Salimos con cuidado de la habitación mirando a ambos lados.
Aparentemente no habían personas pero nunca podías estar seguro cuando existían las sassaengs y la poca seguridad que nos proporcionaba la empresa.
Caminamos por el iluminado corredor recorriendo pasillos y bajando escaleras hasta una de las entradas laterales del hotel.
Era de madrugada así que lógicamente no había nadie en la calle a excepción del auto que nos esperaba.
Había pedido un taxi para no exponernos tanto tiempo fuera.
- ¿Estás seguro de acompañarme? - dije mientras entraba.
- Me lo preguntaste veinte veces Yukiko y las veinte veces te dije que sí - contestó cansado haciéndome reir a pesar de la situación.
(...)
Caminaba de la mano con Jeno totalmente tapados. Lo único que se podía ver eran nuestros ojos debido a cubre bocas y el gorro de pescador.
Queríamos evitar cualquier tipo de rumor.
- ¿Le enviaste el mensaje a Haechan? - Jeno asintió - bien.
Decidimos avisarle a alguno de los chicos el viaje que íbamos a hacer bajo la promesa de que regresariamos pronto.
Entramos al avión bajo unas pocas miradas y nos colocamos en nuestros asientos.
No sabía lo que me esperaba en Japón pero gracias al tono de angustia de mi hermano sabía que no era nada bueno.
(...)
Corrí por los pasillos del hospital dejando atrás a Jeno quien estaba registrando nuestra entrada.
Pasaba por cada puerta hasta ubicar el número que me había indicado la enfermera.
Cincuenta y ocho, cincuenta y nueve, sesenta, sesenta y uno, sesenta y dos, sesenta y tres.
¡Sesenta y cuatro!
Vi por la pequeña ventana de la puerta a Dori sentado en una silla tomando la mano del cuerpo dormido de mi madre mientras estaba recostado sobre ella.
¿Podría seguir llamándola madre?
Me quedé estática en mi sitio. Llegué hasta aquí tan rápido como pude pero no sabía que seguía.
¿Hablar con mis padres y hermanos?¿Arreglar las cosas?¿Quedarme hasta que se estabilicen?¿Irme después de verlos?
Abundaban tantas preguntas en mi mente que no sentí cuando Jeno rodeó mis hombros con su brazo.
- ¿Estás bien? - negué - ¿Quieres irte? - volví a negar.
Lo peor de todo es que había arratrado a mi compañero hasta este sitio sin medir las consecuencias de lo le podría pasar.
- Si tus padres... - dudé - ¿si tu familia tuviera un accidente tú que harías?
- Lloraría - respondió y lo miré viendo como un pequeño arco se forma en sus ojos - mi caso no es igual al tuyo, a pesar de entrenar a la misma edad yo tenía el apoyo y la conección con mi familia mientras tú estabas en un país desconocido totalmente sola.
Una cruda realidad.
- Vine a apoyar a la única persona que le importe todo este tiempo - Jeno palmeo mi hombro tratando de reconfortarme y se alejó.
- Te esperaré aquí - se sentó en los típicos e incómodos asientos de espera.
Miré el pomo de la puerta y lo giré viendo como mi hermano se paraba como un resorte.
- Siempre has tenido el sueño ligero - sonreí triste.
El alto chico se paró caminando rápido hasta mí y envolviendo mi cuerpo en su abrazo.
- No sabes cuánto te necesite - me apretó contra su cuerpo - tienes muchas cosas que saber.
(...)
Estábamos en la cafetería del hospital después de que él se calmara. Dori se acercó dejando en la mesa el café que había pedido.
- ¿Cuánto quierea saber?
- Todo - contesté sin dudarlo.
Estaba cansada del misterio, además, conocía bien a mi hermano y por su expresión de culpa sabía que algo estaba ocultando.
- Estaba discutiendo con nuestros padres, la pelea escaló y ellos decidieron irse cuando nuestros hermanos llegaron pues tenían que comprar algunas cosas. Después de unas horas regresé a mi departamento y vi por las noticias que había ocurrido un accidente en las calles principales de Tokio con cinco muertes - su respiración se hizo irregular preparándome para lo peor - asustado los llamé y después de que no contestaran salí apresurado al hospital donde me dieron la peor noticia que he recibido. Tres de los cuerpos eran de nuestros dos hermanos y nuestro padre mientras que mamá había entrado en coma.
Mi cerebro trataba de entender el relato que me había contado.
¿Debía de llorar?
Sentía la vista nublada pero ninguna lágrima salía de mis ojos.
- ¿Qué discutieron? - pregunté evitando la mirada impactada más no sorprendida de mi hermano.
- Sobre tí - esta vez fui yo la que lo miró confundida - nada es como parece y es sobre eso que quería hablar contigo - suspiró.
- ¿De qué hablas Dori?
- Unos años después de que debutaras nuestros padres y hermanos se arrepintieron de las palabras que te habían dicho pero ya era muy tarde, habías triunfado como lo prometiste.
- ¿Qué los detenía? - pregunté enojada - sus actos me afectaron parte de mi infancia y a principios de mi adolescencia, ¿qué los detenía?¿el orgullo?
- Perdona sus actos, no sabian que hacer y cuando se dieron cuenta estabas lejos de su alcance.
Después de mucho tiempo había entendido mis sentimientos.
No lloraba por ellos porque nunca sonrieron por mi. No me preocupaba por ellos porque nunca me llamaron o averiguaron si su hija menor seguía existiendo. No sentía nada porque ellos dejaron de existir hace años para mi.
Un lejano familiar había muerto y solo existía el pesar de la inexistencia.
- Gracias por siempre estar para mí Dori - sonreí cogiendo las manos del chico.
- Perdonalos Yukiko - sonrió triste.
- Haría lo que sea por ti pero no me pidas algo así cuando eres consciente de la situación en la que me pones.
Como siempre mi hermano asintió comprensivo.
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Dream | NCT
RandomA diario nos cruzamos con muchas personas, sin embargo ¿cuantas realmente conocemos? Sueños, metas y decepciones. Todos los tenemos, puede que unos mas que otros. ¿Eres capaz de arriesgar todo lo que tienes a cambio de cumplir tus sueños? .・゜-: ra...