Capitulo Dieciséis. Arruinando mi maquillaje.

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Me encantaría decirles que necesito dormir! Así que mañana no subiré cpitulo, pero el miercoles sí! 

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Me había cambiado por unos pantalones manchados de pintura y una camiseta blanca, dejando la camiseta de Bill en la lavadora antes de atarme el cabello en una desordenada trenza y ponerme a trabajar en mi siguiente pintura. Estaba a la mitad, dándole los últimos detalles de color cuando sentí mi teléfono vibrar en el bolsilla trasero de mis pantalones. Lo cogí y contesté, era Georg; Gustav se iría a casa al día siguiente por la mañana, aunque Georg se iba a quedar por un poco más para mi cumpleaños así que los chicos querían verme para cenar. Colgué y terminé firmando con mi nombre en color negro. Fui a mi baño, me lavé la pintura y me arreglé el maquillaje con cuidado de no poner mucha fuerza en mis movimientos sobre los lugares adoloridos.

Cuando estaba en casa de los chicos Gustav me abrazó con fuerza, pidiéndome disculpas por irse tan pronto, pero estaba tranquila; él tenía una boda que planear.

Justo cuando besé la mejilla de Georg y recibí el usual chiste sobre mi bronceado vi a Bill salir del comedor con una expresión como de asco.

- ¿Bueno, pues tú qué has visto? – Gustav preguntó.

- Como que necesito un momento. – Bill fue a la cocina y regresó con una cajetilla en las manos. – ¿Recuerdas a la Señorita Escote? – Apuntó hacia su pecho. Asentí. – Se apareció por el estudio con ese ridículo… - Tom y aquella chica entraron, su brazo rodeaba su cintura.

Georg pasó un brazo sobre mis hombros y se volteó hacia mí.

- Pero… ¡Apuesto que amaras a mi novia! -  Sonreí hacia él con una especie de nudo en la garganta. – Le he dicho que eres como una hermana para mí, - aquello me hizo sonreír de verdad. – Así que creo que se llevaran bien. – Me guiñó el ojo.

Miré hacia abajo a mis zapatos rojos y luego fuimos al comedor, me senté junto a Gustav, diciendo que solo era lo justo que tuviera la oportunidad de ponerme al corriente de su vida antes de que se fuera por otros cuantos meses.

Tom se sentó frente a su chica de juguete presentándola como Kate. Su cabello de un color café claro era rubio hacia las puntas y se había puesto la más grande cantidad de maquillaje en el rostro con un par de pesadas pestañas falsas y un vestido negro que solo podría ser descrito como ridículo.

Georg se sentó junto a la chica y Bill estaba frente a Gustav. La conversación que comencé con Gustav era enteramente en alemán, mucho para el disgusto de Kate, ya que ella no sabía una palabra, cosa que me hacía muy feliz. Bill seguía dándome esa mirada fastidiada cuando Kate soltaba una risita en respuesta algo que Tom había dicho.

- ¡Okay, el postre! – Bill saltó de su asiento y yo lo seguí, disculpándome. - ¿Qué mierda le pasa a esa chica?

- ¿Parece que yo sé? – Le ayudé, poniendo los platos sucios en la lavaplatos. Él sacó un par de cubetas de helado de la nevera.

- Ni siquiera has cruzado palabra con ella. ¿Pasó algo entre mi hermano y tú anoche?

- No. – Le mentí a través de mis apretados dientes, aunque parecía que era verdad y que yo me había convenido de que algo cambiaría. – Nada ha pasado. – Puse los platos limpios sobre la mesa y le di a Bill la cuchara grande para el helado.

- ¿Estas segura? – Bill preguntó de nuevo. Cerré los ojos y me recargué en el mostrador, respiré profundo para evitar colapsarme.

- Sí. Estoy segura. Ya lo conoces, es tu hermano: ¿qué podría pasar entre nosotros dos? – Bill se quedó mirándome con una expresión seria. – Nada, Bill. Nada va a pasar.

1. Who are you now? *Español* (Tokio Hotel/Tom Kaulitz fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora