1. Who are you now? *Español* (Tokio Hotel/Tom Kaulitz fanfiction)

Capitulo Nueve. Me destruyes.

Este capitulo me encanta, no sé por qué, pero me encantó escribirlo...espero que a ustedes también les guste.

Me disculpo por cualquier error que haya aquí, es solo que tengo que salir pero quería dejarles un capitulo...

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Josefine estaba tan molesta, su madre le había prácticamente gritado por decir que su padre estaba en lo correcto con lo de las cortinas cafés, se veían mal en la cocina y era un hecho, pero mientras su madre se tranquilizaba Jo tenía que caminar a la escuela. Y ella caminó a la escuela el resto de la maldita semana. Después de serias consideraciones sobre invitar o no a las chicas a dormir a su casa, Josefine optó por no intentar nada, se quedaría sola el fin de semana ya que los chicos habían decidido invitar a Georg a su acampada y Gustav había dicho que había tenido suficiente de los chicos por una semana y quería algo de tiempo para sí mismo. Josefine no podía culparlo; él tenía que soportar a los tres chicos casi todos los días.

Así que el fin de semana fue tan aburrido como siempre; llamó a Ingrid y se reunieron a ver una película el sábado, pero ella tuvo que irse temprano por una llamada de su madre. 

- ¡Amor, me olvidé de prepararles la cena! – La madre de Josefine se había ido temprano para quedarse con una tía de Jo por el fin de semana. – Tendrás que cocinar tú, lo siento.

- No hay problema, ma…yo me encargo, mira, ahora no estoy en casa pero pronto llegaré.

Ingrid obligó a Josefine a aprenderse el camino de su casa a la de ella y siempre la hacía repetírselo antes de irse.

- ¡Te veré en la escuela, adiós! – Ingrid se despidió y cerró la puerta.

La nariz de Josefine siempre estaba helada, para entonces ya se había acostumbrado pero aún le molestaba que cuando comenzaba a calentarse la nariz se le corriera. ¿Por qué no vivía en un sitio más soleado? ¿Un lugar cálido? Pero estaba bien, cerró la puerta detrás de sí y se desenredó la bufanda del cuello, lista para lavarse las manos y comenzar a cocinar la cena. Jo encontró comida en el refrigerador y pensó en un par de cosas sencillas que podría hacer, solo que no sabía que tan quisquilloso se encontraba su padre ese día.

Caminó escaleras arriba y llamó a la puerta de la habitación de sus padres; al abrir la puerta se encontró a su padre, solo que no estaba solo.

- ¡AY DIOS MÍO, ¿POR QUÉ?! – Josefine gritó y cerró de un portazo con todas sus fuerzas. Si estaba completamente asqueada o decepcionada o ambas: no lo sabía.

Todo tuvo sentido, Josefine escuchó el sonido dentro de la habitación y se sintió como si se le revolviera el estómago, su propio padre engañando a su madre y ella lo sabía. No iba a hacerle una visita casual a su tía que por coincidencia era también abogada, no, ellos se estaban divorciando.

Los ojos de Josefine se humedecieron de una manera que ella nunca antes había experimentado, le dolía el pecho y el aire no parecía llegarle a los pulmones, se olvidó si esto era un ataque de asma o solo su corazón rompiéndose, solo sabía que quería salir de allí antes de que su padre saliera de esa habitación e intentara explicarle el porqué de sus acciones. Jo lloró y dio torpes pasos hacia las escaleras, su padre salió de su habitación en ese momento y las cosas sucedieron muy rápido; primero él intentó alcanzarla pero ella se alejó y cuando pensó que correría escaleras abajo, otro jalón la detuvo, ella volvió a alejarse bruscamente y liberó su brazo pero perdió el equilibrio y cayó rodando hasta el pie de la escalera. Intentó cubrirse la cabeza con los brazos y escucho un fuerte “crack” al tiempo que caía, un intenso dolor le perforaba el brazo izquierdo. Ella finalmente quedó sobre el suelo y aterrizó de costado, no podía moverse mientras escuchaba a su padre gritarle en alemán a una mujer de falso cabello rojo que salió de la habitación vestida apuradamente, todo se movía alrededor de ella y se sentía con ganas de vomitar, sintió náuseas y se volteó aún más sobre su costado, las lágrimas le salieron libremente cuando apoyó su peso en el brazo herido.