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Choi Eun-young es una chica de dieciséis años, quién entrega plenamente su vida a la danza. No existe nada que le importe más que la música que le permite expresar sus emociones a través de sus movimientos. Es su pasión y no piensa abandonarla jamás, ni aunque su padre se lo impida.


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—¡Examen sorpresa! enfatizó el profesor de literatura; Spinster.

Muchas quejas se escucharon de parte de todos los estudiantes, quién diría que un día soleado y cálido se convertiría en el mismísimo infierno de un segundo para el otro.

Por otra parte Eun-young estaba en su mundo, no prestaba ninguna atención a su alrededor. Más bien estaba ocupada con sus auriculares puestos y los ojos cerrados, imitando alguna coreografía que se le cruzaba por la cabeza, el baile no podía alejarse de ella ni un segundo.


—Al parecer a la señorita Choi le encanta bailar —azotó la mesa con la hoja en mano.

El ruido fue tan fuerte que Eun-young salió de su pequeño trance exaltandose de sobremanera.


—¿Qué tal si se va danzando a la oficina del director? habló con una obvia pizca de burla en su voz.

Toda la clase miraba divertida a la chica de cabello castaño, no tenía amigos allí. En su clase ocupaba el lugar de la aislada, le gustaba guardarse su tiempo para ella y pensar en la academia de baile de sus sueños.

Por ahora se conformaba con la Academia Tan, de la profesora Seo. Ella era quien había estado enseñándole todo lo que sabía a la chica y fue su fuente de inspiración durante siete largos años.


—¿Q-qué? —rechistó la castaña.

—Que se vaya a la oficina del directos. Debe explicar porqué está tan distraída durante mi clase —dijo jalando de su brazo para sacarla del salón de clases.

La castaña se quedó completamente desconcertada.

¿Acaso ella no tenía derecho a reflexionar en silencio sobre su pasión? Aunque entendía el hecho de que se encontraba en clases y eso pudo haberle parecido una falta de respeto a su profesor pero, ¿Qué le costaba a él hablarle bien aunque sea una vez? El respeto debía de ser mutuo.

—Ese grandísimo hijo de p-... —se detuvo de inmediato, ella no era así.

Sin tener ganas de seguir protestando y sin querer ir a dar una visita a la oficina del director comenzó a caminar por los pasillos del instituto.

A veces se preguntaba, ¿Por qué nadie ahí podía entender la pasión que ella sentía por el baile?

Cada quién tiene sus motivaciones en la vida, la de ella es bailar. Pero por alguna razón siempre que lo mencionaba recibía comentarios burlescos, desmerecedores y ofensivos por parte de los demás. Aunque claramente ella se encargaba de hacer caso omiso a todos eso comentarios maliciosos y seguía haciendo lo que más le gustaba hacer, después de todo no estaba molestando a nadie.



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Una vez llegó al segundo piso se acercó a una ventana, desde allí se veía todo el campus, donde el equipo de fútbol suele practicar. Aunque no acostumbraba a asistir a los entrenamientos ni a los partidos, sabía cómo todos los otros estudiantes de la existencia de sus miembros más famosos, como Heeseung o Jake.

˚˖𓍢ִ໋🦢˚ 𝗟𝖾𝗍'𝗌 𝗗𝖺𝗇𝖼𝖾 ♬ | Nιʂԋιɱυɾα Nι-ƙι ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora