Una figura alta apareció en la entrada de la sala de práctica, y Eun-young no tardó en reconocerla. Su rostro se iluminó con una sonrisa divertida mientras se acercaba al recién llegado.
—¡Ni-ki! —exclamó con entusiasmo.
—Choi... —respondió el rubio, observándola con atención, su voz teñida de una leve calidez.
Ambos intercambiaron algunas palabras en voz baja, pero su conversación fue interrumpida cuando una presencia imponente llenó el espacio. Todos los aprendices, como si fuera un reflejo, se colocaron rápidamente en fila, alineados y en silencio.
—Buenas tardes, chicos, —saludó el entrenador Ji-pyeong, su mirada inspeccionando a cada uno con detenimiento. Sin embargo, su atención se detuvo en Ni-ki, y sus ojos adquirieron un brillo frío—. Nishimura Riki, pensé que no volvería a verte por aquí.
Aunque el tono del entrenador era cortés, la ironía en sus palabras era evidente. La sala parecía haberse enfriado un par de grados bajo el peso de su mirada.
—Para faltar a las clases, supongo que debió pasar algo realmente importante...
—Así es, entrenador Ji-pyeong. Traje el reporte —respondió Ni-ki con calma, sin apartar la mirada.
El entrenador asintió con un gesto breve, indicando que procediera. Ni-ki se dirigió a su bolso y sacó una hoja que entregó al hombre. Mientras Ji-pyeong revisaba el documento con ojos críticos, los demás aprendices comenzaron a murmurar en voz baja, apenas audibles.
Ni-ki aprovechó el momento para desviar su atención hacia Eun-young, quien permanecía a su lado. La observó con una mezcla de curiosidad y algo más difícil de descifrar.
—¿Qué miras? —preguntó ella, notando su mirada fija. Una sonrisa divertida curvó sus labios.
—Nada —respondió él, desviando la mirada rápidamente, pero con una leve sonrisa asomando en su rostro.
«A ti, esa imagen tuya cuando estás tan distraída… luces tan inocente, y eso me provoca una sensación cálida. En esos momentos pareces una niña pequeña, sumida en sus pensamientos, y lo encuentro increíblemente encantador.»
Eso pensó Ni-ki, pero como era habitual en él, no lo dijo. Guardar sus pensamientos era uno de sus tantos hábitos. De repente, se dio cuenta de que seguía observando a Eun-young más de lo debido. Avergonzado por el rumbo de sus ideas, desvió la mirada rápidamente. ¿Siempre había sido así de expresivo con sus pensamientos?
—Oye, Nishimura, —llamó la voz de Eun-young, sacándolo de su ensoñación—. La clase ya comenzó, vamos.
El rubio sacudió la cabeza para volver en sí y se puso en movimiento. Eun-young caminó hacia una esquina del salón, mientras él tomó la opuesta. Sus compañeros ya habían hecho la introducción, dejando a los dos el momento de abrir con el inicio del baile. Ambos adoptaron sus posiciones iniciales.
Desde un rincón, el entrenador Ji-pyeong los observaba con atención. Con una mano en el mentón y su característica mirada severa, analizaba cada movimiento.
—¿Eh? —murmuró el entrenador de repente, su expresión de sorpresa rompiendo su habitual semblante frío. Una chispa de emoción brilló en sus ojos mientras veía el dúo de Eun-young y Ni-ki en acción.
Sus movimientos estaban perfectamente sincronizados, sus pasos cargados de energía y sentimiento. El resto del equipo complementaba la coreografía con precisión, pero era imposible no centrarse en ellos dos. La química entre ambos era innegable, como si el escenario les perteneciera.
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˚˖𓍢ִ໋🦢˚ 𝐋𝐞𝐭'𝐬 𝐃𝐚𝐧𝐜𝐞 ♬ | 𝐍𝐢-𝐤𝐢 ✔
Fanfic𝐍𝐊 || Choi Eun-young es una apasionada de la música y el baile. Con el firme propósito de cumplir su sueño de convertirse en una gran bailarina, está dispuesta a dar su mayor esfuerzo, enfrentando todos los obstáculos que se crucen en su camino. E...