –sonrió nuevamente –no llores por eso, ya te sirvo más, cielo –tomó mi taza y miró a Sabri --¿tú también quieres más, cariño?
-No, tío –le dio una pequeña sonrisa
-Por supuesto –se giró llenando mi vaso nuevamente --¿te serví demasiado? –cuestionó frunciendo el ceño
-No, no, así está bien –sonreí sin poder evitarlo –está genial de esa forma –lo tomé de inmediato cuando me lo tendió
-Está bien –dejó un beso en mi frente y salió de la cocina
-Iré a ducharme –dijo Sabri
Asentí viendo cómo se iba
Eres muy inteligente mi pequeña amiga, quiero que guardes algo por mi ¿vale?
Miré mi chocolate y empecé tomarlo, no paré hasta que no quedó ni una gota
Lynn me dijo que iba a tener un bebé
Me bajé del banco y lo arrastré al otro extremo de la cocina, me subí de nuevo. Tomé el teléfono y revisé en el papel que colgaba sobre él
-Abuelo –leí en voz alta –tía Sarah, tío Leo, mamá, papá, tía Bright ¡aja! –exclamé cuando encontré a tío Edward
Marqué el número que indicaba de forma minuciosa para no equivocarme y llamar a otra persona. Lo llevé a mi oreja y escuché como sonaba. Sonó unas tres veces antes de que respondieran
-Rutherford –escuché su voz del otro lado
-Tío Ed –chillé sin poder evitarlo
-¿Sam? –Se escuchó extrañado –hola, cielo ¿Qué tal estás?
-Acaba de tomar dos tazas de chocolate –hablé con emoción –y también me quité el pelo pero aún no se lo cuento a Sabri, Sebas también lo hizo –empecé a ponerlo al día
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La Infancia de la Teniente
Teen FictionTercera parte de La Nerd Militar... "La mejor manera de manejar el dolor es sostener la mano de quién más quieres y darle un apretón, para saber que está ahí y que no se va a ir, que va a seguir contigo" prometí siempre sostener tu mano, prometí sie...