Capítulo 31

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Yukhei miró a su hijo a través del espejo retrovisor del auto y sintió pena por él al ver cómo comenzaba a quedarse dormido.

—No te duermas aún, Théodore, falta poco para llegar a casa —pidió y el pequeño asintió, intentando quedarse despierto, aunque era complicado.

Visitaron un observatorio después de la cena. Allí Theo corrió de un lado a otro completamente emocionado al poder ver las estrellas. Sin embargo, su hijo no fue el único feliz allí, Jungwoo constantemente lo llamaba para que mirase cada cosa que les mostraban en los telescopios, confirmando que existían muchas facetas que desconocía de él, las cuales deseaba conocer con el paso del tiempo.

—Se durmió —avisó Jungwoo.

Yukhei exhaló completamente vencido.

—Anoche no pude ayudarle a cepillarse los dientes y hoy tampoco podré hacerlo —se quejó.

Jungwoo miró al pequeño preocupado y se mordió los labios pensando en qué podía hacer.

—Se los lavaré en la mañana, como hice hoy —Yukhei negó con la mano—. Ahora hay algo más que me inquieta —contó y el mayor dejó de mirar a Theo para concentrarse en él.

—¿Qué es?

—Dejé tus nuevas píldoras en mi oficina —dijo sin querer admitir que las había olvidado a propósito.

—Bueno... esperaré hasta el lunes.

Yukhei se detuvo en un semáforo y le miró poco convencido.

—¿Hay alguien que te las receta? —preguntó—. No son pastillas de venta libre, debes tener una fórmula médica para ello, Hendery siempre me lo dice cuando las busca para mí —dijo, recordando lo mucho que se quejaba su secretario mientras decía que se sentía como un vándalo comprando aquello.

La mirada de Jungwoo tembló, y Yukhei temió porque estuviese automedicándose.

—Tengo una —explicó muy lento, como si estuviese acomodando sus palabras—, debo renovarla cada seis meses y lo hice hace un par de semanas.

—¿Qué debes hacer para renovarla? —preguntó Yukhei interesado, acelerando cuando el semáforo cambió a verde.

Jungwoo no respondió. Yukhei lo encontró mirando por la ventana, evadiéndolo.

—Podemos dormir juntos de nuevo, para que descanses —propuso Yukhei, intentando no presionarlo y notando que tal vez lo único que Jungwoo necesitaba para conseguir descansar era compañía y no la inmensa soledad de su apartamento.

El mayor finalmente se enfocó en él.

—Para conseguir renovarla debo visitar a mi psiquiatra —soltó y Yukhei sintió que un hoyo se formaba en su estómago. Tragó con fuerza, evitando detener el automóvil y pasando su mirada del camino hacia Jungwoo.

—¿Ocurrió... algo para que debas visitarla?

—Nada que desee recordar, menos ahora, cuando me siento tan... bien —aseguró con una bonita sonrisa y Yukhei supo que era momento de un cambio de conversación—. Algo más, no puedo pasar todas las noches contigo, te vas a aburrir de mí pronto —comentó encogiéndose de hombros—, sin embargo, sí me gustaría dormir a tu lado hoy.

—Soy yo el que no quiere que te canses de mí. Estoy siendo demasiado invasivo, ¿no crees? —preguntó avergonzado.

Jungwoo negó con la cabeza.

—Estás siendo todo lo que necesito —murmuró.

Yukhei se mordió los labios para evitar sonreír como un idiota y continuó su camino a casa, topándose con una sonrisa llena de camaradería que le regalo Minsuk, el vigilante del conjunto residencial, cuando los vio llegar juntos mientras hacía su ronda.

Birds [LuWoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora