Capitulo Ocho. El recuento de daños.

8.6K 564 102
                                    

Mi día ha sido horrible! Pero por el lado bueno, he tenido oportunidad de dejarles éste capítulo que casi le dio la vuelta a la historia. Pero a Tom y a Georg no podría nunca separarlos una chica, verdad?

----------------------------------------------------------------------

Tom se despertó en la gran cama, no era la suya propia pero no estaba nada mal. La pequeña gira había estado tan bien que no podía creer que no era un sueño, y esa noche tocarían en casa para su último show. Sus padres estaban entusiasmados; de alguna manera él estaba empezando a pensar que no había nada más que quisiera hacer en su vida. Habían aparecido en algunos programas de televisión y los habían entrevistado y todo eso se sentía irreal pero estaba feliz.

- ¡Oh, mis chicos! – La madre de los gemelos les dio a sus dos hijos un beso tan pronto como se bajaron del escenario. Detrás de ella, el padrastro de los chicos estaba esperando su turno para felicitar al par de chicos que lo habían hecho sentir tan orgulloso en tan poco tiempo.

Georg y Gustav fueron recibidos de igual manera por sus familias, después de unos cuantos fuertes abrazos se reunieron a conversar sobre una que otra cosa que hubiera pasado mientras estaban en el escenario que no pudiera ser discutida sobre éste, entonces, una mujer adulta se acercó con una chica joven a su lado. La mujer era la madre de Jo y fue quien los felicitó primero, antes de ir a buscar a los orgullosos padres para socializar con ellos mientras Josefine estaba de pie frente a los ocupados chicos a quienes no había tenido oportunidad de ver en las pasadas semanas.

- ¡Oh, he extrañado lo fastidiosa que eres! – Gustav fue el primero en abrazarla, saltando de su asiento y levantándola del suelo solo un poco, sabiendo que había extrañado sus pequeñas peleas en las que ella siempre terminaba consiguiendo que él la cargara a algún lado o haciéndole jugar algún estúpido juego de niña de chocar las palmas con ella.

- ¡Gustav, estas todo sudado! – Josefine se quejó ruidosamente pero respondió al abrazo, sin estar completamente segura de que sentir en cuanto al círculo húmedo que él dejó sobre el frente de su blusa.

- Eso es lo que ella dijo. – Tom dijo con una sonrisa.

- Jo, ¿qué tal te pareció el concierto? – Bill rápidamente se la robó a Gustav. - ¿Te gustó? No nos dijiste lo que pensaste del álbum…

- Bill, cálmate. – Jo puso sus manos en los hombros de Bill y él la miró bien por primera vez en un tiempo. – Es increíble. Lo amo, y él concierto fue aún mejor.

- Jo… - Bill estaba sorprendido, ella lo miraba directamente a los ojos y él se sentía feliz pero ella había cambiado. Había algo diferente y él notó la diferencia. – Eres tan amable. – Él sabía que había pasado un tiempo desde la última vez que se veían y decidió que tenía que estar mal, que debía de ser por el delineador que ella usaba ahora en sus ojos. – ¡Eso se te ve bien!

- ¿Qué? – Él apuntó hacia el delineador en sus ojos y ella recordó que se había obligado a sí misma a ponérselo para el concierto. – Gracias. – Le dio un abrazo a Bill.

- ¿No hay abrazo para mí? – Georg abrió los brazos desde su asiento en un sofá y después de que ella dejo ir al esbelto vocalista de la banda lanzó sus brazos alrededor de él.

- ¡Siempre hay un abrazo para cada uno de ustedes! – Así, Bill se lanzó sobre ella e hizo que Georg se sintiera aplastado. – Bill, a ti ya te di el tuyo.

- ¿Uno más? – Bill preguntó con una resplandeciente sonrisa en el rostro.

- No quisiera interrumpirlos niños, pero la chica tanga de allí y yo tenemos mucho que hablar. – Jo se sonrojó inmediatamente y sintió que su estómago se le iba al suelo a la mención de aquel ridículo apodo que él le había dado.

1. Who are you now? *Español* (Tokio Hotel/Tom Kaulitz fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora