Capitulo Veintiuno. Animales.

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Desperté ante una nota en mi almohada, supuestamente era de Tom. Estaba desnuda en mi cama, lo cual ya era extraño. Las imágenes de la noche anterior de nosotros besándonos y acariciándonos lo hicieron obvio para mí que no había estado soñando. Habíamos estado juntos y ahora no podía verlo por ninguna parte. Aun así me aferré a sus promesas de anoche y leí la nota.

Le tienes que decir que sí y olvidarte de “nosotros” – no existe.

Perdoname, no quería lastimarte, pero sé que seguiré haciéndolo.

Vi el anillo en la mesita de noche y luego  la pequeña nota sintiéndome engañada mientras algo en mi pecho se rompía por completo. Me aferré a las sábanas y caminé a la cocina por mi teléfono, aún estaba allí, junto a los residuos de botellas de vino de la boda de mamá. Llamé a Tom, tenía que contestar. Tenía qué.

Pero no lo hizo. Cinco llamadas más tarde, él me había mandado directo al buzón de voz y sabía que me estaba evitando a propósito, haciéndome llorar y recordándome que no estaba allí para cumplir sus estúpidas promesas. Lancé el teléfono sobre la cama de vuelta en mi cuarto y me senté en el suelo cubierta por las sábanas rozadas, todavía olían ligeramente a la fuerte colonia de Tom, lo que me hizo sentir ira en medio del llanto.

Algo se rompió y yo no podía sentirlo, me puse las manos en el pecho y me aferré a él mientras me sentaba en el suelo, me costaba trabajo respirar. Alguien tocaba la puerta en el piso de abajo pero no podía pararme, no podía ver a través de las lágrimas. Un poco después escuché la puerta abrirse, debería de ser Bill, él era el único en saber dónde estaba la llave extra.

- ¿Jo? ¿Estas despierta? – Apareció por la escalera y entró a mi habitación solo para encontrarme aferrándome a las sábanas y mi teléfono. - ¿Qué ha pasado? – Se arrodillo a mi lado y puso una mano en mi espalda con preocupación.

- Yo-Yo-Bill, ¡me duele! – Volteé hacia mi amigo de cabello rubio y lo abracé tan fuerte como había estado aferrándome a mi propio pecho, casi como intentar detener un sangrado con las manos.

- ¿Qué te duele, Jo? – Me abrazó de vuelta.  - ¿Qué es? Nunca te he visto así… Jo, me estas asustando, ¿Qué pasa?

- El pecho. – le dije mientras él cogía la nota de su hermano.

- ¿Qué quiere decir esto? – Se apartó de mí y sentí la presión en mi pecho creciendo cuando le mostré el anillo que no me quería volver a poner, no quería volver a Matt o estar con nadie más que no fuera Tom, pero él había sido lo suficientemente malo…me había hecho sentí tan bien solo para hacerme sentir tan mal igual de rápido. De haber sabido lo que iba a durar me habría ahorrado el dolor.

Bill era inteligente y lo entendió en su cabeza. Sacó el teléfono y llamó a sus padres, disculpándonos de la cita para el desayuno tarde con ellos, diciendo que no me sentía muy bien, lo cual era completamente verdad. Bill me dio mi inhalador del cajón de arriba en la mesita de noche y me ayudó a sentarme en la cama. Si siempre me pareció que se veía muy distinto a Tom, hoy la diferencia no era suficiente, no podía mirarlo a la cara.

- No tienes que quedarte. – Le dije, no quería decirle las palabras “déjame sola” pero prefería la soledad a su compañía en ese momento.

- No te puedo dejar así. – Bill era tan buen amigo que me dolía admitir ante él que no soportaba ver su cara sin que se formaran más lágrimas en mis ojos.

- Comparten la misma cara, Bill, no lo soporto. – Bill asintió y me beso la cabeza antes de ponerse de pie.

- Estaré abajo. Por favor toma una ducha y vístete. Ayudará a aclararte la mente.

1. Who are you now? *Español* (Tokio Hotel/Tom Kaulitz fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora