1. Who are you now? *Español* (Tokio Hotel/Tom Kaulitz fanfiction)

Capitulo Dos. No me voy a casa.

¡Otro capítulo!

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- Oh, Komm Schoooon! – Bill siguió caminando hasta que se sentaron en una mesa redonda de la cafeteria. Un par de chicos más grandes se sentaron con ellos.

- ¿Quién es ella?

- Ella es mi-nuestra nueva amiga, ¡Jo! – Bill puso sus codos sobre la mesa y descansó la barbilla sobre sus dedos entrelazados.

El chico que había hablado era un chico alto de hombros anchos, su nariz era delicada y puntiaguda, con cabello café claro que caía apenas sobre sus hombros en unas cuantas hondas. El otro chico tenía cabello rubio corto y usaba una gorra negra sobre su cabeza. Él le saludo a lo que ella respondió asintiendo una vez con la cabeza.

- Yo soy Georg, y este de aquí Gustav, - el chico de cabello largo dijo, Josefine notó que hablaba un poco más lenta y claramente que Tom y Bill, quienes a veces se emocionaban demasiado cuando hablaban y comenzaban a hacerlo muy rápido como para que ella pudiera entender las palabras que salían de sus bocas.

- Mucho gusto. – Le contesto la chica.

Gustav, el de cabello rubio, dijo algo que ella no alcanzó a entender así que sonrió y esperó que no fuera una pregunta.

- ¿Qué puedo comer? – Ella preguntó al ver la fila de la cafetería, solo quería saber que podía comer allí.

- Oh, ¿tienes hambre? – Georg le preguntó sin pensar. Bill se golpeó la palma de la mano contra el rostro mientras Josefine dejaba escapar una pequeña risa y se las arreglaba para decirle que sí.

- Ven, sígueme. – Bill le indicó y los dos se fueron a conseguir algo de comer.

Josefine se dio cuenta de que aún no se había acostumbrado a la cocina extranjera.

Un par de días después de haberse conocido, Josefine tenía que presentar un examen de matemáticas con el resto de la clase, era el único examen del que no la habían excluido ya que la materia de matemáticas podía ser comprendida sin importar el idioma, también ya había presentado el de inglés y parecía que todo había ido bien, pero ahora estaba muy nerviosa.

- Cálmate, no puede ser tan difícil. –Tom le dijo después de sentarse en el pupitre detrás del suyo, ella estaba revisando unas notas de su escuela anterior. Él no estaba ni un poco preocupado, sabiendo que no iría a la universidad: él confiaba en que la banda despegaría y que su trabajo sería tocar la guitarra, así que no había nada más que importara para él, excepto claro, las chicas. Las chicas por supuesto que le importaban.

- ¿Sabes? me preocupo porque no me gusta sentirme estúpida. Ellos pueden darme una calificación terrible, pero yo sé cuánto sé. – Tom nunca lo había pensado de aquel modo. Ella ni siquiera quería ser buena en la escuela, pero le gustaba ser capaz de contestar las preguntas de un examen sin tener dudas.

Era un defecto, pero ella no iba a cambiarlo.

Al terminar el examen, las clases terminaron y Josefine olvidó decirle a su madre que saldría del colegio temprano. Por lo que sabía, su madre podría bien estar teniendo una entrevista de trabajo en ese momento. Se preparó con sus cosas para irse y le envió un mensaje de texto diciéndole que tomaría un camión y que pronto estaría en casa, justo cuando el mensaje se envió Bill se puso frente a ella. Pudo ver por la falta de gel en su cabello que él no estaba teniendo un muy buen día. Y si pudiera haber entendido mejor el alemán, se habría dado cuenta de qué tan correcto era aquello porque él comenzó a parlotear acerca de su terrible y largo día.

Tom estaba al lado de ella mientras su hermano seguía hablando; la expresión en el rostro de Jo mostraba qué tanto estaba comprendiendo a Bill. Y aquello era muy poco.

El chico se sintió mal así que mientras caminaban a la salida de la escuela se volteó en dirección a Bill y lo hizo callarse.

- Ella no puede entenderte Bill, habla más despacio.

- ¿No puedes? – Él le preguntó, la pobre chica se ruborizó y asintió, Bill dijo que lo sentía demasiadas veces y le dio un abrazo que la hizo reír en silencio; cuando la soltó ella le lanzó una mirada molesta a Tom, pero la pequeña sonrisa de lado permaneció en el rostro de él.

-Ok, nos vamos a casa. – Tom y Bill se detuvieron afuera de las puertas de la escuela. - ¿A ti te recogen o algo?

- No, tomaré el autobús. – Dijo Josefine con su cara oculta en la bufanda que había usado toda la semana. Podría jurar que el viento nunca antes la había azotado con tanta fuerza.

- ¡Qué tontería! – Bill entrelazo su brazo con el de ella y comenzó a caminar lentamente. – Tú vienes con nosotros.

Josefine protestó pero los dos hermanos la jalaron y empujaron para que siguiera caminando.

- Apuesto a que ni siquiera sabes que camión tomar... - Tom dijo una vez que estuvieron a mitad de camino a su casa. 

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¡Gracias por leer!
Y ahora solo quiero recordarles que los comentarios y los votos son una cosa hermosa para mi...

Bonito fin de semana!