Regreso al local con cientos de preguntas rondándome por la cabeza para decirle a ese chico en quien tanto confié, con quien casi... No quiero ni siquiera pensarlo. Creo que es mi ceño fruncido el que me delata en cuanto lo veo, porque las disculpas están plasmadas en su mirada.
— Tienes muchas cosas para decirme, así que comienza a hablar, porque yo tengo millones de cosas para decirte a ti.
Mat se quita la gorra y pasa los dedos por su pelo, vuelve a colocarse la gorra y clava sus ojos en mí. Lo veo triste y arrepentido, pero no llegamos a cruzar palabra porque esos clientes de último minuto comenzaron a entrar; estuvimos ocupados hasta media hora después de la hora del cierre.
Bajamos la persiana del local y Mat me acompaña a casa, no decimos nada, él lleva las manos en sus bolsillos, se disculpa una vez más una vez que llegamos a la puerta, me da una palmada en el brazo y se marcha cabizbajo.
Entro al departamento con un millón de preguntas en mi cabeza. ¿Qué había pasado entre ellos? ¿Cuándo pasó algo? ¿En qué momento cambió todo?
Me descalzo dejando mis zapatos al costado de la puerta y veo un par de velas iluminando una mesa perfectamente puesta. Por un momento pienso que han cortado la luz pero luego veo la lámpara de la cocina encendida y un aroma delicioso que proviene de aquel lugar.
Mierda. Ulises tiene una cita en nuestro departamento y no puedo estar más incómoda.
— Te dije que me avisaras cuando invitaras a tus chicas a casa, me hubiera quedado con Julia si tenías otros planes. —Exclamo mientras camino hasta la cocina.
— No es necesario que te vayas, Colo. ¿Puedes venir a ayudarme? —Voy arrastrando los pies, deseando darme una ducha, comer algo rápido e ir a dormir. Lo veo decorando meticulosamente dos platos repletos de una comida que huele deliciosa—. Lleva por favor las copas y el vino a la mesa. —Dice dejando un suave beso sobre mi mejilla.
— Hoy estás particularmente feliz ¿A qué se debe? ¿Quién es la chica afortunada de la fecha?
— Ya lo verás, no puedo esperar a que la conozcas. —Responde entusiasmado, el estómago me da un vuelco y lo miro procurando demostrar algo de empatía.
— Bueno, espero que tengas una excelente velada. Voy a cambiarme de ropa y creo que pediré algo ya que no me avisaste que tenías una cita y hoy era tu turno de cocinar. Ulises solo sonríe con su hoyuelo marcando territorio y haciendo estragos en todo mi interior.
Me visto con una de mis camisetas grandes y gastadas que llegaban apenas a tapar mis muslos; no lo estoy haciendo apropósito... Bueno, quizá inconscientemente tengo intensiones de que la chica con la que Ulises tiene una cita viera con quien está viviendo y sí, también marcar un poco el territorio.
¿A quién engañas Emilia? Lo estás haciendo muy consciente.
Sujeto mi pelo en una cola de caballo que quedo casi de costado, froto mis cachetes con mis manos para darles algo de color, escojo mi par de medias favoritas y vuelvo a abrir la puerta de mi habitación para atravesar la sala en busca del número de teléfono de una rotisería; aunque realmente se me antoja demasiado la comida que había preparado Ulises.
Una vez en la cocina, tengo que ponerme en puntas de pie para alcanzar el menú que está sobre la heladera, me apoyo con la cadera en el mármol de la mesada ojeando mis opciones, pero con mis oídos atentos a cualquier sonido. No puedo escuchar nada. Maldita sea. Camino hasta el umbral de la cocina y me apoyo sobre el marco con las piernas cruzadas.
— Colo... —dice con una voz suave desde el otro lado del departamento—. ¿Puedes venir un momento? —Me acerco sin quitarle la vista al menú, pero mirando todo a mi alrededor, como la manera en que sus ojos se abren cuando ve lo que llevo puesto. Me detengo del otro extremo de la mesa, levanto la vista y sus ojos no están precisamente sobre los míos—. Siéntate, por favor – dice luego de levantar la vista y observarme con determinación pero con un tono suave que provoca que me derrita mientras tomo asiento frente al plato caliente sin tocar frente a él—. Y come.
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La intensidad de tu amor {Completa}
RomanceMe ha llevado tiempo, pero al fin he conseguido estabilidad emocional y económica. Mis amigos se transformaron en mi familia, Julia es mi cable a tierra, la que me consuela en esos días que no puedo dormir y su novio Leandro, se convirtió tan rápid...