Mi mañana vuelve a ser extraña como la mañana anterior, sin embargo hay algo nuevo, una sensación en el pecho cuando lo escucho caminando por la casa. Estoy pendiente de cada movimiento suyo, cuando abre la ducha, cuando la cierra, cuando enciende la cafetera, los insultos a sí mismo cuando no lograba colocar bien el filtro. Mientras, espero atenta a que me avise que el desayuno está listo.
No sé qué me está pasando, porque nunca antes experimenté algo así. La única solución en la que puedo pensar era en escapar lo más rápido posible de allí, así que tomo el café que me sirve en una taza térmica y me disculpo con él diciéndole que tengo que atender algunos asuntos en la florería.
— Que tengas un excelente día, Colo. —Recibo en un mensaje. Le respondo agradeciéndole y volviendo a pedirle disculpas por irme de esa manera. Él me envía una carita sonriente que me hace sonreír y esa sonrisa me acompaña todo el camino.
— ¿Cuál fue el motivo que te hizo decidirte finalmente volver a visitarme? —Pregunta la doctora Portillo una vez que me siento en el sofá frente a ella en su consultorio.
Había pasado un mes desde la última sesión. Simplemente no tenía ganas de que me examinen y terminar el día que había comenzado tan bien, agotada mentalmente y con más preguntas que respuestas.
Me encojo de hombros en respuesta a su pregunta. Hace dos años hablo con ella de mi vida privada, de cosas que no hablo con nadie, hasta que llegó Ulises. Sonrío ante su recuerdo y esa extraña sensación en el pecho vuelve a inundarme.
— No lo sé... —Miento, porque sé perfectamente los motivos que me llevaron a enviarle un mensaje temprano por la mañana. Ella responde con una mueca y anota algo en su cuaderno.
— Bien. ¿Qué acontecimientos nuevos hay en tu vida? —Con eso sí puedo lidiar.
— Julia se va a casar con Leo y se mudaron juntos.
— ¿Y eso cómo te deja a ti? ¿Cómo te sentiste?
— Abandonada —digo sin pensar—. Julia es mi mejor amiga y eligió la cena de los viernes para contárnoslo.
— ¿A ti y al amigo del novio?
— Sí, Ulises, quien ahora es mi nuevo compañero de piso. —Asiente levemente y vuelve a anotar algo en su cuaderno. Hace un ademán para que prosiga—. La convivencia es difícil, pero con él es diferente. Creo que nunca en la vida me abrí tanto con alguien como lo hice con él. Lo juzgué muy mal y me siento terrible por eso. Es la única persona que puede calmarme completamente durante una tormenta y me hace olvidar de los truenos y los relámpagos. Me siento como si no fuera yo misma cuando estoy con él.
— ¿Cómo te hace sentir?
— Como si estuviera flotando en una maldita nube, me siento más fuerte y capaz de hacer muchas cosas. Siento que puedo por fin olvidarme de todo lo que pasó a mi alrededor y concentrarme en mí. —Hago un largo silencio—. Tuvimos una cita anoche... —Ella sonríe descaradamente.
— Un paso adelante. Un gran avance. —Dice con una sonrisa que no puede ocultar.
— Yo no tengo citas, doctora. —Anuncio con el ceño fruncido pero sin poder evitar sonreír—. Me preparó una cena en el departamento con velas y todo. Tomamos de más. Nos reímos mucho y me acompañó hasta la puerta de mi habitación. Creo que nunca me sentí tan adolescente como en ese momento.
— ¿Qué intentas decir con eso, Emilia?
— Creo que mis sentimientos por él están cambiando, creo que estoy sintiendo lo que Julia me cuenta que siente por Leo... —Digo mientras muerdo la uña de mi dedo pulgar y fue realmente liberador y extraño finalmente decirlo. Eso me asusta más que cualquier tormenta—. Desde anoche que estoy sintiendo algo muy raro dentro de mí, algo que me hace latir el corazón demasiado rápido y sonrojarme más de lo habitual cuando estoy cerca suyo.
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La intensidad de tu amor {Completa}
RomanceMe ha llevado tiempo, pero al fin he conseguido estabilidad emocional y económica. Mis amigos se transformaron en mi familia, Julia es mi cable a tierra, la que me consuela en esos días que no puedo dormir y su novio Leandro, se convirtió tan rápid...