Capítulo 114

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Jungwoo se limpió un par de lágrimas que escaparon de sus cuencas, pensando en cada cosa que le dijo Yukhei mientras recordaba lo amarga que fue su vida hasta que apareció él. Estaba seguro de que quería vivir muchas cosas al lado de ese hombre y continuar flotando en esa nube de felicidad que parecía fortalecerse con el paso de los días, augurando un futuro más brillante.

—S-sí —su voz se quebró y él apretó los labios mientras asentía—, sí q-quiero —soltó, extendiendo hacia Yukhei su mano izquierda para permitir que le pusiese el anillo, y dejando fluir sus lágrimas cuando se encargó de ponerle el otro para después besarlo, intentando decirle que lo amaba de esa forma, porque de su boca era complicado que saliese algo más a causa de todas las emociones que atraparon su cuerpo y mente.

Yukhei lo rodeó con sus brazos, esos que le hicieron sentir seguro desde la primera vez que le dio un abrazo, enseñándole que él no había sido hecho para recibir golpes, sino un amor infinito e incondicional. Jungwoo pegó un respingo cuando juegos artificiales se hicieron espacio en el cielo frente a ellos, explotando en diferentes colores y formas mientras ambos permanecían abrazados, admirando la belleza en conjunto de esa noche.

—Te amo, Xuxi —musitó Jungwoo cuando finalmente las palabras salieron de su boca, haciendo que Yukhei observara el brillo de los juegos artificiales en su mirada—. Me hace muy feliz saber que puedo tener una familia contigo, que podemos criar juntos a Theo y brindarle ese cariño que tú me permitiste saber que puedo dar y, si ambos estamos de acuerdo... hacer que nuestra familia crezca, porque me gustaría tener más hijos con un hombre tan grandioso y bueno como tú —comentó, haciendo que Yukhei sonriera hermosamente mientras asentía con seguridad—. Por Dios, quiero hacer tantas cosas a tu lado, decirte tantas otras, pero creo que soy incapaz de hablar con la coherencia que tú lo haces —se rio entre lágrimas—, lo siento, Xuxi.

—No necesitas decir demasiado para hacerme saber que me amas y que estás feliz —replicó—, tus acciones siempre son valiosas.

Jungwoo le miró, con sus ojos plagados de lágrimas y esa sonrisa que no quería desaparecer.

—Realmente estoy demasiado feliz —musitó, abrazándose a él y separándose cuando un pequeño cuerpo chocó con sus piernas.

—¡Theo también! —chilló, consiguiendo que Yukhei lo cargara y los tres pudieran abrazarse mientras los aplausos y felicitaciones de sus amigos causaron que las lágrimas de Jungwoo disminuyeran y su sonrisa se mantuviera.

—Este es un nuevo logro en mi vida, no arruiné la proposición de mi amigo —soltó Sicheng aliviado, causando que los demás se rieran—. Y tú, Nakamoto, te dije que solo le recordaras el plan a Theo, Sunmi estuvo a punto de soltarlo todo —se lamentó y Taeyong le miró de manera asesina.

—¡No le dije a Sunmi nada sobre el plan! —se defendió Yuta—. Le dije a ella que con Theo íbamos a darte una sorpresa a ti, bebé, pero que no debía decírselo a nadie.

—Oh.

—Yukhei estuvo a punto de desmayarse cuando Jaemin le dijo por la radio que Theo ya estaba corriendo —contó YoonOh y el mencionado fingió no haber escuchado nada.

—La diferencia de tiempos en la que debía correr era mínima —bufó Sicheng—, debió desmayarse cuando extravió los anillos.

—¿Extraviaste los anillos? —preguntó Jungwoo con los ojos muy abiertos.

—Los encontré a tiempo —se defendió—. Y es suficiente, dejen de hablar sobre los problemas que tuve —se quejó mientras Jungwoo los observaba a todos muy agradecido—. Estoy en deuda con ustedes, así que, por favor, regresemos al solárium para continuar con la fiesta.

Birds [LuWoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora