Birds [LuWoo]

Capítulo 42

Johnny bebió su café pensativo, dejando de lado la desmesurada cantidad de documentos que tenía pendientes al no contar con el apoyo de Jungwoo. Su cabeza regresó a esa mañana, volviendo a pensar en esta sin poder evitarlo:

Se despertó con su cuerpo entumecido, recordando que se había quedado dormido sobre un sillón del cuarto de Mark mientras le observaba dormir. No quiso marcharse en caso de que ese chico despertara con más dolor, porque le escuchó quejarse varias veces en la noche.

Se acercó más a la cama para mirarlo a profundidad, notando que dormía tranquilo, así que se apresuró en salir de la habitación para poder arreglarse e ir al trabajo. Cuando intentó hacerlo, Mark se sentó en la cama de inmediato.

—¡Espera! —exclamó y Johnny lo miró confundido.

—¿Cuánto tiempo llevas despierto?

—Eso no importa —habló saliendo de la cama—. Ya lo pensé bien, d-debo recompensarte por tus cuidados, soy una buena persona, por ello lo haré —dijo torpemente.

—No es necesario —comentó Johnny.

—Lo es, no quiero deberte más a parte del favor que tengo pendiente contigo.

Johnny apretó la quijada al conocer lo presente que tenía Mark aquello, aun cuando él no tenía pensado buscar a nadie que terminara acostándose con ese chico, a la espera de que Mark lo olvidara, pero parecía que no sería así.

—Va a tardarse, así que deja de pensarlo.

—Como sea. No te marches para JL sin mí, no tengo experiencia en nada de lo que hace Jungwoo, pero voy a ayudarte —propuso.

Johnny intentó negarse, iba a hacerlo porque sentía que era poco conveniente tener a Mark tan cerca, no entendía por qué, pero su estómago se revolvía al pensar que pasaría el día entero junto a él. El problema fue que Mark lo miró con esos malditos ojos brillantes, así que suspiró agotado.

—Eso es un sí, iré a darme una ducha y... oh, debo ponerme traje, ¿no es así? —preguntó.

—Ponte lo que desees.

—Sí, un traje —murmuró Mark yendo hacia su baño.

Johnny dejó la taza con café sobre el escritorio y alzó su mirada hacia la sala de estar de la oficina, encontrando a Mark con el ceño fruncido mientras negaba con la cabeza.

—¿Cuánto tarda Jungwoo haciendo esto? —inquirió su esposo, mirando a Johnny molesto por la cantidad de reportes que tenía que clasificar.

Johnny metió sus manos en los bolsillos y se le acercó con una mirada altiva, mostrando lo poco que le importaba.

—Unos... ¿treinta minutos?

Mark detuvo su trabajo y Johnny dejó de mirarlo al pensar en lo adorable que se veía ese día, utilizando un traje azul marino y su corbata desatada por la impaciencia.

—¿Estás jugando conmigo? —bufó Mark.

—Él lleva casi dos años y medio haciendo esto —argumentó—, en cambio tú apenas...

—¡Estoy haciendo esto desde las nueve de la mañana! —profirió sin poder creerlo—. Y ya son las... —miró la hora en su teléfono móvil, que había tenido que silenciar para no ser interrumpido por las constantes notificaciones de Donghyuck, las mismas que aún no quería ver, pues en la vista previa advirtió que la mayoría se debían a su decisión de querer un auto nuevo y la forma en la que conseguiría que sus padres se lo diesen— ¡Son las cuatro de la tarde!